Pero no es del todo satisfactorio. Los residuos deben ser tratados allí donde se generan, porque al transportarlos de un sitio a otro se generan emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, que pueden agravar problemas como el cambio climático o el ozono troposférico. También es negativo el lugar elegido para tratar los lodos y hacer la biometanización, junto al río Ebro, en zona inundable, en mitad de tierras de cultivo de alta productividad.
A parte de los problemas que pueden existir en la calidad de las aguas del Ebro no podemos perder suelo agrícola tan rico y fértil. Otro de los problemas que vemos a este proyecto es el destino final del digestato. Nuestra entidad ve con mucha preocupación que ese residuo vaya a aplicarse en terrenos de cultivo, no es un simple abono. Sin un control exhaustivo y riguroso pueden ir al campo sustancias tóxicas como metales pesados (cadmio, cromo, cobre, mercurio, níquel, plomo y zinc), compuestos orgánicos (dioxinas, furanos, PCBs, PFAs, PFOs, PFOA o BFRs) o agravar la mala situación de nuestra zona aumentando los niveles de nitratos.
El actual modelo productivo y de consumo, que no para de crecer, conlleva la gran generación de residuos: plásticos, envases, vidrio, y también lodos de depuradora. Los lodos de depuradora son “la caca de la caca”, y son consecuencia directa y a veces invisible de nuestro sistema. Un modelo que no busca reducir los residuos. Lejos de esto se diseñan grandes plantas de tratamiento, como la planteada para Tudela, totalmente sobredimensionadas, esperando que algún día puedan tratar las crecientes cantidades de residuos. ES
POSITIVO
Consideramos positivo que se realicen mejoras en la planta de Tudela en la depuración de las aguas que se van a verter al río Ebro y que se trate de minimizar el problema de los olores, aplicando sistemas de desodorización en lodos de Tudela o de zonas muy cercanas.
ES NEGATIVO
Ecologistas en Acción rechaza totalmente que se traten lodos de otras zonas de Navarra lejanas a Tudela, como Lodosa, Andosilla, San Adrián, Estella o Tafalla. Los lodos se deberían tratar allí donde se generen, diseñándose y construyendo plantas más pequeñas, para no volver a caer en el mismo problema de una concepción antigua, que centraliza todos los lodos de Navarra únicamente en dos plantas: Tudela y Arazuri-Pamplona.
Ya que estaríamos realizando un transporte muy negativo, que genera emisiones de GEIs y otros contaminantes. Por otra parte, el lugar elegido para construir la Fase 2 es muy negativo porque pueden generarse problemas de contaminación al cauce del Ebro. Recordemos que esta planta se proyecta a escasos metros de uno de los ríos más caudalosos de la península. En caso de crecida o fallo eléctrico pueden verterse al suelo y río Ebro materiales no tratados que contengan contaminantes como medicamentos, compuestos orgánicos o metales pesados. A su vez, al ampliarse las instalaciones y construirse nuevas, se destruiría suelo fértil, ya que Mosquera forma parte de la Vega Histórica de la ciudad.
Una de las consecuencias negativas del Cambio climático es la pérdida de suelo agrícola. Por este motivo no podemos perder más y mucho menos perder suelo de tanta calidad. Los procesos de biometanización necesitan grandes cantidades de energía para poder funcionar. NILSA ha trabajado de manera previa con CENER, quien en un informe asegura la neutralidad energética de la planta de Tudela.
Pero en este proceso se están produciendo emisiones, añadiéndolas a ese balance final, que simplemente se podrían no producir, por ejemplo las emisiones derivadas del elevado transporte. Tampoco se trata de reducir emisiones de otras formas, reduciendo el agua consumida, decreciendo en nuestro modelo productivo o promoviendo la producción o consumo de “Km 0”.
Tampoco se hace hincapié en reducir la contaminación de las aguas residuales: eliminando actividades contaminantes en los polígonos industriales o eliminando nuestros jabones y detergentes por productos más respetables con el medio ambiente.
ES PELIGROSO
Nuestro modelo de sociedad genera grandes cantidades de residuos, entre ellos lodos de depuradora. Rechazamos la incineración o que se entierren en vertederos como El Culebrete. Ante la necesidad de qué hacer con ellos, nuestra entidad quiere alertar de los peligros de aplicar al campo un residuo. El digestato puede tener efectivamente características agronómicas, pero también puede contener metales o compuestos orgánicos. Optar por compostar estos lodos tampoco está dando buenos resultados, ya que por ejemplo en Arazuri su compost tiene problemas de metales.
Y es que los lodos de depuradora son el resultado de la depuración de las aguas residuales de toda la red de saneamiento, incluidos domicilios y polígonos industriales. Precisamente en las aguas residuales provenientes de los polígonos industriales está uno de los mayores peligros, pues pueden venir con contaminantes orgánicos o metales pesados, que no se separan o tratan previamente antes de que se unan a los de domicilios.
Otro problema es el del aumento de los niveles de nitratos, precisamente en una zona ya vulnerable, con elevada contaminación por nitratos. Que se vaya a aplicar este digestato en el campo no fomenta el modelo de agricultura que defendemos: una agricultura extensiva, de Km 0, respetuosa con la tierra y sus tiempos. Lejos de promoverse una agricultura y ganadería extensiva y ecológica, el digestato se aplicará en los campos no como una necesidad de los mismos, sino como una necesidad de deshacerse de este residuo, llevando a los suelos y acuíferos al límite de su carga.
NILSA cuenta con un informe de INTIA, pero además de no fomentar un modelo de agricultura sostenible, este sistema puede fallar en cualquier momento si no se hacen controles exhaustivos y rigurosos sobre la composición de todos los lodos que se apliquen, y de todos los suelos que los vayan a recibir. Que la gestión sea pública no garantiza que no pueda haber problemas.