Recuerdo de un Fitero luminoso



 



Por Pedro Pérez Bozal y la Agrupación Socialista de Fitero: 

La Revolución Industrial barrió al absolutismo y evidenció que el problema no solo era que existiera la estratificación social por pertenencia a uno de los estamentos vigentes desde el medievo (nobleza, clero y pueblo llano), sino la dominación del hombre por el hombre a causa de situaciones ventajosas, véase una creciente burguesía que prolongaba la esclavitud. 

Karl Marx, inspirado por el empirismo sindical británico, bebiendo del populismo cristiano y realizando una lúcida lectura del siglo XIX, hilvanó su obra cumbre 'El capital', que completaba la teoría emancipadora del 'Manifiesto del Partido Comunista'. 

Este fue el faro que guio al proletariado occidental para rebelarse contra las acientíficas clases dominantes, que no pudieron salvar la vida de Dios ni consiguieron contener un vendaval obrero cuyos aires revitalizaron la vida de, por ejemplo, Fitero. 

1914

En 1914 se constituyó en el municipio la primera Sociedad de Oficios Varios, que al año siguiente se dirigió con éxito al Ayuntamiento de Fitero a exigirle raciones de comida y trabajo. Por aquellos años visitaba nuestra villa el fundador del PSOE y UGT, Pablo Iglesias Posse, que desde 1910 era asiduo de Baños de Fitero, en 1916 dio una conferencia en el municipio y posteriormente apadrinó el nacimiento del Centro Obrero (ligado a UGT) y la Agrupación Municipal Socialista. 

Esta fue la mecha que animó al Fitero hambriento que se había rebelado contra el abad y se revolvía contra el caciquismo local al votar a una candidatura progresista en las elecciones municipales de 1920 que facilitó que en 1921, tras correr lista, fuese proclamado Donaciano Andrés Fernández como primer alcalde socialista de Navarra.

Donaciano Andrés participa junto a Pablo Iglesias en una estampa dibujada por Manuel García Sesma que nos sitúa en 1922: "Pablo Iglesias solía darse un pequeño paseo por el San Raimundo, en espera de su abundante correspondencia diaria. Al serle entregada por el cartero, se sentaba ordinariamente en un banco del Paseo, cercano al kiosko de la música. Los bancos de entonces no eran tan cómodos como los de ahora, pues eran tres bloques cúbicos de granito". 

Al atardecer, añade García Sesma, "cuando refrescaba un poco, venían a sacar a Don Pablo a pasear por el campo Donaciano Andrés, Demetrio Andrés y otros incondicionales del Centro Obrero. Don Pablo tenía, a la sazón, 72 años y era un anciano venerable, bien conservado: alto, espigado, de barba y bigote blancos y con un pañuelo blanco al cuello en lugar de corbata. De ordinario llevaba un traje entero gris y se tocaba la cabeza con una gorra del mismo color".

Donaciano Andrés

Donaciano Andrés Fernández nació el 6 de septiembre de 1884 en Fitero, ejerció de guarda rural, colaboró con medios como el mítico semanario La Lucha de Clases de Bilbao y ¡Trabajadores!, y fue elegido concejal junto a otros cuatro socialistas en las elecciones municipales del 8 de febrero de 1920. Este triunfo provocó que el ultramontano El Pensamiento Navarro, en su editorial del 10 de febrero de ese año, titulase con enfado "El Socialismo navarro. Teníamos razón". 


Este fiterano afiliado a UGT representó a los sindicalistas fiteranos de adscripción socialista en el III Congreso de Campesinos de Navarra celebrado en abril de 1936 en Pamplona, que se convirtió en una de las cunas del golpe de Estado franquista del 18 de julio. 

Este cuartelazo fascista fue el preámbulo de que Donaciano Andrés, junto a medio centenar de fiteranos, fueran fusilados. El asesinato del exalcalde de Fitero se produjo el 3 de agosto de 1936 en Valtierra "con motivo del Movimiento", recoge un informe franquista. Los aliados de Adolf Hitler justificaron su cacería por ser "persona de ideas extremistas". 

Y no solo eso: tal y como recoge Ángel García-Sanz Marcotegui en el 'Diccionario biográfico del socialismo histórico navarro (I)',  el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Navarra le incoó un expediente el 15 de julio de 1941 por sus ideas políticas, el 15 de octubre de ese año le condenaron a pagar 50 pesetas al Estado en concepto de indemnización, y el 21 de noviembre de 1941 le emplazaron a hacer efectivo el abono de la citada cantidad. 

Es decir, cinco años después de matarlo, le pedían dinero. Y 82 años años después nuestro democrático Ayuntamiento de Fitero no ha sido capaz de hacerle un homenaje. Ni a él ni al medio centenar de fiteranos fusilados por el franquismo. Esta sí que es una deuda histórica.