Navarra Suma lleva su guerra contra Eneko Larrarte hasta Pamplona




El Gobierno de Navarra ha sido una de las escasas instituciones estatales que ha decidido mover ficha sobre el drama social que supone la falta de vivienda, la especulación inmobiliaria y el brutal encarecimiento de los alquileres.
 
El vicepresidente navarro José María Aierdi, respaldado por el director de Vivienda Eneko Larrarte, se reunía la pasada semana con veinte alcaldes con la intención de explicarles en qué consiste la segunda fase del plan piloto del Gobierno foral que implicará la creación de un censo de viviendas vacías. 

Cascante, Castejón, Cintruénigo, Cortes,  Milagro, Villafranca y Tudela deberán dar cuenta de unas viviendas que el Ejecutivo intenta que se pongan en alquiler mediante los incentivos que se le ofrecen a los propietarios. 

Pero en Navarra Suma están molestos por la estrategia del Gobierno foral quizás porque la coalición que lidera Javier Esparza no quiere siquiera que muchos propietarios sean 'molestados' con una misiva que parece ser que resulta lesiva para la moral de algunos. 

Navarra Suma ha exigido la dimisión de Eneko Larrarte, exalcalde de Tudela y actual director de Vivienda del Gobierno de Navarra, por la utilización de datos entregados por los propietarios a Hacienda "para confeccionar el registro de viviendas deshabitadas". 

Cabe recordar que el Ejecutivo foral para elaborar el censo ha contado con los datos sobre consumo de agua en 2019 facilitados por la Mancomunidad de Pamplona al Departamento de Hacienda para la lucha contra el fraude fiscal

Larrarte, excolaborador de la Plataforma de Afectados de la Hipoteca, asegura que se acoge a la excepción legal contemplada en el artículo 105.1ñ de la Ley Tributaria para recabar estos datos y ha explicado en Naiz que Na+ "se ha equivocado" porque "no han tenido en cuenta lo que dicen las diferentes leyes, se han fijado en una y han obviado las demás". 

Sea como fuere, es evidente que Navarra Suma ha llevado a Pamplona su campaña contra Larrarte y de paso dejan claro que les preocupan muchísimo los propietarios 'molestados' por una carta. Seguramente también les alarman los miles de navarros que sufren el precio desorbitado de la vivienda y la precariedad laboral. Pero por ahora lo llevan con más discreción... 

O directamente con desinterés. El mejor ejemplo de esta apatía es la última decisión de Navarra Suma en Tudela, que ha decidido desentenderse de las viviendas sociales de gestión municipal que estaban en manos del consistorio y le va a pasar la gestión de las mismas a la empresa pública navarra Nasuvinsa.