El Gobierno de Navarra ha entregado este sábado el Premio Príncipe de Viana de la Cultura al escritor y director teatral Alfredo Sanzol, en un acto celebrado en el monasterio cisterciense de la localidad de Fitero. La Presidenta de Navarra, María Chivite Navascués, ha destacado la capacidad del dramaturgo para “sacar a la superficie” la verdad que cuenta el teatro, y ha añadido que Sanzol se ha ganado por derecho propio “el acceso al trono de la dramaturgia española”.
La Presidenta ha reivindicado también durante su discurso el papel del conocimiento, la cultura, el talento y la creación como “elementos nucleares de nuestro modelo de sociedad y desarrollo”, y ha destacado su poder para contrarrestar una “ola populista que, precisamente, basa su razón de ser en la simplifación del mensaje, en una política infantil que propone soluciones de bloque, sencillas y sin matices”.
En este sentido, la Presienta ha añadido también que no se puede entender el avance y el progreso “si no es desde el pilar del conocimiento”. Así, ha destacado que “la democratización de la cultura, el plan del talento, la alfabetización digital, la extensión de la educación y la formación a lo largo de toda la vida” son un “antídoto contra la desinformación” y un “sustento de los valores democráticos”.
Ha reivindicado la Presidenta de la misma forma el valor “del conocimiento, de la educación, de la libertad creativa, de los derechos de la ciudadanía, del pluralismo ideológico, del respeto a la diferencia, de la convivencia y de las políticas que generan calidad de vida”, y ha destacado la necesidad de fortalecer estos ámbitos para que “estén siempre bien asentados y puedan soportar los intentos de hacerlos caer o de debilitarlos”.
Asimismo, la Presidenta Chivite ha hecho referencia al simbolismo que supone celebrar este acto de entrega en la localidad de Fitero y concretamente en su monasterio, en tanto que “marcaba el punto de convergencia entre los reinos de Aragón, Castilla y Navarra”. Así, según ha explicado la Presidenta, el conflicto que se desarrolló entre varias décadas del siglo XIII y XIV sobre a cuál de los reinos pertenecía Fitero se resolvió de forma pacífica en 1374, cuando el cardenal Guido de Bolonia comunicaba la decisión firme de que debía incorporarse al Reyno de Navarra.
“Durante los siguientes 650 años, Fitero ha sido la puerta sur de entrada a Navarra”, ha añadido Chivite. “Un aniversario que celebramos hoy convirtiendo este lugar en el escenario de un premio que recuerda a otro personaje ilustre que marcó también nuestra historia: el Príncipe de Viana”.
El papel vital de la cultura
Con carácter previo a la entrega del premio, la crítica teatral del Diario de Navarra, Ana Artajo, ha compartido un laudatio al ganador, en el que ha destacado de él su incansable trabajo, su talento, su humor, su visión del mundo, su entrega, su escucha al otro y su impudicia para “evidenciar a golpe de carcajada nuestras vergüenzas compartidas”.
Así, Artajo ha señalado que, más allá de los éxitos y títulos conseguidos por el dramaturgo, Sanzol merece el reconocimiento del Premio Príncipe de Viana por “la infinidad de gestos minúsculos que pueblan su quehacer laboral y cotidiano para que la cultura llegue a los rincones donde más urge su presencia”. Así, ha repasado su labor al frente del Centro Dramático Nacional, en el que, en sus propias palabras, ha creado un “espacio acogedor para la creación, un lugar polifacético, abierto, integrador de la diversidad, feminista y capacitante, que se abre al mundo para comprenderlo y permite que este quepa en su totalidad dentro de un escenario. Un centro para convivir, para la inclusión y la empatía”.
Artajo ha querido asimismo para ensalzar el papel de la cultura en nuestra sociedad, destacando que “cuando se hiere al pueblo, cuando se le silencia por medio del horror, cuando se empequeñece aún más a una minoría, cuando la guerra cae sobre tierra y cuando ya no queda nada de lo que fue, es la cultura quien se resiste a la agonía y mantiene viva la identidad común que nos hace resurgir, que nos hace reconocernos, escucharnos y saber que aún estamos vivas”.
“Sin cultura, el pueblo muere”, ha sentenciado la crítica a este respecto, antes de aprovechar también para agradecer a Alfredo Sanzol que decidiera darse a la cultura y dar salida a todo el teatro que habitaba en él.
Intervención de Alfredo Sanzol
Durante la entrega, Sanzol ha reflexionado sobre el “lugar del que nace la creatividad”, afirmando que sería un espacio que “podría tener una gran concentración de masa: una mezcla de todo aquello con lo que nacemos, más lo que aprendemos por imitación, más lo que conocemos por práctica y experiencia. Una masa de una densidad tan alta que pudiera parecerse a la nada”.
Además, el premiado ha realizado una mirada a su desarrollo en el ámbito artístico y del teatro. Así, ha afirmado que “nunca ha tenido sensación de haber llegado profesionalmente a ningún sitio”, porque desde que comenzó a escribir y luego a dirigir sintió “la plenitud del sentido”. “Lo que hacía tenía sentido pleno porque lo hacía, y acabar un proyecto solo llevaba al mismo lugar, a un nuevo inicio”, ha añadido.
Sanzol ha finalizado su discurso agradeciendo todo el apoyo profesional y el reconocimiento que ha tenido en Navarra. “Este premio me hace muy feliz”, ha destacado, “y me da fuerzas para seguir volviendo a ese lugar parecido a la nada que está lleno de todo”.
Alfredo Sanzol, director teatral y dramaturgo navarro, es licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y en Dirección de Escena por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. Ha escrito y dirigido varias obras, como ‘Días estupendos’, ‘Sí, pero no lo soy’ o ‘La calma mágica’, y también se ha encargado de dirigir y adaptar a autores clásicos como Sófocles, Oscar Wilde, Valle-Inclán, Lope de Vega o Shakespeare. Actualmente, Sanzol es director del Centro Dramático Nacional, organismo autónomo del Ministerio de Cultura.
Además, el escritor y director teatral ha sido ganado con un amplio abanico de distinciones, entre las que se encuentran varios Max de las Artes Escénicas, el galardón Valle-Inclán de Teatro o el Premio Nacional de Literatura, concedido por el Ministerio de Cultura.
Desarrollo del acto
La entrega del galardón se ha llevado a cabo en el interior del monasterio cisterciense de Santa María la Real de Fitero. La ceremonia ha estado presidida por la Presidenta Chivite, y ha contado también con la presencia del presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, el alcalde de Fitero, Miguel Aguirre, y la consejera de Cultura, Deporte y Turismo del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola.
También han asistido otras autoridades, como la delegada del Gobierno de España, Alicia Echeverría, así como varios consejeros del Ejecutivo foral, concejales de la localidad, diputados, senadores, parlamentarios forales y otros alcaldes y alcaldesas de municipios navarros.
El acto ha estado presidido por el pendón del Principado de Viana, y ha contado con las intervenciones musicales del Esemble Sinfonía Navarra, compuesto por Maitane Ezpeleta (guitarra), Unai Otegi (flautas) y Álvaro Iborra (clarinete), que han interpretado el himno de Navarra, además de piezas como ‘La Mourisque’ de Tielman Susato, la canción tradicional inglesa ‘Greensleves’ o ‘River flows in you’ de Yiruma, entre otros.
35º edición del Premio Príncipe de Viana
El Premio Príncipe de Viana de la Cultura, galardón que entrega el Gobierno de Navarra desde su creación en 1990, ha celebrado este año su 35º edición. Como cada año, ha tenido el objetivo de reconocer la trayectoria de personas o entidades relevantes en cualquiera de los ámbitos de la cultura, ya sea a través del ejercicio de la creación, del estudio o de la investigación, o mediante su promoción y fomento.
Se trata de un premio que se concede a propuesta del Consejo Navarro de la Cultura y de las Artes, y en los últimos años ha recaído en figuras tan destacadas como la compositora Teresa Catalán, el fotógrafo Carlos Cánovas, el escritor y profesor Tomás Yerro o la escritora Dolores Redondo.