V铆a: Daniel Ravent贸s, Gustavo Buster y Miguel Salas
De igual manera que la mortalidad del Covid-19 est谩 determinada por el debilitamiento del sistema de salud p煤blico por las pol铆ticas de austeridad, la capacidad de respuesta pol铆tica a la crisis social y econ贸mica esta lastrada por la crisis del R茅gimen del 78.
Una crisis que, como ha recordado estos d铆as Javier P茅rez Royo, es posible que no la vean los ciegos, pero est谩 ah铆: 4 elecciones en cuatro a帽os, gobierno por decreto, falta de presupuestos, gobiernos minoritarios, bloqueo de la renovaci贸n de los 贸rganos judiciales, bloqueo del sistema de financiaci贸n del Estado de las Autonom铆as, crisis constitucional en Catalu帽a, deslegitimaci贸n de la monarqu铆a. En este caldo de cultivo t贸xico es en el que hay que interpretar el llamamiento de Pedro S谩nchez a unos nuevos Pactos de Moncloa para la Recuperaci贸n post-confinamiento pocos d铆as antes de levantar el cierre de la producci贸n no esencial el “Lunes de resurrecci贸n”, como ven铆a exigiendo la patronal, sin levantar por ello el Estado de Alarma.
Desde las elecciones del 10 de noviembre de 2019 y la formaci贸n del Gobierno de Coalici贸n Progresista (GCP) minoritario, apoyado en la coalici贸n de la moci贸n de censura contra el gobierno Rajoy que incluye esencialmente al PNV y ERC, las derechas sociales y pol铆ticas han lanzado una campa帽a de deslegitimaci贸n contra lo que consideran una “coalici贸n socialista-neocomunista” que atenta directamente a sus intereses y es un “peligro reputacional” para el mantenimiento de su dominaci贸n de clase y la unidad del Reino.
Acabar con el Gobierno de Coalici贸n Progresista
Su primer objetivo es la divisi贸n del PSOE y la dimisi贸n de Pedro S谩nchez. S谩nchez es considerado un “traidor” al no haber aceptado una f贸rmula de gobierno de “unidad nacional” o de pretendido “extremo centro” con el Partido Popular y Ciudadanos. En estos d铆as, aludiendo a una “gesti贸n ideol贸gica” de la emergencia sanitaria impuesta por la presi贸n interna “neo-comunista” de Unidas Podemos en el GCP, la propuesta de gobierno se ha vuelto a afinar de la mano de los ide贸logos de la fundaci贸n de Aznar FAES, y los tertulianos de los m煤ltiples medios de comunicaci贸n que responden a las tres derechas, cada vez mas extremas: dimisi贸n de S谩nchez, constituci贸n de un gobierno PSOE-PP-C’s, con el apoyo parlamentario de Vox, que a铆sle pol铆tica y socialmente a Unidas Podemos y vuelva a aplicar el art铆culo 155 en Catalu帽a.
Desde la declaraci贸n del estado de Alarma el 13 de marzo, esta cantinela ha ido subiendo de volumen, hasta su apoteosis de la sesi贸n parlamentaria del 9 de abril para la pr贸rroga del Estado de Alarma hasta el 26 de abril. Abascal, dirigente de Vox, ha roto todo contacto con el gobierno, insumiso contra el confinamiento, y solo exige la dimisi贸n de S谩nchez. Casado y el PP ya han advertido que su apoyo a la lucha contra la emergencia sanitaria del Covid-19 no se extienden a las medidas sociales y econ贸micas para paliar las consecuencias del confinamiento y la parada de los sectores econ贸micos no esenciales. Arrimadas, portavoz del disminuido C’s, pone como condici贸n para cualquier colaboraci贸n con el gobierno su ruptura y el cese de los ministros de Unidas Podemos.
Mientras tanto, el GCP tiene que negociar en la Uni贸n Europea el mecanismo de cobertura financiero que permita el margen fiscal necesario para la aplicaci贸n de los cuatro reales decretos ley (6,7,8 y 11/2020) con sus medidas m谩s urgentes. Unas medidas dise帽adas y aprobadas como ya hemos se帽alado en SP al ritmo de los debates en el Eurogrupo y el BCE para la flexibilizaci贸n del Pacto Fiscal europeo y cuyas ambig眉edades, dificultades administrativas de solicitud y carencias han sido se帽aladas por los sindicatos y organizaciones sociales como la PAH (1). En esta situaci贸n, las derechas sociales y pol铆ticas han actuado como una “quinta columna” de los sectores m谩s reaccionarios del ordoliberalismo en la UE -como ocurri贸 en su d铆a en Grecia en los debates del Tercer Memor谩ndum con la derechista Nueva Democracia y los neonazis de Amanecer Dorado-, priorizando la ca铆da del GCP a la flexibilizaci贸n de un margen fiscal que ser谩 esencial para la reactivaci贸n econ贸mica. La raz贸n no es otra que el “proyecto de pa铆s” de nuestra oligarqu铆a, ante el “capitalismo de amiguetes” debilitado al que se enfrentan, es la venta al capital internacional y los fondos buitres de sus activos, lo que ha obligado ya al GCP a limitar las operaciones a corto y las inversiones en empresas estrat茅gicas de inversores no comunitarios por encima del 10% de su capital. Se trata, por otra parte de una tendencia que ya ha hecho que el 50% del IBEX 35 est茅 en manos del capital internacional.
Las encuestas y el detonante de la Renta M铆nima Vital
El 3 de abril se comenzaron a publicar los primeros datos de los sondeos de Metroscopia sobre la popularidad de los l铆deres pol铆ticos. A diferencia de lo ocurrido en la mayor铆a de los pa铆ses de nuestro entorno, donde la respuesta inicial a la emergencia sanitaria ha reforzado el apoyo a los gobiernos y los dirigentes pol铆ticos, en el Reino de Espa帽a se ha producido un desplome general. La aprobaci贸n de Pedro S谩nchez ha ca铆do del 64 al 51%, para instalarse en el 39% a comienzos de abril. La de Pablo Iglesias, del 44 al 30%. Pero los dirigentes de la oposici贸n de la “derecha trifachita” est谩n en el 32% (Arrimadas), 28% (Casado) y 20% (Abascal). Pero las disparidades del conjunto de los sondeos muestra la inestabilidad de la opini贸n p煤blica en esta primera fase de la crisis del Covid-19, a la espera de ver la eficacia de las decisiones adoptadas.

Hasta ese momento, la t谩ctica de Pedro S谩nchez hab铆a sido la de ignorar la campa帽a de calumnias y ataques de las derechas sociales y pol铆ticas, confinado en el Palacio de la Moncloa y con el Bolet铆n Oficial del Estado a su disposici贸n. Desde la moci贸n de censura de junio de 2018, su proyecto pol铆tico ha tenido un marcado car谩cter “cesarista” o “bonapartista”, situ谩ndose por encima de los conflictos sociales como 谩rbitro para gestionar la crisis del R茅gimen del 78 sin cuestionar sus l铆mites. Desde las elecciones de noviembre de 2019, este papel se ha visto limitado por la campa帽a de ataques frontales de las derechas sociales y pol铆ticas, pero S谩nchez ha intentado mantener ese papel de arbitraje en el terreno pol铆tico y social de las fuerzas que apoyaron la moci贸n de censura, incluido el PSOE (cuya vida org谩nica ha quedado congelada y sometida al aparato de asesores de Presidencia del Gobierno ante su divisi贸n fraccional) y el propio GCP.
Los ministros de Unidas Podemos quedaron excluidos del n煤cleo de la gesti贸n de la crisis, pero han ido ganando protagonismo -en especial Pablo Iglesias y Yolanda D铆az- en la medida en que las medidas aprobadas afectaban a sus departamentos. Un twitt del reaparecido Pablo Iglesias tras la cuarentena el 29 de marzo recordando que:

provoc贸 una conmoci贸n medi谩tica en los medios de comunicaci贸n de la derecha, declaraciones de Aznar y de Felipe Gonz谩lez y desencaden贸 la actual fase de la ofensiva reaccionaria. Pocos d铆as despu茅s, el inicio de las consultas con los sindicatos y ONGs, pero no con la patronal CEOE, para la preparaci贸n de un proyecto de Renta M铆nima Vital, como se ha calificado al programa para pobres condicionado, en el Ministerio de Trabajo pareci贸 concretar la amenaza “neo-comunista”.
Se nos permitir谩 un peque帽o desv铆o argumental en este punto. La propuesta de Renta M铆nima Vital es, como indica su nombre un programa para pobres condicionado que supondr铆a el reparto de 1.500 euros en tres entregas mensuales a unas 500.000 personas con rentas inferiores a los 200 euros mensuales o 450 por unidad familiar, con un coste aproximado de 750 millones de euros. En ese periodo se preparar铆a la entrada en vigor de un programa definitivo de Renta M铆nima Vital. En el Reino de Espa帽a, el 23% de la poblaci贸n se encontraba antes de la crisis del covid-19 en situaci贸n de pobreza, el mercado negro laboral alcanza al 20% de la econom铆a y en menos de un mes se han producido 900.000 bajas en la seguridad social y 600.000 trabajadores afectados por los ERTEs. No vamos a repetir una vez m谩s los argumentos a favor de una Renta B谩sica Universal no condicionada, que el lector puede encontrar en abundancia en SP.
Solamente lo vamos a hacer desde una perspectiva muy concreta: la erosi贸n de la base social del gobierno relacionada con los subsidios condicionados para pobres. Quienes perciben ayudas como “merecedores” y quienes no la perciben como “no merecedores” se distancian muy acusadamente en su evaluaci贸n sobre el gobierno: entre los primeros aumenta un 0,6%, en los segundos disminuye un 10,5%. Dicho de forma m谩s cruda: la valoraci贸n negativa del gobierno es 17,5 veces superior que la positiva. Un gobierno tan inestable como el GCP y tan acosado por las derechas extremas y la extrema derecha deber铆a tener muy presente algo tan elemental. Lo que intentamos se帽alar es que la reacci贸n de boicot de las patronales a esta iniciativa de RMV ha sido para acusar al GCP de marginar a los representantes del capital cuando lo prioritario es asegurar el acceso de empresarios y aut贸nomos a las subvenciones aprobadas, exigiendo el retraso y la condonaci贸n de impuestos corporativos y contribuciones empresariales a la Seguridad Social. Si la patronal es envidiable es por su claridad de objetivos y la consecuente defensa de los mismos. Y esto contrasta con la ambig眉edad y falta de firmeza del GCP. El conflicto de intereses de clase es evidente.
Nuevos Pactos de Moncloa para recuperar la iniciativa frente a la derecha
A partir del 3 de abril, el presidente de gobierno Pedro S谩nchez ha intentado frenar la ofensiva pol铆tica de las derechas -en medio del debate europeo que ser谩 el determinante para el margen fiscal disponible-, con la oferta de unos Pactos de Reconstrucci贸n a partir de un amplio di谩logo social interclasista y con las comunidades auton贸micas gobernadas por el PP y el PSOE, adem谩s de Catalu帽a y Euskadi. Como defini贸 la propuesta el ministro de transporte y secretario de organizaci贸n del PSOE, Jos茅 Luis 脕balos, ese di谩logo tiene que partir “de unos principios b谩sicos compartidos”, refiri茅ndose a las fuerzas nacionalistas vascas y catalanas. En su definici贸n inicial, la propuesta de Pactos de Reconstrucci贸n responde a la estrategia cesarista de “congelar” y gestionar por encima el conflicto de intereses sociales para que la tensi贸n acumulada no ponga en peligro o desborde al R茅gimen del 78.
En este sentido, la analog铆a y la evocaci贸n melanc贸lica de los Pactos de la Moncloa preconstitucionales de 1977, adquieren todo su valor. Como han recordado diversos comentaristas desde la izquierda (2), fue la propuesta de Adolfo Suarez la que le permiti贸 convertirse en el 谩rbitro de la “transici贸n pactada”, que fue posible ante todo por la sumisi贸n del PCE de Santiago Carrillo a esta estrategia. El pacto econ贸mico, que fue el 煤nico que firm贸 Alianza Popular, la derecha neo-franquista, se concret贸 en un congelamiento de salarios que desmoviliz贸 la reconstrucci贸n sindical y la movilizaci贸n obrera en el momento mismo del debate sobre lo que acabar铆a siendo la Constituci贸n de 1978. A trav茅s de los Pactos de la Moncloa los “poderes f谩cticos” econ贸micos del tard铆o-franquismo impusieron sus intereses y la perpetuaci贸n del “capitalismo de amiguetes” corrupto que ha sido una de las caracter铆sticas del R茅gimen del 78 hasta nuestros d铆as.
Este es el atractivo melanc贸lico con el que los estrategas del GCP quer铆an atraer a las derechas sociales y pol铆ticas a un Pacto de Reconstrucci贸n en situaci贸n social y pol铆tica muy distinta y con Pedro S谩nchez en el papel de Adolfo Su谩rez. Esta enso帽aci贸n parece haberse estrellado en el brutal debate parlamentario del 9 de abril (ver aqu铆), una semana m谩s tarde, sobre la pr贸rroga del Estado de Alarma. Ni Casado, ni Abascal ni una contenida Arrimadas variaron un 谩pice la l铆nea pol铆tica de acoso y derribo del GCP y Pedro S谩nchez, cedi茅ndole la altura moral de qui茅n llama a la unidad en una situaci贸n tr谩gica con 15.000 muertos acumulados. Fue la portavoz socialista Lastra la que entr贸 a saco con los datos en la mano de la gesti贸n de las Autonom铆as gobernadas por el PP, comenzando por Madrid, epicentro de la tragedia sanitaria y con el mayor n煤mero de muertes por habitante del planeta hasta ahora.
La convocatoria a los nuevos “Pactos de la Moncloa” parece condenada de antemano en su objetivo declarado de reducir la tensi贸n pol铆tica y contener la estrategia de acoso y derribo de la derecha “trifachita”. Los presupuestos de 2020, que ser谩n el verdadero terreno de negociaci贸n para la reconstrucci贸n tras la crisis del Covid-19, no pueden aspirar a contar – y esto es esencial comprenderlo- con m谩s fuerzas que las que se sumaron a la moci贸n de censura, convertida en el verdadero punto de inflexi贸n de la crisis pol铆tica del R茅gimen del 78. La derecha “trifachita” no cuenta hoy con otra alternativa que la ruptura del GCP y la dimisi贸n de S谩nchez por la presi贸n combinada de la presi贸n de la derecha social, de la oligarqu铆a econ贸mica y el estrangulamiento fiscal de la Uni贸n Europea. De los tres factores, el m谩s importante es hoy el debate europeo sobre la gesti贸n del d茅ficit fiscal que, en el caso del Reino de Espa帽a, se proyecta ya de alrededor de un 9% del PIB y unos 100.000 millones de euros. Y este debate se ha saldado por el momento con un bloqueo de cualquier intento de mutualizaci贸n de la deuda, empezando por los “coronabonos”. La voluntad de acuerdo pol铆tico de la UE ha quedado limitada a ayudas no condicionadas ante la emergencia sanitaria, sin avanzar un 谩pice en una respuesta comunitaria a la reconstrucci贸n econ贸mica y social posterior en nombre de la rigidez de las pol铆ticas de austeridad. Lo que solo puede favorecer unos nuevos Pactos de la Moncloa en ese mismo sentido austeritario.
La primera concesi贸n de los Pactos: el levantamiento del cierre
Sin embargo, y ese es el aspecto m谩s peligroso de la propuesta de los Pactos, puede suponer una divisi贸n en el bloque social y pol铆tico de las izquierdas y la coalici贸n parlamentaria de la moci贸n de censura. Porque ante la presi贸n pol铆tica de la derecha, Pedro S谩nchez se ver谩 obligado a hacer concesiones a la derecha social que representan las patronales y a las Comunidades Aut贸nomas gobernadas por el PP. De hecho, la primera gran concesi贸n ha tenido lugar como anzuelo para la convocatoria de la cita en la Moncloa, como ven铆an exigiendo las patronales: el levantamiento del cierre de la producci贸n no esencial el lunes 13 de abril tras solo dos semanas de decretarse, aunque manteniendo el Estado de Alarma.

La reacci贸n de Unidas Podemos ha sido de resistencia a esta decisi贸n, intentando aumentar la exenci贸n de la vuelta al trabajo para los grupos de riesgo. Pablo Iglesias ha retuiteado el mismo d铆a un art铆culo sobre las consecuencias del mantenimiento de la producci贸n en B茅rgamo por las presiones de la patronal local con un significativo encabezamiento sobre la oposici贸n de intereses entre sindicalistas y empresarios. Los partidos de las izquierdas nacionalistas ya hab铆an se帽alado en el debate parlamentario del d铆a 9 su oposici贸n a esta medida, as铆 como la Generalitat de Catalunya. Y es evidente que ha cogido a traspi茅s a los sindicatos en su campa帽a por asegurar la salud laboral. Las invocaciones de Pedro S谩nchez a los expertos parecen chocar abiertamente con las condiciones expresadas por la OMS para la recuperaci贸n de la actividad productiva. Las consecuencias de esta decisi贸n, que no cuenta con un respaldo parlamentario, pueden ser tr谩gicas por la acumulaci贸n del n煤mero de personas contagiadas a pesar de la reducci贸n de la tasa de contagios anunciada. En pocas semanas se pueden perder los avances conseguidos y obligar a un nuevo cierre, con consecuencias m贸rbidas para la credibilidad del GCP.
El futuro inmediato se juega a partir de los diferentes elementos de gesti贸n de la crisis aqu铆 expresados. Por eso, la necesidad de ampliar alianzas, tanto en lo pol铆tico como en lo social, debe hacerse en base a una salida m谩s favorable a los interesas de las clases trabajadoras. Uno de los baremos para medirlo est谩 en la interrelaci贸n que se establezca con los movimientos sociales, o, dicho de otra manera, si las medidas que se toman responden a las necesidades vitales de amplias capas de la poblaci贸n. De momento, ese balance, como muestran las encuestas, est谩 todav铆a en el alero y depender谩 mucho de la aplicaci贸n pr谩ctica de las medidas decretadas y de la superaci贸n de sus carencias evidentes.
Frente a la necesidad de salvar vidas, de planificaci贸n democr谩tica, del reforzamiento de lo p煤blico para la defensa de los intereses de la inmensa mayor铆a, la narrativa de la derecha olig谩rquica se centra en la necesidad de recuperar la actividad econ贸mica cuanto antes, si es necesario al coste de vidas, la vuelta a las pol铆ticas de austeridad que recorten el aumento inevitable del d茅ficit p煤blico, la suspensi贸n y condenaci贸n de impuestos, el trasvase de capital en forma de subvenciones a los ERTEs y cr茅dito avalado por el estado, la flexibilidad de despido, en un r茅gimen de “paz social” que supone un recorte paralelo de las libertades fundamentales y una reconstrucci贸n autoritaria del R茅gimen del 78.
Nos acercamos, por lo tanto, a ese momento en el que, como se帽alaban Marx y Engels: “los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones rec铆procas”. Las izquierdas har谩n bien en tenerlo en cuenta.
Notas:
(1) La PAH y los movimientos en defensa de una vivienda digna opinan que “Desde su aprobaci贸n, estamos diciendo que la moratoria hipotecaria es insuficiente, que todo lo que no sea exonerar los pagos y que los bancos tambi茅n arrimen el hombro, no deja de ser un nuevo rescate a la banca. Exigimos al autoproclamado gobierno progresista que modifique los decreto ley 8/2020 y 11/2020 para realmente no dejar a ninguna familia vulnerable sin cobertura. La obligatoriedad actual de cumplir con los 4 requisitos de vulnerabilidad dejan a la inmensa mayor铆a de unidades de convivencia sin ning煤n tipo de protecci贸n como ya se est谩 comprobando. […] diariamente son miles las peticiones para acogerse a la moratoria y casi 9 de cada 10 las que se quedan fuera, por la dificultad de cumplir a la vez los 4 supuestos de vulnerabilidad”.
Desde las asociaciones que luchan contra la pobreza energ茅tica se exige “desde la entrada en vigor del estado de alarma la gratuidad de los suministros para las familias que ya eran vulnerables antes de la crisis sanitaria, as铆 como para todas aquellas afectadas por la misma. Consideramos tambi茅n que el coste debe ser asumido por las mismas compa帽铆as”. Son solo tres ejemplos, que podr铆an ampliarse a temas tan sensibles como mantener los planes de lucha contra la violencia de g茅nero o las pol铆ticas de igualdad.
La aplicaci贸n de los decretos sobre los ERTEs, seg煤n fuentes sindicales, solo ha permitido a 36.000 trabajadores cobrar la prestaci贸n en el mes de abril. La mayor铆a de los afectados, unos 659.791 trabajadores hasta ahora seg煤n el SEPE, tendr谩n que esperar hasta el 2 de mayo para percibirlas.
Son solo tres ejemplos, que podr铆an ampliarse a temas tan sensibles como mantener los planes de lucha contra la violencia de g茅nero o las pol铆ticas de igualdad.
(2) El balance objetivo de lo que supusieron los Pactos de la Moncloa de 1977 ha sido uno de los elementos claves en el desarrollo de la visi贸n pol铆tica del 15-M y su distanciamiento de las corrientes mayoritarias “filipistas” y “carrillistas” en las izquierdas sindicales y pol铆ticas en la constituci贸n del R茅gimen del 78. La literatura pol铆tica es muy abundante y conocida sobre este tema. Sin embargo no podemos evitar la tentaci贸n de citar un estudio concreto sobre su efecto en la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores y sus sindicatos de Jos茅 Babiano y Javier Tebar: “Dices t煤 de los Pactos de la Moncloa…” lhttps://www.1mayo.ccoo.es/9b1331ee27287c9a9e39a0f0beb81ff9000001.pdf
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