Por una gestión correcta en Bardenas










Sobre la Bardena hay dos visiones completamente contrapuestas. Por una parte están aquellos que dicen resignarse, pero nada hacen por preservar los altos valores medioambientales que encierra Bardenas. Pues con sus acciones perpetúan usos con graves afecciones sobre el medio. Uno de esos usos con graves consecuencias para el medio es la actividad militar. Esta actividad no sólo se ciñe al polígono de tiro sino que se extiende a toda la Bardena, la Ribera y Navarra Media, las Cinco Villas Aragonesas y la zona del Moncayo, pues los vuelos de los cazas afectan significativamente a esta amplia zona con ruidos y los peligros derivados de un posible accidente. Accidentes graves en los que han muerto 31 pilotos y en los que se han estrellado aviones incluso muy cerca de núcleos urbanos. Otra de las consecuencias de la actividad militar es la ocupación del territorio y el bombardeo porque abandona munición en un espacio natural. Hay, pues, múltiples razones para apoyar a la Asamblea Antipolígono en su trabajo por el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas. La principal actividad que organiza la Asamblea Antipolígono con este fin, es la Marcha Antipolígono. Por eso, Ecologistas en Acción acudiremos el día 3 de junio a los Aguilares e invitamos a acudir a todas las personas con sensibilidad medioambiental.

Otra de las grandes presiones que sufre la Bardena es el importante territorio que ocupa la agricultura. Se estima que en estos últimos 100 años se han ganado para la agricultura 17.000 hectáreas. Observamos con preocupación el avance del regadío que puede dilapidar la perfecta simbiosis que se da aquí entre cultivo tradicional de secano y hábitats esteparios. Las actuales zonas de regadío y la previsible implantación del Canal de Navarra en Bardenas supondrían el fin de los altos valores medioambientales de este territorio singular. Otra de las graves afecciones de la moderna agricultura es la de roturar los barbechos justo en la época de cría de las aves esteparias, destruyendo los nidos, las puestas o las polladas y el alimento para esta aves. La Comunidad de Bardenas nada hace por preservar especies como el sisón, una especie común hasta hace muy pocos años y actualmente en grave peligro de extinción a causa de estas prácticas agrícolas nada respetuosas con el medio natural.

Otro de los muy preocupantes usos que se da en este territorio es el turismo masivo y descontrolado. Se viene observando la masificación en ciertas fechas, sobre todo coincidiendo en la época de cría de las aves esteparias, de numerosos grupos de personas que se adentran sin control en cualquier zona. Parece ser que los elevados gastos protocolarios de la Comunidad de Bardenas le impiden contratar a más guardas o vigilantes. La puntilla para este delicado territorio le puede venir con la decisión de Senda Viva de organizar viajes desde sus instalaciones o Tudela llenando la zona del camino Perimetral, Castildetierra incluido, con continuos autobuses.

Pero esta no es la gestión que necesita un Parque Natural, Zona de Especial Conservación y Reserva de la Biosfera. Por eso trabajamos todos los días del año demandando el desmantelamiento del polígono de tiro, para que las Bardenas sean un territorio para la paz. Por eso solicitamos un cambio profundo en la gestión medioambiental de las Bardenas que pongan en un papel relevante los valores medioambientales por los que precisamente este territorio ha sido protegido, frente a los otros usos, sobre todo el uso militar. Por eso trabajamos con ahínco desde hace más de tres décadas junto a otros colectivos en la Asamblea Antipolígono, participando en la Marcha Antipolígono. Por eso seguimos denunciando las situaciones que atentan contra los valores medioambientales de Bardenas, exigiendo una gestión correcta de este territorio. Y que las simples declaraciones de intenciones vacías de contenido se conviertan en hechos valientes llenos de aire nuevo. Nos vemos el día 3 en la XXXI Marcha de la Asamblea Antipolígono por el desmantelamiento del polígono de tiro.

Eduardo Navascués