La Peña Beterri y Nabarralde editan el comic 'El gran viaje de Benjamín de Tudela'



 



La Peña Beterri de Tudela y Nabarralde han editado el comic 'El gran viaje de Benjamín de Tudela' que ha sido realizado por Mikel Begoña (guionista) e Iñaket (dibujante). Esta obra será presentada este próximo martes 5 de octubre a las 17.30 horas en la Casa de Almirante de la capital ribera. 

Benjamín de Tudela

Los datos que se poseen sobre su vida y obra vienen explicados en el prólogo a su Libro de Viajes (Séfer Massot): hijo de Jonás de Tudela, fue al parecer un hombre inteligente, conocedor de las normas y leyes de vida judía. Ostentaba el título de rabino, dominando el hebreo, el árabe, el latín, el griego y el romance.

Se presupone que inició su periplo entre 1172 y 1173, volvió a Castilla en 1175, y murió poco después sin haber tenido tiempo de poner en orden sus notas, que se deben a un anónimo autor, el cual prologa el texto.

El viaje de Benjamín de Tudela, iniciado desde su tierra natal, le llevaría a salir de tierras peninsulares, para pasar a la zona francesa, y dirigirse desde Montpellier a las repúblicas italianas, haciendo especial hincapié en contar su visita a Génova, Pisa, Roma, Nápoles, Amalfi y Malfi. Después visitará Antioquia, y la describirá con todo lujo de detalles; desde Beirut pasará a Tierra Santa (San Juan de Acre, Haifa, Cesarea, Tiberias...); a Jerusalén le consagra un importante lugar en su obra.

Tras diferentes peripecias, llegará primero a Bagdad y después a Babel, para continuar por tierras persas, la India y Egipto, y desembocar en una magistral descripción de Alejandría. Cerrará el texto con diferentes narraciones de Bohemia, Croacia, Rusia y Francia.

Gracias a sus magníficas descripciones sabemos el lugar exacto de la antigua Babilonia, ciudad que después de ser destruida en los siglos vii y viii se pierde la memoria de su ubicación, hasta el punto de que el comerciante inglés J. Eldred la situó en Bagdad cuando Benjamín de Tudela la había situado correctamente en las colinas artificiales, o tttlúl, (sing. Tell) que rodean a la actual población de Hilla, pero su obra escrita en hebreo y su traducción española de Arias Montano eran de difícil consulta.

En conclusión podemos decir que Benjamín de Tudela relata su viaje a las grandes orbes de su tiempo haciendo una evidente selección. Sistemáticamente analizará el número de días de marcha de una comunidad judía a otra, el gobierno local ciudadano, las riquezas naturales, principales actividades mercantiles y comerciales, la seguridad de los caminos y vías marítimas, la orografía, introduciendo en ocasiones leyendas y tradiciones orales. El texto es interesante por los conocimientos que aporta sobre la política del mundo cristiano mediterráneo, las vías comerciales desarrolladas en su época, la vida y costumbres de las comunidades judías por las que dice pasar, los personajes importantes que conoce en ellas, aquello que ve y escucha, etc.

Su meta fue intentar instruir a futuros viajeros decididos a recorrer los caminos, al mismo tiempo que hacer volar la imaginación de los que no puedan realizar el sueño de viajar. En realidad inicia un género literario prácticamente desconocido en la literatura judía contemporánea a su siglo. Este Libro de Viajes conoció diversas ediciones a partir de la primera en Constantinopla, en 1543, surgió, en 1575, la edición latina realizada por Benito Arias Montano, en Ámsterdam y en 1583 aparecerá otra versión latina posterior, seguida en 1666, de una holandesa y otra en yidish, también ha conocido diversas versiones traducidas al castellano, tal y como señala la Real Academia de la Historia.