Desde la Agrupación Fustiñana de Izquierdas, queremos hacer un balance sobre las fiestas de los Santos Justo y Pastor 2023. Como viene a ser costumbre desde hace ya décadas, el programa se ha vuelto a hacer de forma unilateral, improvisando en algunos casos y sin contar apenas con las asociaciones que participan.
De otro modo, trabajando con las asociaciones se podría incentivar la participación tanto en dicha elaboración como en los diferentes actos. Además, hemos podido saber, que tras la toma de posesión, no había apenas nada preparado para las fiestas. Nos preguntamos si no era una trampa ante un posible cambio de gobierno tras las elecciones municipales.
Un ejemplo de lo comentado antes podría ser el hecho de que la Discomóvil no pasó por todos los bares del pueblo sin aparente explicación y que la propia Discomovil solapara una txaranga programada durante su recorrido.
Con una mayor participación, se podría también buscar ubicación y sobre todo señalizar los WC portátiles. Nos preguntamos si no se podría colocar alguno más y evitar que, por ejemplo, la calle Blas de Ayesa por donde sube el encierro no se convierta en un gran urinario, que era lo que parecía el día 6 de agosto por la mañana.
El programa además aquejaba de falta de algunos detalles e información, el de bolsillo contenía errores como los días (comenzaba el 5 viernes, siendo sábado) y por enésima vez, habla de “bailes regionales” a lo que se denominan “danzas populares” más las faltas de ortografía de dichas danzas.
En cuanto al Txupinazo, queremos denunciar su uso como herramienta política convirtiéndolo además en una auténtica provocación y desafío al más del 50% de la población que no ha votado a éste equipo de gobierno, por lo simbólico de la persona que lo tiró.
Por otro lado, éste equipo de gobierno, como otros anteriores se apropia de un símbolo de toda ciudadanía desde hace tiempo, la bandera de Navarra, que por cierto no sabemos qué coste tiene, si lo tiene, mantenerla tapando la fachada del ayuntamiento sin aparente explicación.
El paloteado, como acto preparado por el grupo Barde-Ribera al que no tenemos nada que reprochar, al contrario, animar y ayudar para que siga. Ahora bien, flota en el ambiente que ha quedado totalmente desvirtuado y es mucha la gente que piensa y así nos los traslada, que el equipo de gobierno lo tiene instrumentalizado, para loarse y evitar esperadas críticas.
Hay que dejar a las asociaciones trabajar libremente y en paz. En cuanto a las vacas, hay que mejorar el control para evitar la participación de menores, no dejarlo sólo en manos del director de lidia y tratar de que la suelta de vaquillas por la noche no sea un día con fiesta por la tarde para poder minimizar los riesgos. Otro punto que conviene revisar sería el de la plantilla de la Brigada Municipal.
¿Por qué no se contrata más personal para los días de fiesta como se hacía antes? De ésta manera se evitarían jornadas desproporcionadas, muchas veces a pleno sol en agosto y provocando una sobrecarga de trabajo y mayor riesgo.
Añadiendo además, de que el personal está para trabajar y realizar una serie de labores, no para recibir órdenes de cualquiera, como ha pasado en alguna ocasión. Una queja que ha llegado de mucha gente es la de la música fuera de los locales, demasiado alta y hasta altas horas de la madrugada. Conviene abrir un debate serio entre comerciantes, ayuntamiento (equipo de gobierno y oposición) y asociaciones para que se regule y así poder buscar un equilibrio entre quienes quieren divertirse y quienes necesitan descansar, porque en fiestas les toca trabajar.
Y al hilo de ésto, hablar también sobre las terrazas de los bares en la plaza. ¿Habrá que volver a marcar como se hacía hace décadas y acotar la zona para terrazas? Porque el día del paloteado fue un hecho desproporcionado.
Al hablar de las agresiones sexistas, manifestamos que es un tema lo suficientemente serio para dejarlo en un mero reparto de abanicos u otros materiales antes del txupinazo. Son necesarias las campañas, mayor educación y concienciación y a lo largo de las fiestas se debería de poder tener un contacto físico de gente o alguna entidad en el caso de que se produjera algún tipo de agresión y que el ayuntamiento actuara consecuentemente.
Finalmente acabamos con dos cuestiones. La primera que por respeto, el ayuntamiento no es una peña de fiestas y no es normal que cualquiera entre y utilice el micrófono para decir tonterías, como por desgracia ha pasado en alguna ocasión. Y la segunda, proponer que, junto con el programa oficial, se podría adjuntar otro con actos extraoficiales que, aunque no sean programados por el ayuntamiento, gozan del mismo interés que el resto.
El autor es portavoz de la Agrupación Fustiñana de Izquierdas.