Sobre la obscena campaña de promoción personal de Sayas para fichar por Vox



 


Uno

Arrancaba la semana con el PSOE y Unidas Podemos amarrando una precaria mayoría para convalidar la reforma laboral sin tumbarla. Ambos partidos incumplen lo prometido y agrietan la relación con sus socios a cambio de asegurarse la complicidad de la patronal y Europa. 

El texto supone un positivo cambio de dinámica tras treinta años de recortes en derechos y golpea con dureza a la temporalidad, pero la cerrazón negociadora del Gobierno, que antepuso el pacto social sobre los legítimos representantes de la voluntad popular (los miembros del Congreso), aboca al enfado de PNV, Euskal Herria Bildu y Esquerra Republicana de Catalunya. 

Dos

Es martes 1 de febrero de 2022. Faltan 48 horas para la votación y todas las miradas se dirigen a los dos diputados de UPN en el Congreso. Uno de ellos se pronuncia en Twitter. Es Sergio Sayas, que asegura que en el partido no han "decidido aún ninguna posición. Todos los escenarios siguen abiertos". Es decir, el de Buñuel se muestra abierto a apoyar la reforma.

Tres

Miércoles 2 de febrero. Javier Esparza negocia por teléfono con los socialistas Félix Bolaños y Santos Cerdán. Y llegan a acuerdos: los dos diputados de UPN apoyarán la convalidación de la reforma y, entre otros asuntos, los concejales del PSN-PSOE votarán a favor de una modificación presupuestaria de 27 millones de euros en el Ayuntamiento de Pamplona, cuyo pleno no iba a reprobar a Enrique Maya porque la carbonizada Maite Esporrín iba a cambiar de parecer, una vez más. Faltan por conocer qué otros puntos tenía este acuerdo, pero es probable que algunos de ellos tengan que ver con que María Chivite cambie de socio parlamentario preferencial: Na+ en vez de EH Bildu. 

Cuatro

Son las 8.20 horas del jueves 3 de febrero. Quedan 40 minutos de arrancar el debate sobre la reforma laboral y Carlos García Adanero entra en 'la primera llamada del día' de la Cadena SER en Navarra. El diputado asegura que está en desacuerdo con la postura de UPN, pero garantiza que Sayas y él no romperán la disciplina del voto. 

En los pasillos del Congreso, sobre las 11.00 horas, Sayas también se muestra disconforme con la postura regionalista. Pero ninguno de los dos diputados son capaces de dar un solo argumento contrario al texto de la reforma, que afectará a alrededor de 20 millones de trabajadores, y simplemente muestran su postura 'antisanchista'. 

Sayas y García Adanero callan sus propósitos con un fin: dejar al Gobierno sin margen de maniobra. Ambos podrían haber dado la cara, pero ofrecen la espalda con el ánimo de horadar al Ejecutivo. Y es que son conscientes de que Sánchez y Díaz podrían haber recabado una abstención de última hora del PNV a cambio de alguna componenda en Euskadi o Navarra. 

Cinco

La derecha mentirosa: el diputado extremeño Alberto Casero se ausenta de la sesión porque dice estar enfermo. Pero, cuando es consciente de que ha fallado en 3 de las 12 votaciones del día por vía telemática, se presenta en el Congreso. Las mentiras se suceden: ni está malo, ni hubo error informático, ni un diputado puede cambiar el sentido de su voto a nivel presencial cuando ya lo ha emitido, ni Meritxell Batet daña a la democracia al no revocar el voto de Casero. 

No hay precedentes de que un tribunal permita repetir votación en cuatro décadas, pero el PP busca ahora que el ruido tape el ridículo que ha hecho García Egea y los dos diputados tránsfugas a los que aplaudían. 

Seis

Anatomía de un instante: ¿Por qué Alberto Casero llegó hasta el Congreso cuando su voto se suponía irrelevante? ¿Por qué el grupo de Vox se volvió a aplaudir a García Adanero y Sayas? Probablemente porque los dos diputados de UPN estaban en sintonía con los grupos de Casado y Abascal mientras le ocultaban la verdad a sus compañeros regionalistas, dañando así la imagen de Javier Esparza. 

Siete

El Gobierno salva la reforma, Casero se convierte en el hazmerreír político y Sayas invoca principios para hacer lo que hizo tras conocer que UPN le quiere echar, a pesar de que esta decisión va a dejar sin voz a los regionalistas en el Congreso por primera vez en 42 años. 

Sayas está sembrado: dice que "fruto del nerviosismo" insinuó que iba a votar a favor, muestra un infantilismo retórico al asegurar que él no ha llamado a Esparza porque el líder de UPN no le llamó e él (cómo si este tuviera que hacerlo), y asegura que los ciudadanos están por encima de los partidos, no parecía pensar lo mismo cuando ejercía de número dos de Barcina como secretario de Organización. 

Ocho

El problema de UPN en Madrid lleva arrastrando desde que Esparza en 2019 decidió diseñar su equipo, en 2015 se lo repartieron cuotas lideradas por Sanz y Barcina, lo que abocó a dar una patada hacia arriba, Madrid, a la vieja guardia del Parlamento: Catalán y García Adanero se marchaban al Senado y Congreso respectivamente tras 28 años atornillados al Parlamento y Sayas se iba también a Madrid tras 12 años como parlamentario. 

Que la voz de UPN en Madrid la tuvieran tres personas que no están en el círculo de confianza de Esparza ha implicado que estos vayan por libre. Y lo cierto es que Catalán, a su manera, ha defendido los intereses de Navarra en el Congreso, Sayas y García Adanero se mimetizaban con Vox y se dejaban querer por la ultraderecha mediática: García Adanero es comentarista estrella de Estado de Alarma, proyecto fundado por Javier Negre (varias veces condenado por faltar a la verdad) y Sayas, ayer mismo, le decía a Jiménez Losantos que estaba orgulloso de poder representarle en el Congreso. 

Nueve

García Adanero y Sayas no son amigos y su postura contraria a la reforma laboral, aunque pactada entre ambos, no comparte objetivos: Porque García Adanero es un ultra (vean el indigno discurso que exhibió respecto al Gobierno central tras la famosa agresión a su hijo o su postura de manifestarse contra el autogobierno, al negarse a que el Ejecutivo estatal devuelva Tráfico a Navarra tras serle arrebatada por el franquismo). 

Y el segundo parece un ultra por interés, pero en su día y sin despeinarse ya defendió que UPN se desmarcase del PP y apoyase las bodas gais aprobadas por el Gobierno de Zapatero. El de Buñuel, respaldado por su amigo Toquero, no se repone de su derrota en primarias contra Esparza y sabe que el final de la legislatura iba a suponer su muerte política tras dos décadas. 

Sayas, en símil futbolero, es un futbolista que acaba contrato y tenía que retirarse a final de temporada. Y para prolongar su carrera ha decidido meterse un golazo en propia puerta con el ánimo de que un ojeador rival, los racistas y homófobos de Vox, le fichen. Su interés es seguir ganando más de 100.000 euros en política, sueldo que sabe que no se acercará si algún día ejercer la carrera que estudió: Filología. 

Santiago Cervera dijo de Sayas, en plena campaña de promoción personal, que es "probablemente el político más desagradable que hay en Navarra", pregunten en el Ayuntamiento de Berriozar o en el Parlamento de Navarra a ver cuántos amigos ha dejado, y el Noticias, antes de las primarias, dijo que "el mero hecho de que alguien como Sergio Sayas, un oportunista sin carisma ni proyecto que ha ido medrando en el partido sin otra ideología ni más aliados que quienes aspiran a seguir ligados a un cargo público, se crea con opciones de disputar a esparza el liderazgo del partido describe a la perfección la falta de rumbo en la que se encuentra la sigla de UPN".