Por Ateneo Republicano de Tudela:
El martes día 31 de octubre ha tenido lugar en el congreso de los diputados, el juramento de la Constitución por la heredera de la corona. En los últimos tiempos estamos asistiendo a un empacho informativo de la monarquía que no tiene parangón. Rayando con la obscenidad. Todo con el objetivo de lavar la cara a una institución que ha sido y es completamente antidemocrática, salpicada por escándalos financieros, corrupción y abuso de poder, sin rendir cuentas de sus tropelías, que han llevado al “emérito Borbón” a vivir fuera de España, en un retiro donde la democracia y los derechos humanos, brillan por su ausencia.
Por tanto, estamos ante una suerte de ciencia ficción en todo lo relacionado con la monarquía. Porque esta institución obsoleta en todo, pero con cierto predicamento social, no aguanta una comparación ni tan siquiera con la Constitución que ayer juraba la heredera del reino.
Si vamos al artículo 1 punto 2 de la constitución española dice: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del estado, siendo este un estado social y democrático de derecho basado en los valores de libertad, justicia e igualdad, que más pareciera que son propios de una república que de monarquías trasnochadas. Es cierto que el papel siempre aguanta todo, porque los hechos son bien distintos si miramos punto a punto, lo que representa la monarquía.
Los borbones gozan de unos importantes ingresos, de los presupuestos generales que pagamos con los impuestos, sin rendir cuentas de ninguna clase. Lo único que hemos sabido es la habilidad que han tenido algunos miembros de la casa real, para hacer negocios fraudulentos de los que han salido sin pena ni gloria. Sin mencionar el despilfarro millonario de cacerías africanas, de las que nos enteramos por el accidente del emérito.
Es de señalar la complacencia de la justicia previo aviso al interesado, en casos como los mencionados y el apoyo de poderes fácticos del país para con la casa real. Es evidente que la libertad de los miembros de esta institución está a años luz de la de cualquier ciudadano del país.
Si hablamos de igualdad, nada de nada. Solo es investida esta señora como posible futura reina, porque no ha habido varón antes de su nacimiento.
Por tanto, estamos ante una institución que no representa los valores de libertad, justicia e igualdad, más al contrario ha sido representativa de la corrupción del llamado campechano que ha hecho negocio personal, usando su poder, el patriarcado es seña de identidad trasmitiéndose el poder por el hecho divino de nacer en el seno de la realeza, prevaleciendo el hombre sobre la mujer, contra el derecho de igualdad constitucional.
La monarquía es más que la casa real, es todo un engranaje que soportamos y pagamos, del que no se rinden cuentas. Es una minoría de personas que gozan de unos privilegios sin someterse al designio de las urnas.
Por tanto, sobran razones para reclamar con todo derecho, que la institución debiera desaparecer por antidemocrática. Es necesario reivindicar la República democrática, donde los valores de libertad, justicia, igualdad y solidaridad, sean objetivos fundamentales y reales.
Es momento ahora y siempre para reclamar una República y dejarnos de tanta farsa tan bien engrasada por todos los medios informativos y de manera escandalosa por la TVE.