Bilbao, puerto Nabarro









En el siglo XII desde la capital de nuestro reino llegaron a la Nabarra Occidental aires renovadores con Sancho VI el Sabio (1150-1194), se fundaron villas como la de San Sebastián entre los años 1150-1180, la de “Victoria” en 1181 sobre la puebla de “Gastehiz”, o la bizkaina de Durango en 1150, todas ellas sobre poblaciones ya existentes que pasaron a ser villas con exenciones fiscales y derecho a comercio, villas amuralladas defendidas por sus propios habitantes en caso de guerra (“hiribilduak”), pero sobre todo con el dominio directo del rey. Con ello se impulsó notablemente el comercio y las rutas comerciales.


En la costa nabarra, para entonces, ya se habían creado numerosas poblaciones entorno a nuevas iglesias centrales de propiedad privada y laica -diviseras e incluso de realengo- desde el impulso cluniense de Sancho III el Mayor desde Leire (1005-35), que introdujo el estilo románico en toda la península ibérica desde Lombardía (norte Italia), iglesias de culto católico que servían para aglutinar poblaciones dispersas y que supusieron el nacimiento de las “anteiglesias”, llamadas así por hacer sus pórticos la función de los actuales ayuntamientos en base al derecho pirenaico y que fueron el origen de los actuales municipios, empezando por tanto la población a habitar de nuevo los valles desde las invasiones bárbaras en los siglos V-VI, las cuales llevaron a los baskones a volver a poblar de nuevo las medias ladera en los cordales de las pequeñas montañas que jalonan nuestra geografía más aptas para la defensa.


El reino de Nabarra, hija del ducado baskón, supuso una revolución religioso-social en la Nabarra costera que hoy no podemos imaginar, donde debieron de tener una gran influencia las innumerables iglesias levantadas donde antes apenas había construcciones de piedra, y más aún en aquella escasa población de tradición oral, la definitiva evangelización con la predicación de letrados clérigos que debieron de llegar con ellas desde otros territorios del reino nabarro, que por tanto eran euskaldunes; de esta época datan también los primeros cultos marianos tan extendidos en estas tierras, como el de la Virgen Blanca o de las Nieves introducido por el propio Sancho VI el Sabio en un auténtico sincretismo con al culto pagano anterior a la diosa Mari o Amalur.


Esta frenética actividad eclesial y de construcción, debió de llevar consigo una uniformización en estas tierras de aspectos tan importantes como el idioma, pues es muy improbable que antes se hubiera producido una presión político-social suficiente desde el centro del reino para que Koldo Mitxelena hable de un euskera Alto Medieval común.


En esta época probablemente bajaron las gentes de Finaga en Malmasín y las de Begoña a repoblar de nuevo la ribera del río Ibaizabal-Nervión alrededor de una iglesia de culto a San Antonio Abad o San Antón, iglesia construida en ese siglo XII junto a la base de un castillo o fortaleza nabarra y un puente románico. El río Nervión, que nace en la sierra Salbada en Urduña y que es afluente del Ibaizabal al que se le une desde Urbi en Galdakano-Basauri, era navegable precisamente hasta ese punto, donde las barcazas o gabarras desembarcarían las mercancías de los buques de gran calado que atracarían más cerca de la bocana de la ría, facilitando su transporte hacia el interior, de ahí que el principal puerto comercial del Ibaizabal-Nervión estuviera varios kilómetros ría adentro.


Cercano a este puerto, tal y como señala Tomás Urzainqui siguiendo a Moret o a Antonio de Aguirre, había otro castillo más importante: “El castillo nabarro de Malvecín, sobre el actual Bilbao (anteiglesia de Arrigorriaga), se halla en el promontorio denominado Malmasín, donde se ubican las ruinas en una paraje denominado el Castillo”. El castillo de “Malvecín” es por su tipología del siglo X y fue reducida su planta a la mitad años después, quizás con Sancho VI el Sabio de Nabarra en siglo XII: “la planta es de grandes proporciones y de forma semicircular, con un radio de 50 metros” según explica el experto Iñaki Sagredo. Estos dos castillos marcarán el nacimiento del puerto nabarro de Bilbao.






Históricamente se ha creído que Bilbao se fundó en el año 1300 y que lo formaban 3 calles: Somera, Tendería y Artecalle. Un reciente estudio de Iñaki García Camino ha revelado que las 7 calles actuales del Casco Viejo bilbaíno son coetáneas y nacían en la misma ría. El alcázar o fortaleza donde hoy está la iglesia de San Antón sería una de las esquinas de la muralla y la principal entrada a la villa por su puente desde donde llegaría el camino que se bifurcaba desde Malmasín, con la Catedral de Santiago en el centro del recinto que se cerraría por las actuales calles del Perro, Lotería, Banco de España y Pelota.


El señorío nabarro de Bizkaia –junto con el resto de la Nabarra Occidental-, fue invadido por Castilla a finales del siglo XII. Lo más probable es que las tres primeras calles fueran las originales nabarras y las siete las de la villa refundada por D. Diego López de Haro V en 1300, pues la actual catedral de Santiago en el casco histórico de Bilbao está reedificada en 1379 sobre una iglesia o ermita del Camino de Santiago de los siglos XI-XII, anterior a la ocupación militar castellana, aunque hay quienes creen que la pequeña iglesia original Nabarra estaría en Urazurrutia, donde hay una hornacina con una figura de Santiago Matamoros. La basílica actual en estilo gótico de Begoña está también construida sobre otra románica nabarra anterior.


Era Bilbao, dentro del Estado nabarro, el puerto de la anteiglesia de Begoña en la ruta del primer Camino de Santiago, el costero, que seguiría la calzada romana que mencionaba el antropólogo español Julio Caro Baroja cuando dijo: “Es probable que la vía que iba de Astorga a Burdeos por Álava tuviera otra casi paralela junto al mar que uniera entre sí las ciudades marítimas que menciona Ptolomeo” Historia del País Vasco Tomo II.


Los primeros peregrinos del camino inicial de Santiago venían desde Gipuzkoa y entraban a Bizkaia por Markina y la colegiata de Ziortza en Bolibar, para por Munitibar llegar a Gernika, o bien desembarcaban en el que era la “cabeza del señorío”, Bermeo, para hacer uno en Gernika con el anterior camino, para después seguir los dos juntos hacia Muxika, alto de Morga -donde se reunían la primera Juntas bizkainas - bajar a Goikolejea, Larrabetzu y subir de nuevo por Legina a la sierra de Ganguren hasta la iglesia de Santa Marina de Galdakano (santa gallega) y así llegar a Bilbao por dos caminos:


El primero bajaba por el llamado “Camino de Etxebarri” desde Arbolantxa por el actual barrio de San Antonio y la casatorre de Etxebarri hasta la península que controlaban la poderosa familia de los Lezama-Legizamón, para seguir por Bolueta en paralelo a la ría hasta entrar a Bilbao por el actual barrio de la Peña y el paseo de los Caños, Atxuri, Portal de Aberri y el Casco Viejo .


El otro camino era el que, sin bajar a Etxebarri, siguiendo la sierra de Ganguren y el monte Avril llegaba por Artagan a Begoña, para bajar a su puerto por las Calzadas de Mallona y su vía crucis, entrando a Bilbao por la plaza llamada hoy de Unamuno, la calle de la Cruz, la iglesia de Santos Juanes y por el Portal de Zamudio hasta llegar al Casco Viejo o Siete Calles bilbaínas, directo por la puerta del Ángel a la catedral de Santiago. El camino seguía por la calle Tendería hasta la histórica iglesia de San Antón para dirigirse por su puente al otro lado de la ría por San Francisco, donde existe una hornacina con el apóstol a caballo, para salir de Bilbao por la calle Autonomía, el barrio de Kastrexana y su puente del Diablo hacia Balmaseda.


En el puente de San Antón precisamente se juntaban ambos caminos. Bilbao fue de las primeras poblaciones peninsulares en nombrar a Santiago como su patrono.




El castillo de Bilbao junto al puente de San Antón y su iglesia, protegía el paso natural de la ría por la zona portuaria llamada Puerto de Bilbao donde después fue creada la villa en el año 1300 sobre un asentamiento ya existente por el onceavo señor de Bizkaia, Don Diego López de Haro V, apodado “el intruso” por arrebatar el derecho sucesorio a su sobrina María Díaz de Haro I. El privilegio de la villa de Bilbao, fechado en Valladolid cien años después de la conquista castellana del occidente nabarro, nos da noticia de la preexistencia de Bilbao ya que habla de hacer nuevamente población y villa: “Sepan por esta carta cuantos la vieren y oyeren, como yo, Diego López de Haro, Señor de Vizcaya, en uno con mi hijo don Lope Díaz, y con placer de todos los vizcaínos, hago en Bilbao de parte de Begoña nuevamente población y villa cual dicen el Puerto de Bilbao (…).


El historiador nabarro Tomás Urzainqui comenta al respecto: “Don Diego López de Haro V no es quien fundó propiamente la población de Bilbao, pues ya existía como puebla marítima ocupado por mareantes y pescadores. Existían ya algunas casas torre y la iglesia de Santiago, y con complacencia de todos los vizcaínos la convirtió en villa el 15 de Junio de 1300. Los pobladores de este lugar de Bilbao, según privilegio, se regían por el fuero de Logroño. Este fuero era a su vez una reproducción del Fuero de Jaca de 1077, otorgado por el rey de los nabarros y aragoneses, Sancho Ramírez, extendido a Logroño por el invasor Alfonso VI en 1090 y mejorado por Sancho VI el Sabio de Nabarra".


El historiador bizkaino del siglo XIX, Estanislao Jaime Labayru, resume lo ocurrido en ese año 1300 de la carta de villa dada a Bilbao en “Compendio de la Historia de Vizcaya”: “Don Diego López de Haro V, apodado el Intruso, ocupa Vizcaya (1295-1307). En 1295, el 25 de Abril, muere don Sancho el Bravo, rey de Castilla, y aprovechándose don Diego López de Haro V de los disturbios de la Corte en la minoría de don Fernando IV, entró en Vizcaya y la tomó sin resistencia sin que se le pudiera oponer la legítima señora de Vizcaya doña María Díaz de Haro, porque su marido el infante don Juan se hallaba todavía en prisión desde la catástrofe de Alfaro. Salió por este tiempo el infante don Juan, marido de la legítima Señora de Vizcaya doña María Díaz de Haro, pero no pudo conseguir que se le devolviera el Señorío, con lo cual, y unido a otros descontentos, combatió a la reina viuda y a su hijo don Fernando; pero fiel a las banderas de éstos don Diego López de Haro consiguió derrotar la conjura. Siguió don Diego López de Haro V sirviendo a la reina madre y a su hijo don Fernando por este tiempo y ostentando siempre el título de Señor de Vizcaya. (…) Hizo a sus pobladores y sucesores francos de todos los pechos y tributos, dándoles el Fuero de Logroño, el criadero de mineral de hierro en Ollargan y les señaló por límites desde el puntal del fondón de Zorroza hasta el arroyo de Azordoyaga y hasta el fondón de Deusto”.


Por lo tanto, Bilbao ya existía antes de 1300. Las recientes excavaciones en la iglesia de San Antón han puesto al descubierto lienzos de muralla datados en el siglo XII, cuando Bilbao formaba parte de los importantes puertos marineros del reino de Nabarra y era el puerto de la anteiglesia de Begoña.


La legítima Señora de Bizkaia, María Díaz de Haro II, en el año 1348 a la vuelta de su exilio en la Nabarra libre tras la muerte de su tío, en la carta puebla de privilegios y franquicias otorgada a Bilbao en una especie de “refundación” pero que poco aportó, prohibía expresamente el uso del camino de Etxebarri y la compra-venta en todo su recorrido, para obligar a los comerciantes a pasar y desarrollar su actividad en Bilbao, lo que convirtió al antiguo puerto begoñés, con el devenir de los años, en el principal punto comercial del Señorío.


Labayru en su libro mencionado lo explica así: “En la primavera de este año, cuando los bilbaínos se enteraron del fallecimiento de don Diego, comprendiendo que la cédula de fundación de la villa carecía del carácter de la verdadera legitimidad por provenir del intruso don Diego López de Haro V, acudieron a doña María Díaz de Haro suplicándole la revalidación de le cédula de su tío, a lo cual accedió el 25 de Junio, otorgando la carta privilegio igual a la de don Diego, pero con el aditamento que el camino que va de Orduña a Bermeo, atravesando por Echébarri, que fuese por la villa de Bilbao” .


El primer historiador bizkaino, el muñatón Lope Salazar (s. XV), cita como primer linaje de Bilbao los Legizamon, luego a los Basurto y después a los Arbolantxa, el primer y el tercero son de las principales familias de Etxebarri -perteneciente a la anteiglesia nabarra de Galdakano hasta 1509 donde eran cabezas de linaje-.


El camino Bermeo-Orduña por Malmasín era el más antiguo de los que comunicaba la entonces capital bizkaina con la meseta y el segundo en importancias tras el que enlazaba Bermeo con Durango y subía por Urkiola hacia la importante villa nabarra de Vitoria-Gasteiz, controlado el camino por el castillo de Astxiki del que apenas queda nada tras su derrumbamiento por las tropas de asalto castellanas.


Bermeo fue la capital de Bizkaia hasta 1602 y su principal puerto, así, en el “Libro del Buen Amor” del Arcipreste de Hita (1343) se describe la batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma y se dice: “cuantos en el mar viven vinieron al torneo, arenques y besugos vinieron de Bermeo”, Fernando II de Aragón “el Falsario” se refería a Bermeo como "cabeza de Vizcaya" en 1475 por ser "la villa principal, primera y más importante, la más poblada, la más rica y poderosa", por tanto, el mimo de los Señores de Bizkaia hacia su villa preferida, desplazó finalmente a Bermeo como “cabeza” del señorío ocupando a principios del siglo XVII ese puesto el antiguo puerto nabarro de Begoña, llamado Bilbao.


Historiadores como E. Garibay (s. XVI) señalan que Bilbao era el nombre de una casería situada donde hoy crece Bilbao “la Vieja”, al otro lado del puente de San Antón. Según recoge también el historiador bilbaíno Teófilo Guiard y Larrauri (1876-1946) en “Historia de la noble villa de Bilbao”: “emanó á esta Noble villa, digna de título de ciudad, de otra antiquísima población pequeña, que está allende del río, con una casa llamada también Bilbao, que, á diferencia de esta nueva, vino después aquella á cognominarse vieja, como hoy día la llaman, nombrándola “Bilbao la Vieja”.

Vía: Lehoinbarra