El servicio de admisión de Atención Primaria paga los platos rotos; por Marisol Saiz-Aja



 




Desde antes de la pandemia, con la política de recortes, ya existían problemas de citación: dificultad para dar citas a todos los usuarios, listas de espera, continuo aumento de las cargas burocráticas… que impedían la correcta atención a la ciudadanía. También se “utilizaba” el plan de mejora de Atención Primaria para derivar las demandas de los usuarios al personal sanitario más adecuado. Algo que venden como novedoso pero no lo es. 

Pero desde marzo de 2020 con la pandemia del COVID, la situación de gravedad y confinamiento ha puesto en evidencia aún más las carencias y limitaciones de nuestro sistema público de salud. Al personal administrativo se le ha exigido gestionar los centros de salud, consiguiendo a duras penas que las agendas estén organizadas diariamente para intentar dar cobertura a todas las necesidades. A primera hora de la mañana, a causa de la falta de profesionales y el aumento de la demanda (con una plantilla totalmente insuficiente para satisfacer dicho aumento) añadido a la escasez de citas para dar atención, comienza una situación de estrés continuo hasta el final de la jornada. 

Porque saben que tienen que lidiar con la presión de la población que demanda atención y tienen que hacer “encaje de bolillos” para cuadrar cada cita, intentando priorizar al paciente que más lo necesite, con el miedo a equivocarse. Para ello el paciente debe explicarles qué es lo que necesita, no por ningún interés en conocer dicha información, que entienden personal y sujeta al secreto profesional, sino porque es la única forma que le ofrecen sus gestores para poder organizar las agendas y asignar al profesional más adecuado para cada caso. 

Ello implica también que el tiempo de demora con cada paciente es mayor al habitual y esto repercute en que no se puedan atender tantas citas como quisieran. Necesitamos más personal de admisión y en general, para atender toda la demanda que se genera, si queremos llegar a un mínimo de calidad. Cada vez se asumen más tareas en los centros de salud y se deben asimilar protocolos de atención que van cambiando diariamente y que además, en muchos casos, ni siquiera se comunican previamente a la plantilla e incluso los propios pacientes tienen conocimiento antes que ellas, porque se anuncian en la prensa. 

No contentos con todo ello, el viernes 26 de noviembre, se anuncia la necesidad de pasaporte Covid para poder entrar en los lugares de ocio. Consecuencia, largas colas en los centros de salud para pedir el pasaporte, mientras que la demanda sanitaria se quedaba relegada en un segundo término. No es la primera vez que se instauran medidas sin ninguna planificación previa, sin personal y sin contar con la opinión de los centros. 

A causa del caos del viernes, la gerencia anuncia el domingo, la apertura de dos oficinas para obtener el pasaporte Covid. ¿No se podía haber previsto antes? La ciudadanía tiene toda la razón para sentirse enfadados y demostrar con ello la falta de recursos para su atención.Tienen mucha dificultad para acceder al centro de salud y ser bien atendidos. Sienten frustración por no saber cómo dar solución a sus problemas de salud. El personal administrativo de los centros de salud constituye en muchos casos, la primera respuesta a sus demandas y en ocasiones descargan su enojo y enfado, aumentando el número de reclamaciones hacia el centro, sin que la plantilla sea capaz de darle solución. La situación es límite: no pueden más, se sienten maltratadas. 

Son profesionales y están jugando con su salud física y psíquica. El trabajo de todo el personal de los centros de salud tiene gran parte de vocacional. Las administrativas desarrollan su labor dando atención de cara al público, relacionándose de forma directa con los pacientes del su barrio o pueblo. Pero este trabajo que les gusta tanto, necesariamente debe tener unas condiciones dignas, que en la actualidad no tiene. Se necesita administrativos con experiencia y conocimientos del funcionamiento de los centros de salud, no vale solo con un manual. 

Se necesita formación continua, se necesita fidelizar a los administrativos ya que, con las condiciones actuales, van a conseguir que los pocos que quedan, salgan corriendo en los próximos traslados a otros puestos de la Administración. La situación que se está generando en Atención Primaria con la pésima organización y la falta de personal está provocando situaciones muy duras de ambiente laboral, en la que la ciudadanía nos hace responsables a la plantilla de los centros de una situación derivada de una pésima gestión. 

Hemos pasado de ser indispensables a ser los paganos de la falta de atención. Pedimos a la ciudadanía que eleve sus quejas a los responsables de Osasunbidea, que lejos de poner soluciones no hacen sino poner “palos en las ruedas” y desprestigiar la labor que las profesionales realizamos. 

Marisol Saiz-Aja es administrativa en el CS Sanduzelai y delegada de LAB en Osasunbidea