La fundación Sustrai Erakuntza presentó ayer en Pamplona un informe sobre la problemática de la gestión de residuos en Navarra que también analiza lo que está pasando en Caparroso con la polémica macrogranja impulsada por la controvertida empresa Valle de Odieta.
El informe denuncia "el desastre de la biometanización" en el vertedero de El Culebrete que gestiona desde 2003 FCC", que según Sustrai "hace y deshace lo que quiere en la planta".
El viaje de los residuos hacia la biometanización
Sustrai explica en la entrada a la planta tudelana "los residuos mezclados son introducidos en una serie de cintas transportadoras y otras máquinas, para intentar separar sus diferentes materiales. Esto consigue separar una pequeñísima fracción de materiales aprovechables. El resto se separa en dos partes. Una que son diversos materiales, pero de tan mala calidad que no son aprovechables, por lo que van al vertedero. Y la otra que se supone que es mayoritariamente materia orgánica, que pasa a la zona de biometanización".
"En esa fase, la materia orgánica junto con todos los materiales que le acompañan y no han podido separarse, son triturados y mezclados con agua. Después se introducen en un recipiente estanco donde se calientan a unos 35ºC para que las bacterias metanogénicas conviertan parte de la materia orgánica en metano, un gas combustible que es utilizado para producir electricidad. Tras pasar en el recipiente un número indeterminado de días, se extrae de él un lodo parcialmente orgánico, residuo que es filtrado. La parte solida pasa por un proceso similar al compostaje que la estabiliza parcialmente. Pero no puede ser utilizado para mejorar los suelos agrícolas por estar muy contaminado. Por eso acaba siendo depositado en el vertedero. No se sabe que se hace con la parte líquida", añaden.
Susatrai dice que "en la parte donde se realiza ese compostaje también se pueden tratar residuos orgánicos separados selectivamente, que pueden producir un compost de calidad, si se tuviera la precaución de no mezclarlos con lo anterior. Eso es lo que la mancomunidad publicita que hacen, pero sin embargo esta mancomunidad aun no ha desplegado sus contenedores para recoger materia orgánica separada selectivamente".
Capacidad
El informe también asegura que la planta de El Culebrete "en el momento de su inauguración tenía una capacidad de tratamiento de 50.000 toneladas de residuos de la fracción resto al año, tal y como informa FCC. Sin embargo, a los pocos años de estar en funcionamiento, ese límite fue rebasado con los residuos traídos de otras mancomunidades. Por lo que, entre 2008 y 2015 la planta estuvo tratando cantidades que fueron aumentando hasta las 68.000 Tn/año, por encima de la cantidad inicialmente prevista y legalmente autorizada".
"Esta irregularidad, recuerdan, no fue subsanada durante años, hasta que el Gobierno de Navarra modificó en 2015 la Autorización Ambiental Integrada (AAI) de la planta, permitiéndole tratar a partir de entonces hasta 70.000 Tn/año, pero sin establecer ningún otro cambio en el proceso de tratamiento, ni tampoco cambios o mejoras en la maquinaria de sus líneas. No fue el único cambio en las cantidades a tratar que se permitió".
También recuerdan que a principios del 2017 "el Gobierno volvió a ampliar la autorización de tratar residuos de la fracción resto en la planta hasta los 204.000 Tn/año, las que tiene permitidas en la actualidad. Importante modificación que se realizó sin ningún tipo de modificación en las instalaciones, ni tan siquiera realizar el tramite completo para otorgar una nueva AAI, dada que la modificación era suficientemente sustancial como para requerirlo 22 . Este impresionante aumento en la cantidad de residuos de la fracción resto que pueden ser introducidos en la parte inicial de la planta, la que trata de separar sus componentes, se produjo en el contexto de un intento de añadir a lo que ya gestiona, el tratamiento de parte de los residuos de Gipuzkoa".
Las prácticas de FCC, al descubierto
Pero, sigue Sustrai, "a mediados de 2017 el proyecto fue abandonado, puesto que Gipuzkoa encontró otros vertederos. Sin embargo, FCC se quedó con una instalación que de manera legal puede tratar hasta 204.000 Tn/año, un aumento que es muy ventajoso para la empresa, dado que es conocido que FCC recibe mayor remuneración económica de la administración cuanto mayor es la cantidad de residuos tratados. Algo que explica su interés por buscar residuos de donde sea preciso".
"La capacidad que tiene esta planta para aumentar o disminuir la cantidad de residuos que gestiona sin modificar sus líneas resulta sorprendente. La única explicación que se ha encontrado a esta posibilidad es que para 'tratar' más residuos, la empresa pone a mayor velocidad sus cintas transportadoras y máquinas, y por lo tanto entran más residuos en el mismo tiempo… Pero, evidentemente, esto va en contra de la correcta separación de los residuos, de ahí que sus tasas de reciclaje sean siempre ínfimas", añaden.
Sustrai denuncia que "el interés de las empresas privadas que gestionan estas plantas es recoger grandes cantidades de residuos sin separar, para poder así justificar muchas toneladas de residuos introducidos en sus plantas, y aumentar así el dinero que cobran por su gestión. Parece que ese también es el objetivo de FCC en la planta de Tudela".