Pedro Pérez Bozal
Carlos Guillén Sola se estrena como candidato de la Agrupación Fustiñana de Izquierdas (AFI), que batallará el 28M por regresar al consistorio tras cuatro años de ausencia. Lo hará con una cita que se presenta abierta por la fragmentación del centro-derecha:
¿Qué te ha llevado a dar el paso para presentarte?
La principal razón ha sido la de continuar éste proyecto de izquierda, plural y transformador que es la Agrupación Fustiñana de Izquierdas y así que siga manteniéndose en el tiempo. Para bastante gente, es un referente y una voz necesaria, también una alternativa municipalista a los partidos tradicionales y una opción para aglutinar tanto la esencia del denominado Cambio que se produjo en 2015 como también el voto descontento con el PSN.
¿Qué balance haces de la presente legislatura?
Ha sido una legislatura atípica y políticamente intensa y crispada. Ya no sólo por la crisis de la Covid-19, que marcó una parte importante, sino también por todas las cosas que han sucedido; por ejemplo la confrontación por la posible pérdida de una subvención de más de 800000€, un caso de transfuguismo, una denuncia contra la secretaria y por último la crisis dentro de la derecha que también ha tenido su reflejo en el pueblo entre otras cuestiones.
¿Qué opinión te merece el actual equipo de gobierno?
En cierta medida ha sido un equipo de gobierno más preocupado por la foto y por el marketing que otra cosa. Hemos pasado de ser un pueblo opaco y hermético durante las casi tres décadas de gobiernos municipales con el anterior alcalde, a mantener la opacidad en la forma de gobernar pero ofreciendo aluviones de entrevistas para cualquier banalidad.
En cuanto al diálogo, el tema de la subvención de 800.000€, cuestión que se podría haber solucionado dialogando con el gobierno, se decidió ir a una confrontación abierta jugando con fuego, optando por la vía judicial, que salió bien, como podría haber salido mal. Y es que claro, tampoco es que se dialogue mucho con la oposición. Y por otro lado, falta de proyecto e improvisación, aunque es algo que se arrastra desde hace años. Votar por sistema en contra de todo lo que propone la oposición para luego al tiempo presentarlo como propio, es síntoma de esa falta de proyecto.
¿Cuáles son las principales líneas programáticas de tu formación?
No llevando un programa al uso, sí que tenemos cinco ejes de actuación en los que basamos la acción política. Por un lado una gestión más transparente, con una mayor participación de la vecindad en la vida pública. Políticas progresistas en lo que se refiere a vivienda pues escasea el alquiler, empleo sobre todo público, mayor ambición en la relación con las localidades del entorno cooperando y creando comarca desde la base o en la acogida a la inmigración.
En el tema de igualdad, queremos recuperar la figura de la Técnica de Igualdad y trabajando junto a asociaciones, comunidad educativa, etc., para poder desarrollar un Plan de Igualdad y luchar contra la violencia de género. Queremos defender nuestra red pública, hacer valer nuestro patrimonio ya sea material o inmaterial, estudiar si hay patrimonio inmatriculado por la iglesia para recuperarlo o planificar el arreglo y amabilización de calles, parques, etc. Por último tenemos una línea con respecto al medioambiente, para armonizar nuestra relación con él, poner en marcha alternativas viables en cuanto a la creación de energía limpia o aumentar las zonas verdes del pueblo.
¿Cuáles son las principales necesidades de tu municipio?
Pues son muchas. Como decía, vivimos en una localidad muy opaca y es imperativa una gestión más transparente y una mayor participación de la vecindad. Otra necesidad de Fustiñana es la de la vivienda pública de alquiler. Su escasez acaba dificultando un poco la emancipación de la gente joven y siendo un problema para las personas que han venido a trabajar de fuera y tienen que buscar alquiler en localidades cercanas. Además, se ha crecido hacia la periferia mientras el centro va quedando vacío. Por otro lado, es necesaria la activación de foros de escucha, participación y trabajo, tanto a nivel general de la vecindad, como sectoriales.
Por ejemplo, escuchar a la gente joven, que sea quien planifique y organice sus espacios, ocio o dé a conocer sus inquietudes, foros de conocimiento mutuo e interacción para una mejor integración de la población inmigrante o también de trabajo en el marco de la igualdad con asociaciones, comunidad educativa, etc. En cuanto a la red pública, hay que mejorar los servicios públicos que dependen del ayuntamiento, sacar OPE’s para cubrir las plazas vacantes de hoy y las futuras que vendrán. Y sobre el patrimonio inmatriculado por la iglesia, nada se sabe, o poco y tampoco se ha movido ficha. Por último, el cambio climático está aquí y también nos afecta.
Tenemos que llevar a cabo las transformaciones necesarias para poder protegernos, defender el mundo rural, generar el máximo de energías limpias con planificación y de forma democrática explorando nuestros recursos y por supuesto ampliar las zonas verdes y la vegetación en el pueblo, pues será vital en el tiempo que viene.
¿Qué objetivos os habéis marcado para el 28M?
En primer lugar regresar al ayuntamiento, pues en 2019 quedamos fuera por muy pocos votos. Y además hacerlo con la mayor fuerza posible para poder romper la mayoría absoluta que la derecha tiene desde hace tres décadas. Para ello nuestra presencia es necesaria, llegando a un nicho de votos al que no llegan otros.
Hay un descontento notorio por las formas a la hora de gobernar y lo que quedó patente en 2019 es que, pese a tener una mayoría absoluta numérica, fuimos más los que no apoyamos al actual equipo de gobierno; ha estado una legislatura gobernando con menos del 50% del voto válido emitido y de espaldas a la mayoría social que no le votó.
Así que, volver con fuerza ampliando si fuera posible nuestro espacio y ejercer de palanca de cambio en clave progresista, sería muy buen objetivo para el 28M aparte de necesario y democráticamente saludable para la localidad.