Desmontando la "persecución" denunciada por Fernando Ferrer




Catorce grupos políticos riberos pidieron hace unos días la dimisión de Fernando Ferrer como presidente de la Mancomunidad de la Ribera por ser uno de los principales responsables del, según ellos, "cúmulo de despropósitos" que rodean a la resolución del concurso de limpieza viaria para 17 localidades del sur de Navarra. 

Los partidos, coaliciones o agrupaciones municipales progresistas lideradas por el PSN-PSOE e Izquierda-Ezkerra aseguran que Fernando Ferrer, mano derecha del alcalde tudelano Alejandro Toquero, es "un pésimo gestor" y le acusan de "no dar la cara"

"Persecución"

Ferrer se ha defendido de las críticas denunciando está sufriendo "una persecución", tal y como recoge Diario de Navarra. Además, asegura que las fuerzas progresistas, a las que acusa de "cebarse de manera oportunista", buscan presionar al Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Navarra, que en unos días resolverá si Cespa-Acciona fue perjudicada en el concurso ante FCC. 

El presidente de la Mancomunidad afirma que esta supuesta presión "es antidemocrática" y en la Cadena SER también ha explicado sobre la polémica del concurso que el problema, según él, es que "no es un pliego bueno para Tudela, si estuviese bien elaborado no estaríamos donde estamos ahora". 

Ferrer dice que "la presidencia" de la Mancomunidad de la Ribera "lo que hace es seguir los consejos técnicos y jurídicos, las decisiones están basadas en las opiniones de los miembros de la mesa cada uno con su rol". 

Razones para su caída

Resulta sorprendente que Fernando Ferrer convierta la legítima política de las fuerzas progresistas en una "persecución". El presidente de la Mancomunidad de la Ribera y concejal de Tudela, cargos por los que obtiene un sueldo anual de 44.398 euros, debería ser destituido de forma inmediata por orden de Navarra Suma. 

Ferrer, que no practica la autocrítica, está protagonizando una gestión en la que la diligencia y transparencia están brillando por su ausencia. Cierto es que él intenta mover el marco conceptual del debate, su gestión, hacia sus intereses: su supuesta defensa de Tudela a pesar de que UPN en la capital ribera avaló el pliego en la pasada legislatura. 

Dice el miembro de Na+ que sigue los consejos técnicos, cuando es público y notorio que intentó echar del concurso a Cespa-Acciona basándose en el criterio de solo uno de los tres técnicos (situación que fue revertida por el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Navarra). 

¿Más consejos técnicos? Ferrer desoyó que uno de los técnicos informó sobre los incumplimientos técnicos de FCC, que tal y como señaló Diario de Noticias no tuvo "en cuenta los descansos de 20 minutos cada 6 horas en el número de horas que iban a trabajar sus empleados de limpieza, tal y como exige el convenio".

Y cuando la setencia obligó a la Mancomunidad a readmitir a la rival de la gestora de su planta de residuos, Ferrer y su equipo intentaron tumbar el concurso. Pero de nuevo el mismo organismo jurídico se lo impidió. 

Pero ese no fue el único problema para el concejal tudelano. Y es que Diario de Navarra le llamó para preguntarle sobre la intentona de anular el contrato y él afirmó que la decisión se había tomado "por consenso" en la Permanente. Y este hecho era... mentira. 

Porque el vicepresidente de la Mancomunidad de la Ribera, su compañero de partido Mariano Herrero (alcalde de Monteagudo), votó en contra de reiniciar el proceso de limpieza. Y una representante del PSN-PSOE (la concejal de Ribaforada Elena Sancho) se abstuvo. 

Ferrer tampoco ha aclarado todavía qué papel tuvo en la adjudicación del rediseño de la imagen de la Mancomunidad a un empresario con el que compartía negocio. Ni ha sido capaz de responder ni a una sola de las preguntas que le realizaron los partidos progresistas riberos. 

En definitiva, que la supuesta "persecución" es un interesado resumen de un frenesí de errores, mentiras y movimientos que, en todos los casos, pudieron perjudicar a Cespa-Acciona y beneficiar a FCC.