Por Jesús Arbizu, Juan del Barrio y Mikel Saralegi:
La evolución de la contaminación del agua por nitratos en Navarra, obliga a reflexionar sobre el modelo agrícola y ganadero intensivo y la necesidad de establecer nueva legislación al respecto, ya que representa un grave problema ambiental y para la salud. Amplias zonas de la geografía navarra han sido declaradas “Zonas Vulnerables a la Contaminación por Nitratos”, y su superficie sigue aumentando.
En julio de 2020, la Comisión Europea emitió un dictamen previo a llevar a España al Tribunal de Justicia Europeo por incumplimientos de la Directiva de Nitratos en el que se incluye a Navarra por no cumplir los puntos de la Directiva. Según el informe, esas malas prácticas agro-ganaderas, ocasionan que la superficie de las Zonas Vulnerables por contaminación por nitratos hayan aumentado un 76% en el periodo 2016-2019 y un 317% respecto a la superficie existente en el periodo 2012-2015.
Pese a lo expuesto, tanto en Zonas Vulnerables por contaminación de nitratos como fuera de ellas, se siguen autorizando nuevas granjas y centros de biometanización para residuos industriales orgánicos (Biomendi, HNT Biogás y otra en trámite en Cabanillas). De ésta manera es inevitable que sigan aumentando los graves problemas ambientales por contaminación de los suelos, con sus consiguientes problemas en el suministro del agua. Además es previsible que se agudicen en el futuro con la reducción de precipitaciones hídricas.
Las zonas contaminadas por nitratos en Navarra abarcan principalmente la cuenca baja del Aragón y la Ribera del Ebro. Los términos municipales situados en la margen derecha del río Aragón en la zona de Marcilla, Caparroso y Santacara sufren una gran contaminación por nitratos. Este hecho tiene una grave implicación para el medio ambiente y la salud de las poblaciones citadas, algunas de las cuales, a día de hoy, aun se abastecen de agua de boca desde los acuíferos de la zona. También es relevante para las industrias conserveras, especies animales y los ecosistemas existentes en esas zonas, que se ven degradados.
Respecto al problema detectado en el suministro de agua a Villafranca, sabemos que el acuífero del río Aragón, antiguamente rico en cantidad y calidad, va degradándose por la actividad agro-ganadera industrial intensiva. El pozo de la Veracruz, que históricamente ha suministrado agua potable a la población de Villafranca, presenta elevados niveles de nitratos, superiores al máximo permitido, lo que impide sanitariamente su consumo.
La situación inicial de urgencia; tomar agua de riego procedente del Canal de Bardenas, es decir de Yesa, desde la balsa de Morante, propiedad de la Comunidad de Regantes, vemos que no ha evitado los problemas que se han dado desde el día 23 de octubre. A pesar de que el suministro de agua para boca desde el Canal de Bardenas no se ha interrumpido en ningún momento, la balsa de Morante se ha quedado vacía. ¿Quién se ha quedado con el agua? Hay que recordar que desde el día 1 de octubre está prohibido el riego con agua procedente de Yesa.
La Ley de Aguas prioriza el abastecimiento a la población y después a los regadíos y usos agrarios y finalmente a los uso industriales y ocio. El abastecimiento a las poblaciones supone solamente un 14% del total del consumo. Por tanto no debería haber problemas de suministro de agua en situación de sequía, lo cual nos deriva a un problema de gestión. No se trata de aumentar la oferta de agua, sino de adaptar la demanda a la disponibilidad existente.
Nos preguntamos: ¿Cómo es posible que la balsa de Morante se quede vacía? ¿Qué gestión y programación ha hecho el ayuntamiento de Villafranca para que esto suceda? Como dudamos de la correcta gestión del Ayuntamiento los días 23, 24 y 25 de octubre nos volvemos a preguntar: ¿Cómo es posible que se vuelva a conectar el agua de la red de suministro de Villafranca al pozo contaminado de la Veracruz? ¿Cómo es posible que en el primer bando municipal se indique que el agua será en todo caso potable a pesar de los cambios en sabor, a sabiendas de la grave contaminación por nitratos? ¿Cómo es posible que tan sólo horas más tarde se corte el suministro de agua, precisamente por sus dudas en cuanto a su potabilidad?
También nos preguntamos: ¿El recrecimiento de Yesa hubiera solucionado el suministro de agua a Villafranca? Evidentemente no, por la falta de lluvia.
El problema del agua no se soluciona con la Comunidad de Regantes ni con el abastecimiento por medio de camiones cisterna, ni dependiendo de la Mancomunidad de Mairaga que a su vez tiene un convenio para suministro de agua desde Itoiz. Demasiadas administraciones públicas y privadas. Demasiada burocracia y dependencia. La solución pasa por resolver los problemas de contaminación por nitratos del acuífero del Aragón y que la gestión vuelva a depender de la entidad local.
Desde la Plataforma contra las Macrogranjas de Navarra, venimos advirtiendo del aumento acelerado de la contaminación por nitratos, y de que nunca se revertirá la tendencia contaminante mientras siga aumentando la agroindustria y la ganadería intensiva.
Es necesario que en Navarra se declare una moratoria a la instalación de nuevas granjas industriales, hasta que revierta la contaminación por nitratos y, mientras tanto, se establezcan las medidas necesarias para realizar una transición justa hacia un modelo agrario y ganadero compatible con la sostenibilidad y el medio ambiente. Esta transición deberá tener en cuenta, la crisis ambiental presente en que nos encontramos que, previsiblemente, se agudizará en el futuro además de la predecible escasez de recursos.
A modo de ejemplo práctico, es importante saber que la Generalitat de Catalunya estableció en el año 2019, una Moratoria durante dos años que impedía en determinadas poblaciones afectadas por la contaminación por nitratos, toda ampliación o construcción de nuevas explotaciones ganaderas. Moratoria que, posteriormente, prolongó por otros cuatro años más. En Navarra es imprescindible que se den pasos en la misma dirección.
El agua es una necesidad vital y un derecho universal, aunque a veces, los intereses económicos espurios de algunos pongan en peligro el acceso público a la misma.
En Villafranca, hay agua suficiente, sobra contaminación.