La educación de adultos aporta 34.000 euskaldunes en 30 años









Los distintos recursos públicos y privados de euskaldunización de adultos han aportado a la recuperación de la lengua más de 34.000 nuevos vascoparlantes (11.000 de ellos como la máxima titulación) en los últimos años 30 años, si se tiene en cuenta que estos centros (euskaltegi público de Zubiarte, IKA, AEK, Escuela Oficial de Idiomas...) han registrado desde los años 80 casi 170.000 matrículas de alumnos que completan sus diferentes procesos de aprendizaje en unos 5 años. La alfabetización de adultos se convierte así, tras el modelo D (un 25% de los alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria estudian en euskera), en el segundo factor clave de formación de ciudadanos bilingües (145.000, aunque 62.000 de ellos pasivos) habida que el grupo de personas que tienen el euskera como lengua materna, euskaldun zaharrak de avanzada edad, tiene tendencia a la baja. Según la última Encuesta Sociolingüística son un 5,5% de la población de un total del 24% de bilingües activos (13,6%) o pasivos (10,48%). El sector de euskaldun berriak habría cubierto así un trayecto clave entre el pasado y el futuro, entre los antiguos euskaldunes y las nuevas generaciones.

En cualquier caso aunque este fenómeno cualitativo y sociológico se infiere de cruzar los datos de tramos de edad y realidad sociolingüística de Navarra, resulta complicado contar con una información cuantitativa exacta. En primer lugar porque la última encuesta sociolingüística data de 2011 y desde entonces es más que probable que por efecto acumulativo el número de vascoparlantes haya aumentado . En números absolutos había un total de 145.000 vascoparlantes, en diferente grado, en una población total de 600.000 habitantes.

El reto es diseccionar el origen de esa población creciente euskalduna ya que en la década de los 80 era la mitad. Hay tres inputs que influyen: las personas que saben el euskera como primera lengua materna (los llamados euskaldun zaharrak); aquellos adultos que han decidido aprenderlo por su cuenta tras haber cursado sus estudios básicos en castellano (en el argot lingüístico, euskaldun berriak); y los nuevos alumnos que han estudiado desde los tres años en esta lengua una vez que se pusiera en marcha el modelo D de manera generalizada tras la Ley Foral del Vascuence: las nuevas generaciones bilingües.

La citada encuesta sociolingüística de 2011 aporta un dato interesante para profundizar en el análisis sobre el origen de estos vascoparlantes al señalar que sólo el 5,6% de la población tiene el euskera como su primera lengua materna, es decir, la han aprendido en casa de padres y madres que pertenecían también a ese grupo de euskaldun zaharrak. En total se hablaría de unas 34.000 personas concentradas en la llamada zona vascófona y con una tendencia a la baja debido a que en su gran mayoría tienen más de 65 años.

El informe anual del Consejo Escolar de Navarra nos sirve una fotografía evolutiva de la segunda vía de euskaldunización, que explica el incremento global de vascoparlantes en tres décadas: la extensión del modelo D tanto en la red pública como en la de las ikastolas. En este caso la tendencia es la contraria a la del grupo de euskaldunes nativos. Según el dossier de 2015, un 24,5% de los alumnos de la enseñanza reglada estudiaban en el modelo D y este porcentaje se acerca al 30% en el caso de nuevos alumnos de 3 años. Es decir, va en alza. La escuela ha sido motor fundamental de la recuperación del euskera, al ser responsable de casi la mitad de los nuevos euskaldunes y la garantía del futuro de la lengua propia.

Sin embargo, y aquí viene el tercer elemento a veces olvidado, no se puede desdeñar la aportación de los miles de adultos que no tuvieron la oportunidad ni de aprenderlo en casa ni en el colegio pero que sí lo han hecho, con diferentes resultados y niveles, en la red pública y privada de euskaltegis. En este caso no hay unos datos centralizados más allá de algunas estadísticas de Euskarabidea, pero es posible extraer una aproximación cruzando matrículas de las diferentes entidades e instituciones que lo sitúa por encima de los hablantes que lo tienen como lengua materna y perspectivas a medio plazo sostenidas, con unas 4.000 matriculas anuales.

El Post-it

Los cálculos. Saber el nº neto de adultos que han aprendido euskera ofrece varias dificultades metodológicas ya que las fuentes son diversas lo mismo que los periodos temporales (se impone una proyección de un año tipo) de los datos en los que además hay que aplicar un coeficiente deflactor ya que una cosa son el total de personas matriculadas (170.000) y otra el nº de personas diferentesque lo han aprendido o intentado (este es otro elemento que complica la cuenta). Si un proceso de aprendizaje medio oscila entre los 3 y los 5 años, éste sería el divisor de datos global de matrículas, con lo que el resultado oscilaría entre 34.000 y 55.000.

ACREDITACIÓN

MÁS DE 11.000, CON TÍTULO DE EGA O C1

Niveles. Una cosa es tener un contacto con el euskera y dejarlo pronto; otra lograr un nivel que permite desenvolverse en situaciones comunes en este idioma; y otra lograr una titulación que acredita para poder incluso en enseñar en esta lengua. El tipo de motivaciones y el ritmo de aprendizaje es muy variado. Hay quien logra la titulación superior en cinco años, quien adquiere un nivel medio en tres o quien dedica, sin prisas, diez años a esta formación con entradas y salidas del sistema. En cualquier caso las dos instituciones que están autorizadas para impartir títulos oficiales sí que guardan una estadística de los mismos. Así, la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona ha expedido desde 1981 5.246 título en 2º avanzado (B2) y C1 (el equivalente a 5º, con 4.886 titulados). El 19% de los matriculados en estos niveles (3.222 y 24.340) lo han sacado. Respecto al EGA, el mismo título superior pero del Gobierno de Navarra, lo han logrado más de 5.500 desde 1985.