Muchas personas pensamos que el Tudela Green Temple no es una necesidad, y también que aun suponiendo que lo fuera, San Nicolás no es el lugar adecuado para satisfacerla. ¿Será capaz UPN de escuchar lo que se demanda y de entender que no es buena idea ubicar en el edificio un centro gastronómico de referencia?
Afortunadamente la antigua iglesia de San Nicolás ya está rehabilitada. La obra ha costado alrededor de un millón doscientos mil euros, que se suman a los seiscientos mil que se gastaron en 2015 para reparar las cubiertas y consolidar la estructura, y con eso y lo que haya que invertir luego en equiparlo, Tudela dispondrá de un estupendo espacio de alrededor de 300 m2 útiles, en perfectas condiciones para el uso que se le quiera dar.
El equipo de gobierno de UPN plantea ubicar en el edificio el llamado Tudela Green Temple, un proyecto de turismo-cultura gastronómica basado en la verdura tudelana, pero como pudimos comprobar en la reciente jornada de puertas abiertas, se oyen muchas voces que demandan un uso polivalente vinculado a la cultura: conciertos, teatros o espectáculos de pequeño formato, exposiciones diversas, eventos varios...
Está claro que, si se pretende un proyecto gastronómico de referencia, que combine turismo, formación, divulgación y eventos, el espacio disponible es inadecuado e insuficiente, ya que una dotación de ese nivel necesita de unas condiciones técnicas (espacios de servicio, instalaciones de climatización y ventilación, salidas de humos...) y funcionales (espacio de recepción y acogida de visitantes, espacios docentes con aulas -algunas de ellas con cocinas-, sala de conferencias... así como espacios de almacenamiento de productos, enseres y mobiliario, una oficina o espacio administrativo, aseos suficientes -únicamente hay dos-)...
Y todo eso, no cabe en San Nicolás. La verdad es que los profesionales que han intervenido en la rehabilitación (arquitectos, arqueólogos, restauradoras, empresa constructora y gremios...) han hecho un estupendo trabajo y nos han dejado un hermoso edificio, que nos cuenta cosas de nuestro pasado y que, desde su belleza, nos interroga sobre cuál será un uso adecuado para el presente que vivimos y acorde con el futuro que vendrá.
Dados el tamaño y la escala del edificio, capaz únicamente de acoger usos de pequeño formato, desde mi punto de vista, lo adecuado sería disponer en él un espacio cultural polivalente: pequeños conciertos, espectáculos de danza o de teatro, conferencias o debates diversos, eventos varios como mercadillos, mini-ferias, fiestas relacionadas con temas culturales...
Apostaría por que sus puertas estuvieran abiertas el máximo tiempo posible para ser visitado por los turistas que visitan la ciudad o que se convirtiera en un punto de encuentro para quienes viven en el casco antiguo.
Y, ¿por qué no celebrar allí la comida para mayores organizada por Cruz Roja? ¿Por qué no la fiesta fin de rodaje del proyecto audiovisual El casco antiguo va de cine? ¿No es de sentido común que Tudela -y especialmente su casco antiguo- ganarían mucho más dedicando San Nicolás a un uso de carácter cultural polivalente? El tiempo dará o quitará razones.
El autor es miembro del Colectivo de Independientes de Tudela.