Jose Mari Blanzako: "Hemos abierto muchos caminos en el plano social, cultural y político"


















Pedro Pérez Bozal


José Mari Blanzako Sesma acaba de recibir la elástica tudelana de la Orden del Volatín y con él hablamos de su trayectoria vital: 

¿Cómo has recibido este reconocimiento?

Con mucha satisfacción. El otro día tuvimos un cena muy agradable con gente amiga, me dieron la elástica enmarcada y estuvimos más de 100 personas. La verdad es que la elástica tudelana la he difundido mucho y recordó cuando en 1974 en la peña Los Camastrones organizamos la entrega de la misma. 
 
¿Cómo empezó tu activismo?

En torno a 1968 con una visión muy social. En Los Camastrones éramos muy singulares y dinámicos en unos años muy difíciles, ya que el franquismo seguía vigente. En aquella peña éramos en torno a medio centenar y 'meneábamos mucho', ocupamos huecos vacíos que existían en el plano cultural y teníamos muchas inquietudes. 

Empecé en el plano social, que es en el que más satisfacción y eficacia he logrado. En el plano político también he estado en innumerables aventuras que combiné con mi contribución junto a otras gentes en la puesta en marcha de la peña Beterri, la Ikastola, el Olentzero, la Asociación de vecinos del Casco Antiguo... Mi inquietud la he ido materializando junto a otras muchísimas personas. 

En el plano político siempre nadaste a contracorriente. 

Así es, pero en la juventud tiene mucha fuerza y luego te ayuda el convencimiento. He participado en asociaciones, peñas, eventos culturales e infinidad de propuestas populares. La verdad es que la vida es corta, se te va pasando el tiempo y no tienes la perspectiva de todo lo que vas haciendo. Es verdad que en 73 años he cundido bastante. 

En Tudela hubo resistencias a vuestra labor. 

Al principio nos miraban raro, principalmente los que disfrutaban desde el poder constituido de forma ilegítima. Pero abrimos muchos caminos en el plano social, cultural y político. 

También en el sindical. 

En los 60 y 70 los que trabajamos en fábricas lo hacíamos con bajos salarios y malas condiciones laborales. Yo empecé a trabajar en 1967 y para 1969 ya estaba afiliado a las clandestinas Comisiones Obreras. Entonces teníamos una acentuada conciencia de clase y la verdad es que ganamos mucho terreno a nivel sindical. 

Participaste en la colocación de un repetidor para que se pudiese ver ETB en la Ribera, en la puesta en marcha de la Ikastola...

En la Ikastola estuve 12 años como representante en la Federación Navarra. Luego con la Beterri hemos organizado conciertos, partidos de pelota e innumerables charlas. Y hasta ayudamos a montar el Ribera Atlético junto a muchos deportistas. 

¿Cómo ves a la juventud?

Un poco parada, pero hay de todo, como en botica. Ahora hay otras circunstancias, son otros tiempos. Porque tenemos muchas necesidades básicas cubiertas. Hace 50 años estábamos unidos estudiantes y trabajadores, porque teníamos muchas demandas. Ahora se trabaja de otra forma y hay que reconocer el trabajo que se hace en favor del euskera, la igualdad o el medioambiente.