Euskera: más que un aprendizaje





NI es más complicado que otros idiomas ni por el hecho de ser adulto uno deba considerarse incapaz de llegar a aprenderlo. Es el primer mito que demonta Alizia Iribarren, la responsable de AEK de la Ribera, cuando aborda el inminente comienzo del curso en el euskaltegi de Tudela. Casi 35 años después de su puesta en funcionamiento, el centro afronta de nuevo las dudas del alumnando primerizo que, como explica Iribarren, se mueve en un arco de edad adulto por lo que su compromiso con el aprendizaje es muy sólido, algo que refrendan los resultados de la metodología utlizada por AEK. “Nosotros utilizamos una metodología comunicativa que está basada en dinámicas de grupo; es decir, que lo que intentamos es que desde el primer día lo que se aprenda en el aula pueda ser utilizado en la calle, en tu propio entorno euskaldun. Por eso desde el principio se trata de clases muy dinámicas, con conversaciones sencillas, presentaciones y demás...Todo muy, muy práctico”, incide Iribarren.

Este primer contacto con la lengua necesita, eso sí, de volver a desmontar los falsos mitos que han rodeado al euskara, colocándolo en una escala de dificultad inalcanzable. “El euskara da más miedo que otras lenguas y no tiene por qué. Aprender cualquier idioma ya de adulto no es fácil, pero en este caso se tiende a compararlo con el inglés, que no es más fácil, pero al que estamos mucho más acostumbrados porque lo escuchamos en la televisión, en internet...Hemos hecho más oído y nos suenan más las palabras así que nos parece que es más sencillo”, analiza la responsable de AEK de la Ribera.

En el mismo sentido, no resta dificultad al hecho de aprender cualquier lengua, pero hace hincapié en “la satisfacción que vemos en nuestros alumnos y alumnas euskaldunizados” y sonríe cuando afirma que “para mi la experiencia de encontrarme por la calle a alguien que ya se maneja en euskara después de venir a AEK es muy satisfactoria porque sabes que has formado parte de ese gran esfuerzo que ha hecho y que le ha servido para algo muy valioso. Eso me hace sentir muy orgullosa, no solo a mí, también a ellos cuando ven que pasadas unas semanas notan que avanzan y ven que son capaces de aprender esta lengua, aún siendo adultos”.

Sobre los plazos que maneja el método de AEK, Alizia Iribarren constanta que, por supuesto a expensas de la implicación de cada alumno, “pasado un mes de clases, ellos ya ven que no tienen ningún tipo de impedimento para el aprendizaje y se estima que con cien horas de clase ya consigues un nivel básico que, con 300, es un poco más avanzado”.

METODOLOGÍA PRÁCTICA

Normalizar el aprendizaje fuera del aula

EKA (Alfabetatze Euskalduntze Koordinakundea/ Coordinadora de Alfabetización y Euskalkdunización) cuenta en la Ribera, además de con Alizia Iribarren, con un equipo docente integrado por Aritz Fuentes, Iñaki Baquero y Jaione Vicuña. “Funcionamos con grupos de un mínimo de ocho personas, que se agrupan según su nivel, y los horarios se adecúan a las necesidades de estos grupos, aunque teniendo en cuenta que las clases son siempre a partir de las seis o seis y media de la tarde, ya que hablamos de alumnado adulto que, por lo general, está sujeto a un horario laboral”, explican.

En cuanto al resto de las localidades riberas, existen grupos consolidados en Murchante, Villafranca y Cintruénigo. “Si se junta un grupo de mínimo ocho personas, nos desplazamos a cualquier pueblo. Si no es posible, el alumno o alumna debe venir al euskaltegi de Tudela”, recuerdan. Sobre el sistema de módulos que rige el aprendizaje de la lengua en AEK, Iribarren garantiza “efectividad” si el usuario se implica en el mínimo de cuatro horas semanales repartidas en dos horas diarias que se proponen (también hay cursos de cuatro, seis y ocho horas por semana).

Pero la asistencia al aula no es el único camino para el fin propuesto. “Una parte de la practicidad de nuestro método consiste en salir del centro, del aula. El idioma es algo más y lo que intentamos es normalizar el aprendizaje. Para eso organizamos una serie de actividades para que la gente pueda expresarse en un entorno euskaldun, intentamos que se utilice lo aprendido”.

Es lo que en AEK denominan aprendizaje “cien por cien afectivo” ya que “el euskara, además de una herramienta de comunicación, es una herramienta para interactuar con las personas y para convivir. Conocer una lengua supone la capacidad de utilizarla entre las personas y en AEK queremos que las personas que aprenden en nuestra casa aprendan a utilizar el euskara en diferentes ámbitos y momentos de sus vidas. Queremos que aprendan de la manera más práctica y agradable posible”, desgranan.

Para ello, las puertas del euskaltegi de la calle Herrerías están abiertas desde ya para el nuevo curso 2016-17, que arranca el lunes 26 de septiembre y cuyo plazo de matrícula está disponible.