La consejera de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola, ha inaugurado hoy viernes 2 de junio la exposición “Tiempo de Mujeres. Huellas femeninas en la historia de Navarra”. La exposición ha sido comisariada por las doctoras M. Raquel García Arancón, Ana Zabalza Seguín y Mari Mar Larraza Micheltorena, profesoras de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea de la Universidad de Navarra. En el acto también ha participado Félix Segura Urra, director del Archivo Real y General de Navarra.
La consejera ha señalado en su intervención que “este nuevo proyecto expositivo nos propone un recorrido por la historia de Navarra, a través de la vida de diferentes mujeres y de los documentos conservados que relatan detalles de su existencia”, y ha añadido que “desde el anonimato o desde la visibilización pública, son mujeres ejemplo de valentía, de dar un paso al frente en la defensa de ideas y derechos, en sociedades en las que sus opiniones y su desempeño en la vida pública no se consideraban relevantes, e incluso de interés”. “Su tenacidad y el ir logrando mayor visibilidad ha propiciado un notable avance en el reconocimiento de la igualdad”, ha apuntado Esnaola.
La exposición podrá visitarse hasta el 29 de octubre en la cripta protogótica del Archivo Real y General de Navarra, todos los días de la semana de 10:00 a 14:00h y de 17:00 a 20:00h, incluidos fines de semana y festivos.
Se ha previsto la realización de visitas guiadas gratuitas a la exposición todos los sábados por la mañana, previa reserva en el teléfono 848 42 46 67. A finales de octubre tendrá lugar un ciclo de conferencias que se anunciará en su momento.
Un recorrido desde la Edad Media hasta la Edad Contemporánea
El recorrido expositivo sigue un orden cronológico que comienza en la Edad Media, continúa en la Edad Moderna y termina en la Contemporánea, culminando con la primera experiencia democrática que trajo la II República. Esta perspectiva es la que mejor permite apreciar la evolución de la mujer, con sus avances y sus retrocesos.
El primero de los bloques está dedicado a “La mujer medieval, entre luces y sombras”, una época en la que las mujeres se hicieron presentes en el mundo religioso, económico y cultural y, de forma excepcional, en la cima del poder político, en la realeza. El protagonismo corresponde a mujeres encumbradas a la cúspide social, como Berenguela de Navarra, mujer de Ricardo Corazón de León, o Blanca de Artois, reina de Navarra tras su matrimonio con Enrique I de Navarra y posteriormente con Edmundo de Lancaster. La otra cara de esta existencia la protagoniza la princesa Inés de Navarra, de vida desdichada por su matrimonio con Gastón de Foix, pero activa litigante y defensora de sus derechos ante los más altos tribunales. Por el contrario, mujeres nobles y burguesas como Flandina Cruzat hicieron gala de su capacidad para gestionar sus intereses y disponer de sus vidas y haciendas.
El segundo bloque se adentra en los siglos modernos con “La mujer, dueña de lo cotidiano” y centra su atención en el ámbito doméstico, el hogar, que permitió a las navarras desempeñar un papel crucial en la sociedad. Ejemplos notables de un “matriarcado” en el que las herederas de la casa eran mujeres, generación tras generación, o de hábiles gestoras y negociantes que sostenían la hacienda familiar en ausencia de sus maridos. Francisca y Joaquina de Gages fueron las primeras y únicas mujeres en solicitar ante las Cortes su naturalización como navarras, lo hicieron en 1757. Y entre 1669 y 1670 Isabel de Labayen firmó varios impresos con su nombre y apellido como propietaria de una imprenta en el único caso similar que se conoce. La cultura escrita solo estuvo al alcance de muy pocas, como las reinas Juana de Albret o Margarita de Angulema en la Navarra francesa, conocidas por su notable formación intelectual, sin olvidar los conventos, foco de espiritualidad y recintos de cultura, donde Leonor de Ayanz y Beaumont redactó a finales del siglo XVI una de las primeras biografías escritas en el reino, la de Catalina de Cristo.
Siglo XIX, visión aperturista
“Camino de la emancipación” es el tercer y último bloque y ofrece una visión distinta y aperturista de la mujer hacia las nuevas oportunidades que dieron inicio en el siglo XIX con el triunfo de las ideas liberales. Un momento caracterizado por el regreso de las guerras al reino, situación que obligó a muchas navarras a salir en defensa de los ideales de cada bando, liberal o carlista. Para finales de siglo, Navarra se había convertido en una de las provincias a la cabeza de la alfabetización femenina, gracias a que contaba con grandes educadoras, como María Ana Sanz Huarte, directora de la Escuela Normal de Maestras, cuya voz afianzó el papel de las navarras en la sociedad del momento y clamó por la emancipación y su igualdad jurídica. Un ámbito tradicionalmente femenino como el sanitario recibió el reconocimiento profesional en los títulos de enfermera, comadrona y médica, con grandes figuras como Juana García Orcoyen, primera navarra licenciada en Medicina. Con la II República surgieron perfiles que defendieron la igualdad de derechos civiles, sociales y políticos, como el derecho al voto representado en la figura de Julia Álvarez, la primera navarra en presentarse a unas elecciones, en 1936, y primera gobernadora civil de España en 1937, frente a otras destacas figuras de la vida política de aquella Navarra como Dolores Baleztena, presidenta de “Las Margaritas” o Josefina Irujo, dirigente de “Emakume Abertzale Batza” de Estella.
61 documentos datados entre los siglos XIII y XX
La exposición exhibe 61 documentos datados entre los siglos XIII y XX, muchos de ellos inéditos y hasta ahora nunca expuestos, entre los que se encuentran el sello de Blanca de Artois de 1275, el inventario de los bienes reclamados por Ines de Navarra en 1391 a la corte bearnesa, el testamento de la rica burguesa pamplonesa Flandina Cruzat de 1343, nombramientos de nobles navarras que actuaron como servidoras en la corte de Blanca de Navarra en el siglo XV, un ejemplar de la obra de Joannes Leizarraga “Iesus Christ Gure launaren Testamentu Berria” promovida por la reina Juana de Albret, otro del “Heptameron” escrito por su madre Margarita de Angulema, la “Vida de Catalina de Cristo” escrita por Leonor de Ayanz y Beaumont, cartas enviadas por indianos a sus mujeres en el reino, alguna de las obras impresas por Isabel de Labayen, una carta escrita en 1834 por Pancracia Ollo, mujer del general Zumalacárregui, un listado de pasajeras que embarcaron a La Plata en 1890, un discurso escrito en 1922 por María Ana Sanz sobre “La mujer en la sociedad actual” o los reglamentos de varias asociaciones femeninas durante la República.
En el caso de documentos de figuras como Berenguela de Navarra, ha habido que acudir a reproducciones conservadas en otras instituciones como la British Library o los Archives Départementales de La Seine y de La Sarthe puesto que en Navarra no se conservan documentos de ella como reina de Inglaterra. Otras instituciones que han prestado sus documentos son los archivos municipales de Tudela y Olite, el Archivo Diocesano de Pamplona, la Biblioteca de Navarra, la Fundación Caja Navarra, la Biblioteca de la Universidad de Navarra, el convento de carmelitas descalzas de San José de Pamplona, el Museo del Carlismo, el Museo Etnológico de Navarra “Julio Caro Baroja” así como varias familias navarras.