Las razones que explican la polémica sobre el sueldo del alcalde de Fitero



 


La decisión de Navarra Suma Fitero de disparar el sueldo del alcalde local Miguel Aguirre Yanguas un 77% en plena pandemia a cuenta de que el edil comienza a tener una dedicación exclusiva podría ser un simple fallo a la hora de marcar tiempos políticos (o un exceso económico, para gustos, colores).

Pero lo cierto es que hay varias razones que explican que un alcalde sea capaz de enterrar su tradicional discurso 'pobrista' desplegado en los medios para ponerse una dedicación exclusiva esta semana, en vez de esperarse a 2023 y llevarlo en su programa electoral. Aquí van las claves. 

Falta de alternancia política

En Fitero gobierna la derecha de forma democrática desde hace 42 años. Es decir, en esta villa se da uno de los problemas que pocas veces ofrece la democracia de la Europa occidental: la falta de alternancia. Este hecho, que también se produce en otra localidad ribera como Fontellas, lastró a regiones como Andalucía.

Y en el sur español se demostró que cuando no hay alternancia y la política no cumple su función, unir programas electorales diversos para evitar la guerra, se suelen dar multitud de defectos y sobre todo, de excesos. 

Esta colección de once triunfos conservadores en Fitero no siempre ha tenido que ver con que UPN tenga mejor proyecto o el socorrido tópico que dice que "en el pueblo se vota a la persona". Y es que en esta villa la derecha ha ganado: todas las elecciones autonómicas (once); todas las elecciones generales (quince) y todas las elecciones europeas (ocho). 

Este hecho, que en Fitero un Manuel Fraga en mínimos ganase a un exhuberante Felipe González, denota cierto fanatismo (seguramente de ambas trincheras, que normalmente disparan el porcentaje de voto en la localidad).

Y este pleno de triunfos puede crear una sensación de impunidad que en Fitero, solo en esta legislatura, se ha visto como desde el equipo de Gobierno se intenta no hacer ruido con un acto vandálico en una instalación municipal en favor de Vox (y como se denuncia con aspavientos que se arranquen papeleras y se calla que el Ayuntamiento de Fitero fue denunciado por SEPRONA por el enésimo incendio encima del cementerio municipal). 

O como Navarra Suma, tras recordar una y mil veces que habían donado el sueldo de un mes en plena pandemia (síntoma de que entendían de que las circunstancias sanitarias obligaban a apretarse el cinturón), ahora es capaz de subir el sueldo del alcalde un 77%. ¿Recursos limitadísimos? Ja. Ese discurso, que suele ser exhibido en público y privado, se cae al ver cuál es la partida del rallye de Fitero o como se van a gastar varios miles de euros en 2021 en "la imagen de Fitero". 

Otra clave que explica esta sensación de impunidad es la falta de contrapesos internos en Fitero. Y es que, si mañana Navarra Suma decide montar una central nuclear junto al colegio, seguramente no demasiados fiteranos levantarían la voz para protesar por ello. Ni habría consecuencias demasiado negativas para UPN Fitero.

Este hecho se explica con que, por norma general, en UPN Fitero rara vez hay voces discordantes en público. La homogeneidad del tejido asociativo fiterano, con escasos proyectos incómodos para la ideología hegemónica en el pueblo, y otras particuliaridades fiteranas, véase la entrevista a José Luis Castillo, redundan contra la ruptura de un discurso único en Fitero (donde abunda el nacionalismo español, el voto a Vox y el gusto por actividades de ocio tradicionalmente ligadas en el imaginario colectivo a la derecha española). 

La falta de fuerza de la izquierda local, que colecciona derrotas y no cuenta con 'respiraderos'; la comodidad de los intelectuales orgánicos (que saben que Fitero les patrocina sus profundas reflexiones sobre el Císter y otros temas irrelevantes para el día a día local); la obscena manipulación de los medios y redes locales; y el pavor de la juventud a significarse en Fitero (casi todos los que han salido del pueblo saben cómo está Fitero, pero antes pagarían su sueldo de un mes a darle siquiera un 'me gusta' a una publicación incómoda para el poder político reinante), arrojan un resultado muy preocupante. 

Cierto es que al actual equipo de Gobierno no hay que regatearle algunos encomiables pasos que fueron exigidos por AFI de una forma más o menos procedente (jerarquización de problemas, recorte de gastos no estructurales o aceptación institucional de la diversidad). 

Pero polémicas nefastamente resueltas por Navarra Suma en la polémica del campo de fútbol o en el sueldo, el alcalde aparca su habitual exhibicionismo mediático y se esconde, dejan claro que en Fitero es prioritario organizar un proyecto alternativo que acabe de cuatro décadas que no hay ni siquiera valorar políticamente. Porque el problema de Fitero no es tanto ideológico como de gestión. Y para analizarla hay que mirar los números de la localidad en demografía, industria o urbanismo.