Noemí Solanas (Bardenas Libres): "Es inaceptable que un espacio natural protegido esté gestionado por un ente medieval"
Pedro Pérez Bozal
El dinero militar lava demasiadas conciencias supuestamente ecologistas en la Ribera, comarca en la que no es demasiado popular denunciar el greenwashing practicado sin reparos por múltiples organismos públicos.
Algunas voces resuenan contra este aparente discurso único y una de ellas es la del colectivo Bardenas Libres, que este pasado viernes organizó en el Centro Cívico Lestonnac de Tudela una charla bajo el título 'Polígono de tiro de Bardenas y situación geopolítica' en la que participaron Juan Carlos Rois, activista antimilitarista y colaborador de Alternativas Noviolentas, y Luis Gonzalo Segura, exteniente del ejército español.
Al frente del acto estuvo la activista Noemí Solanas Soler, que desde hace años trabaja en diversas organizaciones sociales. Con ella hablamos sobre la actualidad de Bardenas:
¿Qué se encontraron los que acudieron a la charla organizada por Bardenas Libres?
Un espacio de reflexión colectiva, en el que se expusieron razones y datos que han dejado ver los vínculos existentes entre el negocio del armamento y los intereses del Estado español en sostener un desorbitado y obsceno gasto militar ante las necesidades sociales de la población. También se trataron la subordinación de Europa a los intereses de EE.UU y se puso nombre a los responsables, que además de tener intereses en el negocio de la guerra sostienen la dinámica imperialista de la OTAN.
Recientemente Bardenas Libres era la única organización navarra que reparaba entre la contradicción que supone la campaña proucraniana de varios pueblos riberos y el negocio que hacen los mismos gracias a 'los juegos de la guerra' en un Parque Natural. En muchas ocasiones se critica a la Comunidad de Bardenas y se omite el papel de los pueblos congozantes. ¿A qué creéis que se debe?
La propia Comunidad de Bardenas goza de una naturaleza normativa e histórica propia, basada en la dinámica caciquil en la que todo pasa por el criterio de un señor, el presidente de la Comunidad que decide en última instancia, qué se puede hacer en este territorio, qué empresas pueden explotar los recursos de este espacio natural, cuándo podemos acceder a este comunal, y por supuesto también reparte el suculento pago por parte del Ministerio de Defensa a los pueblos congozantes y al Monasterio de la Oliva.
Esta dinámica es hermética, alejada del control público en el que cada congozante recibe 400.000 euros al año año, y en la que los junteros que participan en nombre de cada ayuntamiento, no están obligados a representar la verdadera voluntad del pueblo al que representan. Esto facilita que se genere la sensación de que poco se puede cambiar en esta estructura medieval.
Sin embargo, los pueblos congozantes, que reciben esta cantidad de dinero, lo hacen, precisamente, por permitir que la Comunidad de Bardenas en su conjunto forme parte del entramado de la industria del armamento y de las practicas de guerras exigidas por la OTAN, que tanto sufrimiento generan a la humanidad, incluida la población de Ucrania.
También habéis denunciado la "compra de voluntades" de los municipios congozantes que coordina el presidente de Bardenas, José María Agramonte, que se embolsa 54.000 euros anuales. Para el que no lo conozca, ¿en qué consiste esta influencia económica sobre los miembros de la Comunidad?
Durante los primeros años del contrato actual, firmado por la ministra de Defensa Carmen Chacón y el entonces presidente de la Comunidad de Bardenas José Antonio Gayarre, y en el cual se recibían 7 millones de euros al año, del 2010 al 2016, la Comunidad Bardenas gastó más de un millón de euros en viajes, prebendas, comidas, regalos… algo que fiscalizó Comptos y que aunque no fuera ilegal, debido a la propia normativa de Bardenas, revelaba la peculiar manera de gestionar el dinero público que recibía por alquilar este territorio para bombardearlo.
Esta tendencia de despilfarro escandaloso se corrigió, imaginamos por insostenible sin que a la Comunidad le supusiera aún mayor desprestigio por su dinámica caciquil. Sin embargo, en 2018 la Comunidad de Bardenas comienza a recibir 14 millones de euros al año, en la segunda parte del contrato firmado con Defensa, y es a partir de 2021 cuando la Junta decide subirle el sueldo a su presidente un 200%, así como los sueldos de vocales de la Junta permanente, las dietas, los gastos de kilometraje o de menús.
En resumen, que tienen grandes sueldos y poco más que hacer que sostener el chiringuito con Defensa.
La pasada semana la Comunidad de Bardenas y Diario de Navarra organizaron una jornada 'medioambiental' que clausuró María Chivite. ¿Por qué el Gobierno foral y algunos medios compran la teoría ecologista de la Junta?
La teoría ecologista de la Junta es la misma teoría falsa del ecologismo militar que hay detrás del Ministerio de Defensa y del Ministerio de Transición ecológica, como han demostrado cuando han participado de las Jornadas Divulgativas en las que se argumentaba sin sonrojo, que la presencia y la actividad militar en medio de esta Reserva Natural de la Biosfera promueven una mejor conservación de la naturaleza, sin considerar, en estos estudios, el impacto medioambiental del continuo tráfico aéreo de grandes aviones militares, o los fuertes bombardeos en época de nidificación.
El actual Gobierno foral no tiene ningún interés en desmantelar este polígono militar, más bien todo lo contrario. Si miramos cuál ha sido la dinámica del actual gobierno central formado por PSOE-Podemos en materia de fabricación y venta de armas, se entiende mejor porqué el Gobierno foral y ciertos medios afines mantienen el mismo discurso 'medioambiental' que la Junta de Bardenas.
España es el séptimo exportador de armas en el mundo, y antes de venderlas hay que probarlas, y eso se hace en el Polígono de tiro de Bardenas, a cambio de una contraprestación económica, que ya vemos cómo se reparte.
¿Cuál es el papel del PSN-PSOE respecto a Bardenas?
Básicamente, asegurar la permanencia de estas instalaciones militares, a cambio de silenciar y comprar el descontento de las personas que habitan las zonas afectadas, aunque sean sus militantes o sus votantes.
Según vuestra opinión, ¿cuáles son los pasos que debieran seguir las administraciones públicas respecto al Polígono de tiro?
Las administraciones públicas deberían caminar hacia el desmantelamiento del Polígono y hacia la soberanía y el control de nuestro territorio. Que este Polígono esté declarado de interés para la defensa, dificulta mucho llevar adelante cualquier iniciativa, sin embargo, la voluntad política debería ser mayor para por lo menos diseñar una desconexión programada del chantaje y la dependencia económica a la que han condenado a algunos pueblos congozantes.
Ya que los ayuntamientos no pueden renunciar al dinero que reciben del polígono militar, nosotras propusimos hace un tiempo, dedicar el dinero que se recibe de Defensa a frenar las consecuencias de las guerras que se entrenan aquí, destinando ese dinero a organizaciones y proyectos de ayuda a las personas refugiadas.
Por otro lado, nosotras deslegitimamos a la Comunidad de Bardenas para que siga decidiendo sobre este territorio con alto interés medioambiental, tanto por la falta de democracia en sus orígenes como en su funcionamiento. Es inaceptable que un espacio natural protegido, esté gestionado por un ente medieval, en el que la iglesia tiene voz y voto sobre él, pero no lo haga el Gobierno de Navarra.
¿Qué puede hacer la ciudadanía ribera para protestar contra el Polígono de tiro de Bardenas?
Organizarse, investigar, visualizar y denunciar las consecuencias que tiene este Polígono, crear redes con otros territorios que sufren la presencia de otras bases militares. El Polígono de tiro de Bardenas forma parte de un entramado mayor, al igual que el polígono militar no se entiende sin el tremendo negocio del armamento, sin la pertenencia de España a la OTAN, nuestra lucha no se puede entender si no la conectamos con otras luchas por la defensa del territorio, del medioambiente.
Podemos ofrecer alternativas a la lógica de la guerra imperialista, y eso supone cuestionar el modelo actual de consumismo, apostar por el decrecimiento como alternativa real hacia un mundo menos militarizado y violento.
Charla íntegra de Bardenas Libres: