Por Miguel Carasusán;
En este año 2022 se han terminado en Tudela algunas obras significativas, entre las que destacan las del Paseo de Pamplona, con una inversión que ronda los dos millones de euros, y las de las piscinas de verano y los campos de fútbol del Complejo Deportivo Municipal Clara Campoamor, con más de seis millones de euros gastados.
Por otra parte, hay varias actuaciones importantes que se encuentran en ejecución o en tramitación: la remodelación de la Plaza Padre Lasa (1.600.000 euros) ya ha comenzado, el Corredor Verde (3.400.000 euros) lo hará en breve, San Nicolás-Green Temple (1.200.000 euros) no acaba de arrancar y la rehabilitación del Estadio Ciudad de Tudela (5.000.000 euros) parece -digan lo que digan- más muerta que viva. Y viendo todo esto y el devenir de la situación de lo urbano en nuestra ciudad, con el Paseo de Pamplona finalizado, los proyectos de la Plaza del Padre Lasa y del Corredor Verde, el abandono de la recuperación del Cerro de Santa Bárbara, la falta de intención de continuar con la peatonalización iniciada hace años y de redactar un Plan de Movilidad Sostenible (PMUS), la dejación municipal ante la progresiva invasión del espacio público por parte de negocios privados... algunas personas interesadas en el urbanismo y en la construcción de la ciudad estamos bastante preocupadas.
Empezaré analizando el nuevo Paseo de Pamplona, que no nos ha causado buena impresión. Se ha hecho una obra de renovación y mejora, ampliando las aceras y construyendo un trozo de carril-bici peligroso y aislado que no conecta con nada. Se han invertido dos millones de euros y donde antes había coches y espacio para los coches, ahora sigue habiendo coches y espacio para los coches. Desde mi punto de vista, se trata de una actuación fallida, ya que después de semejante inversión, el nuevo Paseo de Pamplona ha nacido viejo y Tudela no ha cambiado en nada.
Me preocupa la remodelación de la Plaza Padre Lasa y de su entorno, con una previsión de gasto de 1.600.000 euros. Y me preocupa porque a pesar de proyectarse la renovación total de la plaza, se mantiene la avenida del Barrio como una calle con tráfico rodado con una nueva rotonda y con calzadas a niveles diferenciados, y además no se va a conectar ni visual, ni ambiental, ni peatonalmente, la plaza renovada con la avenida de Santa Ana. Otra gran inversión, en otro punto clave de la ciudad, que también va a resultar fallida, porque no va a transformar ni a cambiar Tudela. Me preocupa también -y mucho- el Corredor Verde, cuyas obras se han adjudicado recientemente en casi tres millones y medio de euros. Y me preocupa mucho porque esta actuación, que debería ser clave para Tudela, se ha quedado reducida a un proyecto triste y sin ambición, con mucho hormigón y muy poco verde, que se limita a urbanizar los espacios cercanos al río pero que no mejora ambientalmente el entorno fluvial del Ebro, ni lo integra adecuadamente en la ciudad, ni aumenta su capacidad de adaptación a las inundaciones ni al cambio climático.
Otra gran inversión, en el centro de la ciudad, con la que tampoco vamos a conseguir ni transformarla, ni cambiarla. Cierto que se está llevando a cabo un trabajo apreciable en la realización de obras de mejora y de mantenimiento de las calles de la ciudad, pero desafortunadamente estamos viendo demasiado a menudo que en el ayuntamiento no entienden que el urbanismo del siglo XXI se hace con la participación de todas y de todos, y que siguen anteponiendo los coches a los peatones y a las bicicletas y el hormigón a las zonas verdes. Está claro que no tienen como objetivo ni como modelo una ciudad peatonal, verde e inclusiva.
Y para muestra un botón: haciendo balance de la inversión ejecutada o prevista en puntos clave de la ciudad, resulta un gasto cercano a los siete millones de euros (lo que suman las obras del Paseo de Pamplona -2- y los presupuestos de la Plaza Padre Lasa -1,6- y del Corredor Verde -3,4-). Siete millones de euros que únicamente van a servir para adecentar la ciudad, sin transformarla ni cambiarla en profundidad. Y así no se construye la Tudela del futuro.
El autor es miembro del Colectivo de Independientes de Tudela.