El Primero de Mayo en la Ribera








Por El Houssin Yagoubi, Iñigo Gonzalez, Isabel Campo, Ramon Lacalzada y Teresa Rosano: 

Pasada la Semana Santa y sus días festivos, más o menos según para quién, y en plena resaca papal de Pascua, miramos al calendario desde la insatisfacción que nos produce la alienación capitalista buscando el próximo día en rojo. Pues bien, ya tenemos a las puertas el día más rojo de todos: el Primero de Mayo, día internacional de la clase trabajadora. 

Este año 2025, el 1 de mayo la lucha, la dignidad y la solidaridad obreras volverán a recorrer la Ribera y las calles de Tudela, con una caravana de vehículos que partirá a las 10 de la mañana desde el Parque de Bomberos de Peralta, con parada en Cadreita y final en Tudela, donde a las 12:30 partirá la manifestación desde la Plaza de los Fueros. 

Y si siempre hay motivos para salir a la calle en día tan señalado, mucho más este año. El contexto internacional es cada vez más complicado. La lógica del capital está poniendo en jaque tanto al planeta como a la vida de los ciudadanos y ciudadanas, como lo demuestra la crisis ecológica, el militarismo, los gigantescos procesos migratorios forzados, la violencia machista o la extensión de la precariedad. En este contexto, es aún más importante que Euskal Herria, Nafarroa, tenga la mayor soberanía posible para construir un modelo socioeconómico que ponga la vida en el centro. 

Es lamentable que haya dinero para comprar juguetes bélicos al estado sionista genocida de israel y otros gastos antisociales y destructores a nivel ecológico, y no para garantizar la salud, la educación, el cuidado y la vivienda a todos los ciudadanos y ciudadanas. Es necesario un cambio en profundidad de las políticas públicas y en Nafarroa hay capacidad para ello: empresarios y rentas altas deben pagar los impuestos correspondientes para financiar los servicios públicos que necesita este país. 

En cuanto a la política industrial, LAB aboga por una transición basada en tres criterios: la planificación, la intervención pública -también en la propiedad de las empresas- y la participación de los trabajadores y trabajadoras. La crisis ecológica y la incertidumbre del contexto internacional están sirviendo de excusa a las empresas para valerse de las facilidades legales otorgadas por las diferentes reformas laborales para llevar a cabo lo que se está convirtiendo en una auténtica plaga de expedientes de regulación de empleo. 

La industria en la Ribera no es ajena a esa plaga. Junto al conocido caso de Nano -que afecta así mismo a sus subcontratas, aunque nadie se acuerde de mencionarlas- estamos sufriendo ERTEs o amenaza de ellos en diferentes empresas. Expedientes también en empresas del sector Agropecuario como el reciente ERE en Ribera Gourmet, empresa del grupo AN y proveedora de Vegetales Línea Verde, que supone el despido de 18 trabajadores, un tercio de la plantilla. Mucho orgullo verduril, pero no tenemos empacho en subvencionar a empresas que deciden abandonar tierras en la Ribera porque dicen que no les son rentables para traer hortalizas de Murcia o Albacete y seguir presumiendo de Reyno Gourmet... Queremos verduras de aquí y con derechos para las y los trabajadores del campo. 

Junto al desarrollo y fortalecimiento de los servicios públicos y la defensa del empleo, la reivindicación de un salario y pensión mínimo digno y propio para Nafarroa ocupa un lugar central este Primero de Mayo. Se trata de dos medidas estructurales para garantizar unos ingresos básicos dignos a toda la población y reducir las brechas en función de las diferentes variables. Establecer un salario mínimo y pensiones propias en Nafarroa es imprescindible porque para vivir aquí hacen falta mayores ingresos. Pero además son objetivos de gran importancia desde el punto de vista del autogobierno, porque un autogobierno que no sea capaz de garantizar unas condiciones básicas de vida a la ciudadanía, es un autogobierno limitado. 

Siendo además la Ribera Alta y la zona de Tudela las que recogen los salarios medios más bajos de toda Nafarroa, la reivindicación de un salario mínimo propio cobra más sentido que en ninguna otra comarca en un contexto, además, en el que estamos negociando convenios colectivos en empresas como la multinacional de lavandería Elis Manomatic de Marcilla o Provedis (grupo Planasa) en Valtierra, cuyos salarios son extremadamente bajos. No olvidamos tampoco a sectores como el de Residencias y su larga pelea por conseguir un convenio navarro o las empleadas del hogar, a quienes directamente se les niega el derecho a la negociación colectiva, colectivos que se verían directamente beneficiados por el establecimiento de un salario mínimo propio. 

Pero no podemos esperar que caiga del cielo o nos lo traigan. No en vano, si en la Ribera tenemos el salario más bajo no es fruto de ninguna maldición ni determinante geográfico, sino de la extensión de la estatalización de convenios y el menor nivel de concienciación, organización y lucha sindical. Aquí nadie regala nada. Si realmente pensamos que las y los riberos no nos merecemos menos que las personas trabajadoras del resto de Euskal Herria, es hora de despertar, organizarse y pelear por la mejora de nuestras condiciones laborales. Y este Primero de Mayo tendremos una buena ocasión para ello, nos vemos en las calles. 

¡Viva la lucha de la clase trabajadora! Gora langile borroka eta gora Erribera gorria!


Los autores son miembros del sindicato LAB en la Ribera.