El Gobierno de Navarra, en su sesión de hoy, ha adoptado dos acuerdos por los que declara el Parque Memorial de Uroz / Urotz (Lizoain-Arriasgoiti) y el Espacio Memorial de la Plazuela de Lodosa como Lugar de Memoria Histórica de Navarra. Ambas ubicaciones, en donde se cometieron asesinatos tras el golpe de militar de 1936, quedarán inscritas en el Registro de Lugares de Memoria Histórica para su protección, conservación y difusión.
Cabe recordar que la Comisión Técnica de Memoria Histórica aprobó el pasado 13 de junio elevar al Gobierno de Navarra la declaración como lugares de memoria de ambos espacios, tal y como establece la Ley Foral de Memoria Histórica de Navarra. La consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, se ha referido a esta norma, que regula la declaración, protección, conservación y difusión de estos espacios, “con la finalidad de que sirvan como ámbitos de transmisión de la memoria, y contribuyan a promover una cultura de paz y convivencia. Con la misma –ha manifestado- se responde al deber de memoria que nuestra sociedad tiene con las víctimas en su derecho a la verdad, la justicia y la reparación”.
En este sentido, la consejera ha recordado que “no sólo pueden declararse como tales las fosas, enterramientos, lugares de detención y asesinato o las obras públicas construidas con trabajos forzados. También pueden serlo –ha señalado- aquellos espacios que, en fechas posteriores, las familias de las víctimas, las asociaciones memorialistas, las instituciones y las administraciones públicas hayan erigido en recuerdo, reconocimiento y reparación de las víctimas de aquella represión, por lo que hoy venimos a cumplir con este mandato declarando estos dos nuevos Lugares de Memoria Histórica de Navarra”.
Ollo ha destacado “el papel que juegan estos lugares en la construcción de la memoria a través de la transmisión intergeneracional. Porque la memoria –ha añadido- es ante todo una cuestión de futuro y una herramienta indispensable para promover valores de respeto, tolerancia y libertad. Por eso estos lugares son fundamentales a la hora de promocionar y transmitir valores de paz y convivencia, desde el recuerdo de lo ocurrido. En esa proyección del futuro que nos permita evitar actitudes totalitarias y antidemocráticas que puedan repetirse de nuevo en nuestra tierra. Ese es el legado que debemos trasmitir a las futuras generaciones”, ha concluido.
El Parque de Uroz es un espacio circular inaugurado en 2018, obra de los hermanos Félix y Julián Lizarraga, en memoria de las personas asesinadas en el valle de Lizoain-Arriasgoiti tras el golpe militar de 1936. Una placa instalada en el conjunto recuerda que el 15 de agosto de 1936 se asesinaron en el lugar a los vecinos de Caparroso Teófilo Jiménez Ladrón, Juan Merino Navarro y Santiago Moreno Alba, enterrados en la fosa de la localidad. En 1980 se recuperaron sus cuerpos, además del de Matilde Ruiz Remón, natural de Cortes. Sin precisar la fecha, también se conoce que en agosto del 36 en el mismo lugar fueron asesinados Valentín Carlos Beroiz, de Aoiz / Agoitz, Pablo Gastesi Expósito, de Pamplona / Iruña, y Mariano Inda Navaz, de Azparren. El espacio también pretende rescatar del olvido a uno de los fugados del Fuerte de San Cristóbal el 22 de mayo de 1938, de identidad desconocida, que fue asesinado y enterrado en Zalba, sin que sus restos hayan sido localizados hasta la fecha.
Tras la capital navarra, Lodosa fue la localidad navarra con mayor número de víctimas mortales, 133, dada su resistencia a la sublevación militar de 1936. En concreto, su Plazuela fue escenario de algunos de esos enfrentamientos armados entre grupos armados y los militantes de fuerzas políticas y sindicales de la izquierda que intentaron hacerles frente. El elenco del circo Anastasini, instalado por aquellos días en la Plazuela, también padeció la violencia golpista.
La localidad fue, además, una uno de los pueblos donde tomó impulso el movimiento memorialista en la Transición con las conocidas como exhumaciones tempranas. Por todo ello, el ayuntamiento de la localidad decidió en 2022 erigir un memorial, encargado al escultor Alberto Odériz, que se concibe como un lugar de encuentro, evocando las gradas del desaparecido circo.
El acuerdo del Ejecutivo incluye la inscripción de ambos espacios en al Registro de Lugares de Memoria Histórica de Navarra, que ya cuenta con 23 bienes protegidos.
La inscripción implica la aplicación de del régimen general de protección y conservación, así como el establecimiento de medidas de divulgación de estos lugares para el conocimiento de la ciudadanía y la difusión de la memoria democrática.