Por Gorka Bueno y Ohiane Jordana:
El desmantelamiento del sistema público es una triste realidad y, tal y como ocurre en el resto de la Administración foral, en Educación también vemos que se avecina una época de recortes que mermarán aún más la calidad de los servicios públicos. El descenso de la natalidad supone una oportunidad de oro para aplicar por fin la bajada de las ratios en las aulas. Desde LAB defendemos esta medida, pues repercutiría directamente en la calidad educativa poniendo en el centro las necesidades diversas de todo el alumnado.
En la actualidad el Pacto Para la Calidad de la Enseñanza Pública de Navarra sitúa las ratios (número de alumnos/as por aula) de la siguiente manera: 25 alumnos/as en las etapas de Infantil y Primaria, 30 en Secundaria y 33 en Bachillerato. El progresivo descenso de la natalidad plantea un pronóstico desolador para muchos centros: menos grupos, cierre de aulas y pérdida de docentes. Sin duda la solución para mantener la calidad y los puestos de trabajo pasa por una bajada real y efectiva de las ratios. Asimismo, esta bajada de ratios repercutiría directamente en la atención a la diversidad del alumnado, un concepto del que alardea el consejero de Educación pero que es imposible de llevar a la práctica mientras no se tengan lo recursos necesarios.
El alumnado con necesidades educativas especiales requiere de apoyos reales e inclusivos de distintos especialistas (PTs, personal de orientación...), y no avanzamos nada si su atención recae, como ocurre en la actualidad, casi exclusivamente en un personal tan saturado como son las y los especialistas de apoyo educativo. Ha llegado la hora de dejar de lado la mera declaración de intenciones del Departamento -tan repetida como vacía de contenido- y atender a la diversidad de una vez por todas tal y como se merece. No debemos olvidar la carga burocrática actual de los docentes, que supone otro obstáculo más de cara a atender adecuadamente al alumnado.
Hoy en día, pero más aún desde la entrada en vigor de la LOMCE y su “necesidad” de aplicarla cuanto antes en los centros, el profesorado ve cómo en vez de tener tiempo para dedicarse a su labor docente, dedica cada vez más tiempo en trabajos burocráticos que muchas veces solo son para cumplir el expediente. La bajada de ratios se traduciría en una mejor atención directa al alumnado, a pesar de la excesiva carga burocrática, en muchos casos cuestionable. Por último, desde LAB queremos denunciar que las horas lectivas de trabajo docente siguen siendo las impuestas tras los recortes del gobierno de Rajoy. Hace dos cursos el Departamento navarro de Educación “vendió” que revertía esa situación, cuando la realidad es que las y los docentes seguimos con esas 2 horas lectivas de más en nuestros horarios (23+2 en Infantil y Primaria, y 18+2 en Secundaria).
Desde LAB exigimos que la reversión horaria de las jornadas laborales sea real y efectiva, sin trampas ni cartón. Así pues, teniendo en cuenta el descenso continuado de la natalidad, en LAB reivindicamos una bajada de ratios real, que asegure los puestos de trabajo docentes y no docentes, que suponga una verdadera atención a la diversidad, y que haga compatibles las labores burocráticas y de docencia directa que debe realizar el personal docente. En definitiva, una bajada de las ratios que ponga en el centro del sistema educativo las necesidades diversas y diferentes de todo el alumnado y que asegure un servicio público educativo de calidad real.
Los autores forman parte de LAB.