Navarra recibe miles de expedientes de la prisión de Tudela de entre los años 1926 y 1960




El Archivo Real y General de Navarra ha recibido en depósito por parte de la Administración del Estado cerca de 40.000 expedientes personales de internos de varios establecimientos penitenciarios de Navarra que abarcan un arco cronológico de 1926 a 1960.

El traspaso de la documentación se escenificó este jueves en un acto en el que participaron la consejera de Cultura, Deporte y Turismo, Rebeca Esnaola y el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz. En el acto estuvieron presentes también la directora general de Justicia del Gobierno de Navarra, Maite Arenaza; el director general de Cultura, Ignacio Apezteguía; y el director del Centro Penitenciario de Pamplona, Jonatan García.

La consejera calificó este traspaso como “necesario” y “demandado por la sociedad navarra”, ya que contribuirá a tener “un mejor conocimiento de nuestro pasado”. Un pasado que, según ha reconocido Esnaola, corresponde en buena parte “a un período de tiempo convulso,  crítico y doloroso para muchas familias navarras”. 

Además, el depósito de estos expedientes en el Archivo Real y General de Navarra facilitará también, según explicó Rebeca Esnaola, la investigación, “porque se trata de fuentes primarias de información que aportarán luz a muchas sombras”. 

Esnaola finalizó asegurando que “el compromiso de Gobierno de Navarra será el de velar por la conservación y puesta a disposición de esta documentación a todas y todos los navarros y a la sociedad en general”. 

Un largo proceso

Con el acto de recepción de los expedientes finaliza un proceso que comenzó en el año 2019, cuando la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana retomó las gestiones realizadas en años anteriores para solicitar el traslado al Archivo Real y General de Navarra de la documentación de cronología histórica que, procedente de la antigua Prisión Provincial de Pamplona, se custodiaba en el actual Centro Penitenciario de Pamplona I. Las negociaciones desembocaron en la suscripción, en abril de 2022, de un protocolo general de actuación en materia de archivos entre el Ministerio de Cultura y Deporte y el Gobierno de Navarra.

Fruto de dicho protocolo, en mayo de 2022 se acordó, entre el Ministerio de Cultura y el Gobierno de Navarra, el depósito en el Archivo Real y General de Navarra de aquellas series documentales sobre las que la Comisión Superior Calificadora de Documentos Administrativos (CSCDA) hubiera dictaminado, en razón de su valor histórico, su conservación permanente. Esta fue la calificación que obtuvieron los documentos que hoy recoge el Archivo, cuyo traslado fue autorizado, definitivamente, por una orden ministerial de julio de este año.

Herramienta para el control administrativo de los internos

La documentación depositada se refiere, por un lado, a los expedientes de internos de las cárceles de los partidos judiciales de Estella, Tafalla y Tudela; por otro, a los expedientes de la Prisión Provincial de Pamplona y, por último, a los de la Prisión y Sanatorio Penitenciario Antituberculoso del Fuerte de San Cristóbal.

El conjunto documental está constituido por 480 cajas, que contienen 39.781 expedientes personales de internos de cronología 1926-1960, custodiados hasta la fecha en el Centro Penitenciario de Pamplona I.

La llevanza y producción de estos expedientes, también llamados “expedientes procesales”, fue generalizándose y normalizándose en nuestro país con el paso del tiempo, hasta constituirse, ya en el siglo XX, en la principal herramienta de control administrativo de la situación penitenciaria del interno. De su relevancia da idea el que, cuando se ordenaba el traslado de un recluso a otro centro penitenciario distinto, el interno fuera conducido a su nuevo destino acompañado de su expediente.

Los expedientes personales de internos están integrados por las diligencias y documentos a los que da lugar la estancia de un interno en un centro penitenciario a lo largo del periodo de privación de libertad al que haya sido condenado o durante el periodo de tiempo para el que se haya dispuesto su detención.  El contenido típico de estos expedientes puede estructurarse en tres elementos. Por un lado, un formulario de identificación que abre el expediente y en el que se anotan los datos personales del interno. Por otro, una hoja de vicisitudes en la que, por orden cronológico, se van consignando las distintas diligencias relativas a aquellos actos o hechos que modifican la situación penitenciaria del interno o que son relevantes para la misma; como los traslados de centro, las rebajas de condena, las calificaciones de conducta, las recomendaciones médicas, las sanciones, los indultos o las concesiones de libertad condicional y extinción final de condena. 

Y, por último, los expedientes están integrados también por el conjunto de documentos que sirven de sustento a las diligencias contenidas en la hoja de vicisitudes y que, a modo de protocolo, se anexan a continuación de dicha hoja.


Se trata de expedientes, en cualquier caso, cuyo contenido ha de ser visto bajo la perspectiva de la época en la que fueron redactados, ya que contienen informaciones, en muchos casos, de carácter sensible que ya no se recogen en los expedientes penitenciarios actuales.