En la escuela, Finn (12), Ilse (9) y Verah (8), de Hilversum, aprenden que hay que enfrentar el acoso escolar y defender a los niños acosados. Pero se preguntan: ¿por qué no pasa lo mismo en Gaza? No entienden por qué los Países Bajos observan en silencio, ni por qué su propio municipio, Hilversum, no se pronuncia. Por eso, pronto realizarán su primera manifestación.
Protesta infantil
Nunca antes habían participado en una acción de protesta. Pero el domingo 15 de junio, Día del Padre, Finn, Ilse y Verah se subirán a sus bicicletas para protestar. Este año no habrá desayuno en la cama para papá, sino carteles hechos a mano, volantes y mucho ruido con sus timbres de bicicleta. Con una marcha por Hilversum quieren llamar la atención sobre la situación en Gaza.
Los tres ven casi todos los días el noticiero infantil y observan imágenes de bombardeos, hospitales destruidos y niños sin comida ni hogar. Verah, de ocho años, lo dice claramente: “Me dan pena los niños en Gaza. Simplemente tiene que parar”.
Los niños están muy preocupados por sus pares en Gaza. “Hay guerra y todo el país está lleno de bombas”, dice Verah. “Ahora nadie tiene comida y todas las casas están destruidas”.
Protesta por y para niños
Por eso, junto con Finn e Ilse, decidió actuar. No será una gran manifestación en La Haya, porque eso les da miedo. “A la mayoría de los niños les asusta ir a una manifestación grande, porque hay mucha policía”, explica Ilse. “Por eso organizamos una especialmente para niños”.
Juntos idearon el plan para una marcha amigable por su propia ciudad, con bicicletas y timbres. “Vamos a tocar mucho el timbre”, dice Finn, de doce años. “Así mostramos que pensamos diferente y que queremos que se resuelva pronto para los niños en Gaza”.
Carta al alcalde
Aunque sueñan con que su protesta ponga fin a la guerra, por ahora se enfocan en una meta más realista. Quieren que el alcalde de Hilversum escuche su mensaje.
“Vamos al ayuntamiento en una marcha y entregamos una carta al alcalde donde le pedimos que ayude a detener la guerra”, dice Ilse.
De acoso escolar a problema mundial
Los niños quieren que el alcalde se pronuncie públicamente. Para ellos, eso es lo más normal del mundo, porque en la escuela les enseñan que así es como se combate el acoso. Pero hasta ahora, el alcalde ha guardado silencio.
Cuando ves que alguien está siendo acosado, debes decir algo, según los niños. Y se toman esa lección muy en serio, porque para Finn, Ilse y Verah, la situación en Gaza no es diferente.
El mensaje de los niños es simple. “Tú tampoco querrías que hubiera guerra aquí”, dice Ilse. “Y si la hubiera, también esperarías que la gente hablara por ti”.
¿Se podría hacer algo así en España?
Sí, una protesta pacífica liderada por niños, como la de Hilversum, es totalmente posible en España. La ley permite manifestaciones pacíficas, incluso por parte de menores si cuentan con apoyo adulto. En muchas escuelas españolas ya se enseñan valores como la empatía, la paz y la defensa de los derechos humanos, por lo que una iniciativa infantil en favor de los niños de Gaza encajaría perfectamente. Con un formato accesible —como una marcha con bicicletas, timbres y pancartas hechas a mano—, y el respaldo de familias y docentes, se puede dar visibilidad a su mensaje: que todos los niños, en cualquier parte del mundo, merecen vivir en paz.
Esperan que más niños de Hilversum se sumen a su protesta. “Cuantas más personas, más influencia tendrá”, dice Finn.