ELA ha llevado a cabo esta semana un performance en el paseo de Sarasate de Pamplona, frente al Parlamento, para reivindicar el derecho a la vivienda. En la acción se han denunciado las políticas y la legislación, que favorecen la especulación sobre un bien que debería ser tratado como un derecho básico, y no como un negocio. La performance ha escenificado un campamento para visibilizar a las personas que no pueden acceder a una vivienda.
Tras la pandemia, ELA ha realizado un nuevo diagnóstico sobre la vivienda, y en la primera parte de la acción se han presentado sus conclusiones: En Navarra hay más de 25.000 viviendas vacías, y al año se producen más de 350 desahucios; la renta media de alquiler se encuentra en torno a 1.000 euros en Pamplona y el precio de la vivienda en compraventa es superior a los 1.500 euros por metro cuadrado en todo Navarra.
Hasta 2008, la construcción masiva de viviendas y el abuso de los sectores financieros concediendo hipotecas restringió gravemente el acceso a la vivienda, problema que se ha ido agravando después. El Gobierno de Navarra sigue con esta política, con nuevos pelotazos como el de Salesianos o el anunciado por el para Etxabakoitz y San Jorge, donde, ligado a la estación del TAV, se prevé la construcción de más de 11.700 viviendas, entre otros.
Ante esta realidad, las propuestas de ELA pasan por garantizar por ley el derecho subjetivo a la vivienda, impulsar el alquiler frente al modelo de compra-venta, la limitación de los precios del alquiler, obligar a destinar las viviendas desocupadas a alquiler, paralizar los desahucios, la limitación y control de las viviendas turísticas y aumentar el gasto público en vivienda al 2% del PIB.