Toquero evita la autocrítica tras la sentencia del TAN sobre la manipulación partidista de las redes municipales



 



Alejandro Toquero sigue sin estrenarse en la autocrítica a pesar de que en poco más de dos años ha tenido que devolver las dietas que cobró de forma irregular en la Federación Navarra de Municipios y Concejos; tuvo que aplazar el despido de Abel Casado en Eder antes de que el Consorcio tuviese que abonar más de 20.000 euros en un acuerdo extrajudicial con el gerente; ha sido criticado por trabajadores de la Biblioteca de Tudela porque se negó a inscribir a la ciudad en un concurso de difusión literaria; ha sido objeto de protestas por la anterior junta de Protección Civil en Tudela; ha mirado para otro lado después de que saliese a la luz que su mano derecha estaba relacionado empresarialmente con un contratista de la ciudad; y ha motivado que Gobierno de Navarra, representantes del Consorcio Eder, toda la izquierda institucional de la Ribera y los sindicatos representados en Tudela se pongan de acuerdo para protestar por su actitud.

Autocrítica

El nivel del discurso político en Tudela se ha hundido esta legislatura. Y a ello ha ayudado el interés de Navarra Suma de cubrir sus carencias con un choque partidista que se combina con múltiples recuerdos en las redes sociales a ETA. 

Este frentismo se combina con una falta de autocrítica que ha resultado llamativa tras la sentencia del TAN, que ha criticado la utilización partidista de las redes sociales de Tudela y asegura que "debe ser un principio fundamental de un Ayuntamiento, desligar la opinión política de la información veraz y neutral de sus servicios. La publicación y comunicación no debe perseguir objetivos inadecuados al interés general". 

El alcalde de Tudela no entona el mea culpa y prefiere asegurar que borró los mensajes "cuando se detectó el error" (pasiva refleja), que "la gente es inteligente y no se deja manipular" y que Izquierda-Ezkerra y PSN-PSOE quieren sembrar una cortina de humo para que no se hable de la Carta de capitalidad y el Campus de la UPNA en Tudela, que posiblemente sea de lo último que se hable en Tudela. 

Cortina de humo

Resulta llamativo que UPN no aprobase la Carta de capitalidad durante las dos décadas que gobernó Navarra y Tudela, y que ni siquiera lo apoyasen la pasada legislatura ni en el Parlamento de Navarra o en el Ayuntamiento de Tudela. 

Más llamativo es que Na+ quiera hacer creer que el futuro de Tudela depende de un Carta de capitalidad que según los regionalistas debería inyectar 5 millones de euros anuales. ¿Para qué? Cabe recordar que la segunda ciudad de Navarra cerró 2019 con un superávit de 5,6 millones de euros y en 2020 con uno de 3,9. 

La cortina de humo quizá sea la propia Carta de capitalidad, ideal para rellenar junto a obras y tuits quejosos esta legislatura lastrada porque el actual equipo de gobierno carece de una hoja de ruta con puntos programáticos y retos de relieve.