¿Qué haría usted con 160.000 euros?



Por Carlos Guillén Sola, en nombre de la Agrupación Fustiñana de Izquierdas: 

“Comunes el sol y el viento, común ha de ser la tierra, que vuelva común al pueblo lo que del pueblo saliera” (Luis López Álvarez) 

Ésta es la pregunta que mucha gente se podría hacer en Fustiñana hoy. Porque 160000€ es buen pellizco, ¿eh? Es lo que ha pagado el equipo de gobierno municipal, con el dinero de toda la vecindad por el edificio del antiguo Cine Lux. ¿Poco o mucho? Pues entendiendo que, al Arzobispado, que es la entidad que se ha embolsado los 160000€, no le ha costado ni un céntimo, ni de euro ni de peseta, pues les fue donado por la extinta Fundación Juan Ferrer, ¡todo un auténtico dineral! 

Recapitulando, el equipo de gobierno se ha gastado ésa suntuosa cantidad en un edificio al que al arzobispado le ha salido gratis, pues lo adquirió en concepto de donación, que desconocemos y dudamos haya pagado IBI a lo largo de su historia y que para más inri, el Ayuntamiento de Fustiñana ha tenido que hacerse cargo del mantenimiento durante décadas, pues estando una temporada trabajando para la brigada, recuerdo ir a limpiarlo o a reparar goteras. 

Y espera, que aún queda reformarlo. Y eso suponiendo que cuando se ajustaron las cuentas, ¿algo se descontaría por el mantenimiento antes mentado, no? De no ser porque en Fustiñana “nunca pasa nada”, “hay cosas de las que es mejor no hablar” o simplemente “un pueblo, es un pueblo”, se habría desatado una polémica como una catedral. Al alcalde le diría “Sergio, o mucho debíais a la iglesia y aprovechando la coyuntura, se ha saldado el debo o te han engañado como a un conejo”. 

Porque otra explicación, no cabe. O tal vez han pagado parcela en el “Reino de los Cielos”, eso sí para menos de la mitad de la población, porque a quienes no les votamos y seamos sinceros, tampoco a algunas personas que les votan, no nos van a hacer hueco en el supuesto “Concejo Celestial”. No os penséis, que hay quienes sólo importáis el día de las elecciones, luego si te he visto no me acuerdo. Y como tengamos razón los que no creemos ni en dios ni en el destino..., ¡tan caro que nos va a salir vagar en pena más allá del cementerio!

“Trabajar por el pueblo” dicen, como si dijeran algo, pero al pueblo hoy le duele un poco más el bolsillo aunque se disimule. “Defender el patrimonio”, comentan y ciertamente es un noble ejercicio. Y por ésto mismo me vienen cosas a la cabeza. Qué pronto acudieron a los tribunales para reclamar aquellos 800000€, que todo el mundo sabía, no íbamos a perder, pues hablando se entiende la gente y se subsanan los errores, pero qué poco se ha movido ningún equipo de gobierno municipal para reclamar algunas cosas que nos corresponden. 

¿Sabía alguien que la Casa Parroquial fue inmatriculada por la Iglesia de Fustiñana el 20 de septiembre de 1929, el Centro Parroquial fue “agrupado” a la Iglesia con una triquiñuela similar a coste 0 el 25 de septiembre de 1959, la Ermita de Sta. Lucía fue inmatriculada por el Arzobispado de Pamplona el 20 de noviembre de 1980 y que el Templo Parroquial Nuestra Sra. De la Asunción fue inmatriculado por la Diócesis de Pamplona el 30 de enero de 2006, según datos que se hicieron públicos hace unos años? ¿Se sabe en qué situación se encuentran actualmente? 

Es decir, no sólo no se reclama a la iglesia, en forma de Diócesis, Arzobispado, etc., aquellos bienes inmuebles que son del pueblo y parece ser, nos han sido usurpados, sino que además, les damos un premio gordo de 160000€. Por las molestias, será. ¿Qué piensa de ésto la vecindad? Porque creyentes, ateos, agnósticas, practicantes de otra fe o descreídos, alguna opinión tendrán. ¿Con qué cara se puede dar un sermón a nadie? 

Los mismos que hablan en nombre de Jesucristo, sí, el que echó a cañazos a los mercaderes del templo y transitó por la vía de la “pobreza voluntaria”, aunque parece ser recuerdan mejor otra mítica frase del de Nazaret; “pedid y se os dará”. Y el Muy Ilustre, ahora ¿qué?, ¿se va a actuar, o nos tiemblan las piernas porque, con la iglesia nos hemos topado? Mucha gente se estará riendo. Pero os va a doler la tripa de reíros, cuando vayáis al ayuntamiento en nombre de alguna entidad o asociación, y el concejal o concejala de turno, ante vuestras sugerencias os diga que “no tiene dinero”, como si fuera suyo. Os váis a acordar de éstas líneas. 

Porque con 160000€ bien se podrían reformar los vestuarios (y sobraría) del CD La Peña. Se podría arreglar y reforestar un poco la plaza del millón, o reformar a fondo el frontón, que los vestuarios hace poco “hacían aguas” de forma literal, recuperar el 0’7% destinado a cooperación internacional que tanto costó implantar y qué pronto aprovecharon la crisis para quitarlo, o se podría recuperar la figura de Técnica de Igualdad en exclusiva para ése puesto. 

O invertir en algún proyecto de energía renovable, del que pueda aprovecharse toda la vecindad, de forma cooperativa y con control público, evitando tutelas externas. Con 160000€ se daría un paso para empezar a municipalizar la residencia, se podrían arreglar las averías de las piscinas municipales, a poder ser antes de verano, o mejorar el alumbrado público, que una cosa es la contaminación lumínica y otra no ver un carajo en algunas rondas del pueblo. 

Y un largo etcétera de cuestiones que estarían antes que pagar ésa cantidad, por ése inmueble que costó 0 pts/€ al arzobispado. Que luego viene otra, que es darle uso y mantenerlo. Porque claro, si lo que se pretende es intentar igualar o superar al Auditorio de Ribaforada, en primer lugar vamos tarde, como de costumbre y competir con algo que tenemos a menos de tres kilómetros y que lleva mucho tiempo consolidado, la caída con todo el equipo está a la vuelta de la esquina y ¡ójala me equivoque!, porque será la vecindad la verdadera pagana de todo éste asunto una vez más. 

Y a ver a quién le echan las culpas entonces, ¿al Gobierno de Navarra, a “losdepamplona”, a la oposición local, a la gente que “no responde”? En resumidas cuentas y para no terminar de forma tan dramática el artículo, como estamos hablando de un cine, se dan todos los ingredientes para una comedia al más puro estilo de uno de los grandes; el desaparecido García Berlanga. Porque hay que reconocer que el hecho es berlanguiano hasta el infinito. Y espero (aunque mucho es decir), que se pueda revertir el asunto y, como decía, que el pueblo recupere aquello que le corresponde.