La consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, ha presidido, en el Ayuntamiento de Mendavia, el acto de entrega a sus familiares de los restos de Francisco Lecea Sancho, asesinado en la Fuga de Ezkaba de 1938. Sus restos fueron los primeros en ser identificados en la fosa de Olave / Olabe, la primera que se exhumó, en febrero de 2016, y en la que se encontraron enterrados dieciséis cuerpos.
En el acto han estado presentes, además de la consejera Ollo, el director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, Martín Zabalza; los responsables del Instituto Navarro de la Memoria Josemi Gastón, Cesar Layana y Manuel Ibáñez, así como representantes de diferentes asociaciones memorialistas, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y de Nasertic. También han participado la alcaldesa de Mendavia, María José Verano, y miembros de la corporación y de la “Asociación Mendavia Memoria Histórica 1936”, que han acompañado a las y los familiares que han asistido al acto.
La consejera Ollo ha destacado en su intervención que el compromiso con la memoria que demostraron familiares y vecindario de Mendavia desde las exhumaciones tempranas “ha sido inspiración para quienes hemos venido después” y ha ratificado “el compromiso del Gobierno de Navarra por no cejar en el empeño, por seguir trabajando en la búsqueda de cuerpos y en su identificación, y en otras políticas públicas de investigación, difusión y divulgación de la memoria”.
Los restos de Francisco Lecea fueron identificados en la fosa de Olave, que es la primera que se exhumó, dentro del plan de exhumaciones del Gobierno de Navarra, en febrero de 2016. Allí se encontraron enterrados dieciséis cuerpos, y el de Francisco ha sido el primero en poder ser identificado. Se trata de la fosa con más cuerpos de las once exhumadas en relación con la fuga de San Cristóbal. Fue reconocida en 2019 como Lugar de Memoria Histórica de Navarra, y señalizada como tal. Además, es el destino final de la primera etapa del GR225, y ha sido escenario de actos memoriales, como los realizados en el contexto de la marcha “Las botellas de la libertad”, en el marco del programa “Escuelas con Memoria”.
Francisco Lecea, ferroviario represaliado
Francisco Lecea estaba casado con Fermina Cenzano y tenía dos hijos. Trabajaba como ferroviario en Logroño, donde fue detenido por un grupo de falangistas mendavieses, que lo trasladaron a Pamplona / Iruña. Ingresó en el Fuerte de San Cristóbal el 21 de enero de 1937. Participó en la fuga del 22 de mayo de 1938, y fue capturado y asesinado en Olave, con otros quince compañeros, todavía sin identificar. La familia de Francisco sufrió la represión y su viuda tuvo que marcharse del pueblo e ir a vivir a Burgos con sus dos hijos.
Francisco Lecea tuvo dos hermanos asesinados tras el golpe militar de 1936. El mayor, Manuel, nacido en Mendavia en 1895, era labrador, estaba casado, tenía seis hijos y estaba ligado a la UGT. Fue asesinado en Sansol el 29 de julio de 1936, a donde fue conducido desde la cárcel local de Mendavia. Lorenzo nació en 1912, era soltero, jornalero, y adscrito a la CNT. Fue detenido y conducido a la prisión de Pamplona, donde permaneció del 29 de julio al 3 de agosto de 1936. Fue asesinado en Urbiola el 7 de septiembre de 1936, tras pasar por la cárcel de Estella-Lizarra. Un cuarto hermano, Toribio, se vio obligado a alistarse en el Tercio Sanjurjo, aunque consiguió sobrevivir.
Con Francisco Lecea son ya 31 las personas identificadas por el Banco de ADN del Gobierno de Navarra, gestionado a través del Instituto Navarro de la Memoria, que ha abierto hasta la fecha 285 expedientes. En torno a la fuga, son ya nueve los fugados identificados, y se han tomado muestras genéticas de familiares de otros cuarenta más.