El ex número dos de Interior acusa a Fernández Díaz de utilizar el cuartel de Fitero en beneficio propio






Jorge Fernández Díaz está en el epicentro jurídico-político por su supuesta utilización de medios públicos para espiar de forma ilegal a sus adversarios políticos, que habrían sufrido las mentiras del Ministerio del Interior.

El alicaído dirigente popular, todavía dolido porque Pablo Casado no le incluyera en la lista de las europeas, niega las acusaciones que le salpican de la 'operación Kitchen' y esta semana ha protagonizado un duro careo de ochenta minutos contra su ex número dos en el Ministerio, Francisco Martínez. 

Acusaciones

Martínez asegura que su exjefe estaba al tanto de la contratación de Interior del chófer de Luis Bárcenas, que espiaba al extesorero del Partido Popular con ánimo de evitar que su documentación llegase a los medios o los tribunales. 

El exministro se mostró dolido por los supuestos insultos que supuestamente le ha dedicado su excompañero: "Me has llamado idiota integral, me has llamado cabrón, me has llamado hijo de puta, me has llamado miserable junto a Mariano Rajoy y Soraya Saénz de Santamaría, me has llamado bobo... Por tanto, no había mucho afecto de ti hacia mí".

En el careo Martínez mantuvo que tanto Fernández Díaz como él obtuvieron información sobre el chófer de Bárcenas a pesar de que ambos sostienen desconocer el nombre del operativo: "Jamás ni él ni yo oímos hablar de un operativo que se llamase Kitchen, ni nada parecido, pero me ratifico íntegramente en que a mí me llama (Fernández Díaz) para pedirme una información de un señor que era informador y recabo esa información".

Y el exsecretario de Estado también sacó tiempo para arremeter contra Pablo Casado: "Es una actitud inmoral e indigna del Partido Popular. Si el PP del señor Pablo Casado no sabe cuidar a la gente que ha trabajado bien, mucho me temo que no sabrán cuidar nunca a los españoles que no conocen".

El cuartel de Fitero

Martínez, exsecretario de Estado durante la etapa de Fernández Díaz en Interior, le acusó en el careo de informarse sobre distintos operativos: "Ah no, el DAO de la Guardia Civil no te mandaba novedades, el DAO de la Policía no te mandaba novedades...". 

Y remata Martínez: "Hasta el capitán del puesto de Fitero te mandaba cosas a tu teléfono". Fernández Díaz, visiblemente molesto, replicó: "¿Pero qué estas diciendo? No hagas más desagradable esto de lo que es". ¿De qué operativo informaba "el capitán del puesto de Fitero" a un señor conocido por las fuerzas vivas locales fiteranas como 'Jorge ministro'?

Cabe recordar que Fernández Díaz, que en sus paseos por la villa parecía creer que tenía poderes propios de la Edad Media, impulsó de forma personal la construcción de un cuartel en Fitero que fue criticado por la propia Guardia Civil, que no creía que la supuesta criminalidad que se disparó en la villa fuese razón suficiente para invertir dos millones de euros en esta obra. 

La Asociación Unificada de Guardias Civiles afirmó desconocer "qué motivos existen para abrir otra vez este cuartel, puede ser que el señor ministro tenga familia en Fitero y amistades, como el alcalde del pueblo (Pachi Yanguas), donde veranea todos los años".

La larga sombra de Fernández Díaz

Fernández Díaz, que fue acusado en 1983 por El País de aprovechar sus puestos políticos para 'enchufar' a sus allegados, se dedica ahora en escribir en Ok Diario o La Razón disparates del tipo "cuestionar la monarquía es más letal para España que el coronavirus" y en realizar declaraciones como "Benedicto XVI me dijo que el diablo quiere destruir España". 

El exministro, "un vago" según aseguran algunos de sus excompañeros en declaraciones a eldiario.es, rechaza las acusaciones de espionaje ilegal y acusa a Francisco Martínez de haber manipulado 'whatsapp' para comprometerle.

Una táctica similar utilizó Fernández Díaz contra Daniel de Alfonso, con el que se aireó una conversación que dejaba claro que el ministro quiso utilizar la guerra sucia contra los mismos dirigentes del nacionalismo catalán con los que compadreó durante décadas. 

Fernández Díaz dijo entonces que las conversaciones estaban manipuladas, pero en el libro 'Cada día tiene su afán' (pagado por el Grupo Planeta de su amigo Mauricio Casals) cambió de versión y explicó que sabía que tenía micrófonos ocultos.

El 'ministro de Fitero', que antes de ser nombrado tuvo que ser conminado por el CNI a no entorpecer la negociación entre el Estado español y ETA, también ha tenido que cambiar su versión contra José Manuel Villarejo. Y es que, cuando El País destapó que el comisario tenía 12 empresas valoradas en 16 millones de euros, el entonces ministro aseguró que Villarejo había "prestado relevantes servicios al Estado, y es mi obligación decirlo, en la lucha antiterrorista y contra el crimen organizado".