Alejandro Toquero fuerza una vez más el choque contra Euskal Herria Bildu






El marketing es una herramienta imprescindible para la política actual. Y no solo por la necesidad de los dirigentes por ganarse la simpatía de una bolsa de electores, sino porque los partidos tienen la obligación de simplificar su ideario en unos mensajes con los que explicar su pensamiento y acción a una sociedad en la que, por suerte, no solo votan las élites culturales y políticas. 

El problema es cuando ese ideario está basado en un sustrato carente de nutrientes. El problema, cada vez más extendido en todos los ámbitos, es cuando se antepone la comunicación a la gestión. Y el problema es cuando el marketing deja de ser una herramienta de la política y pasa a ser la política una herramienta del marketing. 

Mucho se puede hablar sobre política y comunicación. Y ambos campos son del gusto del alcalde tudelano Alejandro Toquero, al que algunos miembros de la izquierda ribera parecen querer regatearle algunos de sus méritos. 

Uno de ellos, sin duda, fue saber movilizar en 2019 a su parroquia cuando solo dos años atrás tomó las riendas de un partido que coleccionaba dimisiones y renuncias. Algunos creen que Toquero se basó en una estrategia mediática de muy bajo nivel.

Y seguramente no se equivocan los que crean que desde las cercanías de UPN Tudela se alentó una campaña contra el anterior equipo de Gobierno de la capital ribera basado en la suciedad de la ciudad. Ahora la ciudad está igual de sucia a nivel orgánico. O incluso más, si los tribunales hallan irregularidades en la adjudicación de la Mancomunidad a FCC. 

Cierta izquierda no se entera de qué va la fiesta

Alejandro Toquero ha tenido que devolver dietas que cobró de forma irregular y su mano derecha ha estado relacionado empresarialmente, hasta que lo contamos, con un proveedor de un organismo público que preside, tal y como probó e-Ribera.com. 

Pues bien, 8 de los 9 medios de comunicación 'clásicos' que informan sobre la actualidad de la Ribera (dos periódicos, cuatro radios, dos semanarios y la tele autonómica) ni siquiera se han atrevido a rebotar la información. Y el único medio que la dio, fusilando la noticia y sin citar, ni siquiera preguntó a Toquero por el tema cuando pasó por sus estudios. 

En la pasada legislatura algunos de estos medios que hoy no quieren saber nada del tema relacionado con Fernando Ferrer, quizás porque la publicidad institucional sigue evitando quiebras, montaban obscenos realities con la mujer de Pérez-Sola nivel 'El diario de Patricia'. Y otros se recreaban en polémicos tuits de concejales del equipo de Gobierno. O llenaban sus diarios de fotografías con papeleras llenas y plazas sucias.

No hay que tirar de victimismo, pero la cacería mediática que sufrió Izquierda-Ezkerra a nivel municipal y Podemos a nivel foral y estatal fue bochornosa. En esta campaña se mezcló guerra sucia, exageraciones, errores propios y lógicas decepciones de la ciudadanía porque muchos gobernantes no pudieron llevar a práctica discursos tan rupturistas, y sanos, como el que emanó del 15M. 

Pero todas estas campañas tienen un nexo común: el odio ideológico. Porque a la izquierda, por mucho acomplejado que haya, la odian por ser, no por hacer. Y es que si fuera por hacer, todas las aportaciones éticas, regeneracionistas y en favor de la transparencia de los diversos gobiernos del cambio hubieran sido aplaudidas.

No lo hicieron los medios estatales, que, por ejemplo, obviaron en 2015 que por fin Madrid no era gobernado por un partido que se dedicaba a robar dinero público. Y es que los 'mass media' estaban más pendientes de utilizar la munición averiada que le servía la cloaca policial sobre Venezuela o ETA. O de exagerar paridas sobre marionetas o trajes de reyes magos.

Los partidos regeneracionistas se olvidaron de que los flashes de las cámaras que les iluminaban tras las europeas de 2014 eran las del 'enemigo'. Y este desnivelado clima mediático seguirá dificultando la estabilidad de proyectos de cambio, tanto en Madrid como en Tudela. 

Tensiones

Alejandro Toquero está apostando por una confrontación permanente contra el progresismo navarro con la intención de que UPN recupere el granero perdido en 2023. El alcalde de Tudela, obviando que su partido estuvo 18 años gobernando en Navarra y Tudela sin acordarse de la carta de capitalidad ni del estadio de fútbol, genera tensiones semanales con María Chivite y sus socios.

Y es que Toquero ha decidido convertirse en puntal indispensable de la estrategia autonómica de UPN, que parece ser la de desgastar a los socialistas presentándolos como títeres de malvados independentistas vascos que disfrutan con la supuesta falta de inversiones a la Ribera. 

Mensajes

Cuando Toquero hablaba la pasada legislatura de calles sucias, quería decir que con la llegada de la izquierda se había instalado el descontrol. Cuando Toquero decía que lo primero que iba a hacer si ganaba era hacer una auditoría al tripartito que nunca realizó, quería insinuar que no se fiaba de la ética del equipo de Gobierno anterior. 

Cuando Toquero habla de empadronamientos irregulares, aunque José Luis Arasti denunciase su "oportunismo político" e "irresponsabilidad", sabe que este mensaje ayuda a que los potenciales votantes de Vox en las estatales no formen una candidatura tudelana sólida que rompa la unión del voto conservador en torno a Navarra Suma.

Cuando Toquero habla de que María Chivite no le ha llamado tras una nevada, insinúa que Pamplona abandona Tudela a su suerte a pesar de que Gobierno de Navarra ha apostado por una inversión histórica en Coscolín de 8 millones de euros. Y cuando Toquero comparte un texto de una hija de una víctima de ETA que dice que Pedro Sánchez y María Chivite tienen las manos de sangre, debería haber dimitido.

Pero la apuesta es la tensión victimista para borrar de la memoria colectiva que, en los tiempos del 'Régimen foral', algunos dirigentes regionalistas utilizaban a la Ribera de forma casi folclórica: bajaban o a la misa del patrón o a la paellada con vaquillas en el Día del Partido. 

Toquero contra EH Bildu

Alejandro Toquero forzó en diciembre un choque contra EH Bildu mediante un artículo en el que se presentó como víctima de la líder de la coalición en la Ribera. Y ayer hizo lo propio, en este caso contra el parlamentario Adolfo Araiz. 

Araiz compartió en Twitter un editorial de e-Ribera, que denuncia que la concesión de una carta de capitalidad a las ciudades es una incoherencia de Gobierno de Navarra (que asegura apostar por la vertebración territorial y, en este caso, lanza un mensaje confuso al priorizar una financiación extra de varias cabeceras de comarca en vez de empezar por abordar la infrafinaciación de algunos municipios que tienen cuentas propias de una pyme). 

Araiz simplemente compartía el artículo con el siguiente texto: "Lo políticamente incorrecto -según se mire- sobre la concesión de la carta de capitalidad a Tudela también tiene su expresión como lo demuestra esta editorial de e-Ribera". 

Y Toquero, confundiendo de forma consciente el hecho de invitar a reflexionar sobre una idea alternativa al consenso con defenderla, aseguró que "los servicios que presta Tudela no son 'privilegios'. Los financian los tudelanos con su trabajo e impuestos. Es de un desconocimiento vergonzante poner en duda la capitalidad de Pamplona y, por supuesto, la de Tudela. Las propuestas de EH Bildu siempre atrasos, jamás progreso". 

Araiz le replicaba: "El alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, habla sin saber qué defiende EH Bildu sobre la capitalidad o capitalidades en las comarcas de Navarra, no sólo en Iruñea o Tudela. Confunde compartir las reflexiones de e-Ribera con hacerlas nuestras. Oportunidad tendrá de debatirlas". 

El alcalde de Tudela, que ahora se dice animoso de debatir a pesar de que en la última campaña se negó a protagonizar un cara a cara con Eneko Larrarte y de que no aceptó el envite de debatir ayer en Navarra TV, seguía: "¿Sin saber? Votasteis en contra en el Parlamento de Navarra de la enmienda de Navarra de dar la carta de Capitalidad por 5 millones en los presupuestos del Gobierno de Navarra. ¿Debatir? Cuando queráis".

Y Araiz añadía: "Sí, sin saber. Ya veremos cuando se debata el tema de verdad (no en esa enmienda oportunista) y la cantidad que hoy recibe sólo Pamplona tenga que repartirse (si así se plantea) entre todas las cabeceras de comarca de Navarra, y no sólo con Tudela, qué defiende Navarra Suma".

Toquero y lo vasco

600 tudelanos pidieron al Ayuntamiento de Tudela que dejaran de marginar al euskera. ¿Respuesta del alcalde? Ninguna oficial, pero 48 horas después del manifiesto publicó un artículo denunciando los ataques de EH Bildu. 

Toquero sigue sin decir abrir la boca sobre el euskera ni tampoco ha contado por qué prometió ir al Nafarroa Oinez celebrado en Tudela y luego no apareció. Sí que encontró tiempo para escribir a ETB, que decidió regalar una mención publicitaria a las Bardenas dentro del popular espacio cinematográfico 'La noche de...'. Pero al alcalde de Tudela, increíble pero cierto, le molestó que incluyeran al Parque Natural dentro de un epígrafe sobre "vacaciones vascas de película". 

Centralismo 

El anterior equipo de Gobierno de Tudela apostó la pasada legislatura por que el Festival de las Verduras tuviera actos en diversos pueblos riberos e intentó que en el mapa local la Ribera tudelana y la Ribera alta compartieran comarca. Es decir, se apostó por descentralizar e intentar ensanchar espacios. 

Y hemos pasado de derribar muros a erigirlos. Porque al actual alcalde de Tudela, que además preside una herrramienta ribera como Eder, no se le conoce ni una sola iniciativa en favor de los municipios riberos vecinos a Tudela. 

Cierto es que en al menos dos ocasiones Toquero se ha acordado de los vecinos riberos: en una ocasión firmó junto a los primeros ediles riberos de UPN una carta para defender su gestión cuando quiso echar a Abel Casado un año antes de que concluyera su contrato (situación que se evitó por el revuelo político suscitado tras la exclusiva de e-Ribera.com). 

Y en otra ha sido para decir que, como Tudela presta servicios a otros pueblos, le quiere pasar la factura a Gobierno de Navarra (probablemente en concepto de 'desgaste de pavimento'). Eso sí, el cálculo pretender hacerlo el propio Toquero, que ha encargado un informe sobre la supuesta pella que dejan los vecinos riberos. O incluso los de Tarazona y Calahorra.

Debería reparar Navarra Suma en la gestión comarcalizadora que hicieron Ayuntamiento de Tudela, Eder (con las Estrategias de Especialización Inteligentes) y la Mancomunidad (con la decisión, que puede gustar más o menos, de comarcalizar el servicio de limpieza viaria). 

Pero hemos pasado de riberizar a tudelanizar. O sea, que hemos pasado de una Tudela que ensancha sus muros a una Tudela que los achica. Es una pena que la Tudela de mirada larga que ejercía el lógico de papel de liderazgo comarcal en el periodo 2015-19 parezca estar ahora pensando únicamente en pedir ventajas económicas por tener mejores condiciones demográficas, industriales, comerciales y de servicios que sus vecinos. 

Si la apuesta no es dotar de una partida extra y pasar a 'repatir' la partida presupuestaria consignada anualmente a Pamplona entre varias cabeceras de comarca, bienvenido sea. Pero, antes de hacerlo, quizás debiera estudiar Gobierno de Navarra si no es más urgente atender con ese dinero a algunas zonas con menos voz y más necesidades que Pamplona y Tudela. 

El Gobierno de Navarra, sabiendo lo deprimidas que están zonas como Tierra Estella, la comarca ribera del Alhama o el Prepirineo, actuará como mal sanitario si quiere curarle las migrañas a Tudela mientras existen pueblos riberos con problemas cronificados a los que el Ejecutivo no les inyecta partidas extraordinarias. Y si se las quiere curar, que dejen de vender preocupación por la 'Navarra vaciada'. 

No es casualidad

No es casual que Toquero firme  artículos  con pretensiones emotivas sobre la carta de capitalidad. No es casual que Toquero busque el choque contra EH Bildu. No es casual que el Ayuntamiento de Tudela margine al euskera en un folleto que tenía texto en cuatro idiomas. 

No es casual que Toquero intentase liderar una campaña contra los empadronamientos falsos. No es casual que una de sus concejalas intentase que el Día del Árbol eclipsase al Día de la Mujer. Ni que la misma concejal, de Medio Ambiente, dijera que las protestas contra el Polígono de Tiro eran propias de la izquierda abertzale y sobre los bombardeos militar al Parque Natural que "la naturaleza sabe buscarse la vida". 

No es casual que Toquero se diga triste porque aparezcan botes de comida en la papelera. No es casual que Navarra Suma se salte su obligación de negociar con los representantes de los trabajadores municipales, tal y como le recordó el TAN. 

No es casual que Navarra Suma, en contra de lo que decía Toquero, se haya cargado los presupuestos participativos. No es casual que echasen a Abel Casado para abrir un proceso que ha escogido a un señor con similar perfil académico, pero sin la experiencia del exgerente de Eder. 

No es casual que le quiten la partida económica al festival audiovisual Lo que viene. Ni que no se vuelquen en ayudar a Villa Javier. Porque todo eso, por desgracia, es parte del proyecto de UPN para consolidar en 2023 su mayoría en Tudela y hacerse con Navarra. 

Eso sí, viendo su gestión y el nivel de algunos miembros de Na+ Tudela, no es factible que Toquero logre repetir la carambola de 2019. Y menos aun que Esparza salga vivo políticamente de la próxima cita electoral. 

Navarra Suma Tudela

Na+ tiene sus objetivos definidos, recuperar el poder foral a toda costa, y sabe qué mensajes quiere transmitir a la ciudadanía a través de un ecosistema mediático que le es claramente favorable a nivel autonómico y especialmente a nivel estatal (Javier Esparza aparece de forma recurrente en ABC, COPE, La Razón y El Mundo para decirle a los socialistas de toda España que María Chivite está entregada a EH Bildu, cuando viendo los acuerdos de investidura y presupuestos en Pamplona y Madrid se podría presumir lo contrario). 

Es cierto que el progresismo navarro, a pesar de su fragmentación crónica y del giro socioliberal del Gobierno foral, también cuenta con muchos puntos de unión que son valores ampliamente hegemónicos en la sociedad: la defensa del Estado del bienestar, la igualdad, el respeto al medio ambiente, la integración, la aceptación de la diversidad, etc. Pero la desigualdad mediática entre la trinchera progresista y conservadora es abismal. 

Orfandad mediática

El próximo 15 de mayo las televisiones, radios, periódicos en papel, semanarios y diarios digitales de todo el Estado se volcarán en hacer balance de los diez años del 15M. Este movimiento popular ha regenerado muchas áreas de la vida pública... pero no la mediática. 

Este socavón aboca a la orfandad informativa a millones de personas, que ven con naturalidad como los medios estatales tratan de criminalizar ideas marxistas, independentistas y republicanas porque estas chocan contra el capitalismo de amiguetes que sustenta un entramado de intereses políticos, dinásticos, mediáticos y empresariales radicados en Madrid. 

En Navarra estamos poco mejor que en los tiempos que José Miguel Gastón narra en el magnifico ensayo 'No estamos para bailes rusos: La buena prensa navarra ante la revolución bolchevique (1917-1923)'
 
Y es que la inmensa mayoría de medios estatales, autonómicos, comarcales y municipales están en manos conservadoras. ¿Y el resto? Salvo honrosas excepciones, o son parte de la izquierda pop o son de una ortodoxia tan entrañable como irrelevante. 

La izquierda navarra (política, empresarial, cultural y civil) debiera apostar por impulsar medios que marquen agenda: ¿Por qué no hay una sola televisión progresista a nivel autonómico desde que cayó Nafar Telebista? ¿Por qué no hay un solo digital autonómico de izquierdas con vena informativa desde que cayó Orain? ¿Por qué no hay una sola radio contestataria con cierta cobertura?

Principalmente, porque no hay un plan estratégico a nivel mediático en las filas progresistas y porque Gobierno de Navarra se dedica a hacerse el harakiri beneficiando al 'enemigo' con una partida directa de 1,3 millones de euros a la Navarra TV de la derechista Promecal (propiedad del primer constructor encarcelado por por corrupción, el burgalés Míchel Méndez Pozo).

Hasta que Navarra no cuente con un periódico digital progresista en el ámbito autonómico con cierta estructura profesional, la izquierda política está condenada a la indefensión y tendrá que arar con estos escuálidos bueyes mediáticos mientras a la derecha se le perdonan todos sus pecados. 

Financiación mediática 

Gran parte de la prensa de proximidad es una colección de notas de prensa insípidas, cartas al director, agendas culturales, publirreportajes empresariales y amables entrevistas al alcalde o al concejal de festejos de turno. 

Cierta prensa local se ha convertido de un endogámico álbum de fotos de políticos y empresarios, que sacian sus egos y sostienen esas mismas cabeceras a cuenta de la partida de gastos de representación o de los presupuestos públicos. 

En muchos casos, el 90% de las energías de esas minúsculas redacciones se van en intentar sobrevivir. Y este hecho les imposibilita que dediquen ni un solo minuto de su tiempo diario en idear contenidos ni en plantearse siquiera apostar por una libertad informativa incompatible con su cuenta de resultados. 

Otros viven del clickbait y el SEO, fiando su futuro al amarillismo y al monopolio de Google para engordar visitas mediante géneros blandos (sucesos y deportes). La alternativa que oferta la tecnología son los muros de pago cerrados o los clubes de amigos, como el de e-Ribera, que es el primer medio progresista que se funda en la comarca desde la Guerra Civil. 

Es probable que cuando la ciudadanía se eduque en pagar con naturalidad por la información que consume, tal y como ocurre en otras áreas con plataformas como Netflix o Spotify, se consolidarán nuevos medios con líneas editoriales alternativas a los intereses del bloque político monárquico, aquí incluyan a los socialistas, y del establishment empresarial. Y es que cuando algo es gratis, el producto eres tú.