La asociación Txinparta celebró ayer el tradicional homenaje anual a los más de 7.000 presos que entre 1934 y 1945 dieron con sus huesos en el Fuerte de San Cristóbal, sito en el monte Ezkaba, y especialmente a las 750 personas que perdieron su vida en esta fortificación.
El acto se desarrolló en el 84 aniversario de la mítica y multitudinaria fuga del fuerte de casi 800 presos. De ellos, murieron más de 200 y solo 3 lograron cruzar la frontera francesa en plena Guerra civil española.
Fuerte de San Cristóbal
Fue construido entre 1877 y 1912, aunque la necesidad de una fortaleza dominante sobre Pamplona cuenta con antecedentes lejanos. Ya en 1276 se habla de un castillo en la cima de San Cristóbal en las crónicas de la Guerra de la Navarrería, y de un ataque francés a la fortaleza. También hay referencias a la fortificación en la cumbre de San Cristóbal durante la Guerra de la Convención (1793-1795).
En las Guerras Carlistas, los partidarios del Conde de Montemolín sitiaron Pamplona; aunque no llegaron a tomarla, dominaron su capital, Estella, y todas las fortificaciones de las proximidades.
Finalizado el conflicto, el Gobierno Civil de Navarra solicitó al rey el levantamiento de un fuerte en el monte San Cristóbal para completar las posibilidades defensivas de la ciudadela de Pamplona.