No sobrarán votos contra Alejandro Toquero en 2023



 



Las elecciones municipales del próximo año en Tudela podrían ser claves a nivel autonómico porque, si se cumplen las encuestas y Ferraz da su bendición, Javier Esparza se jubilará políticamente y UPN entrará en barrena al otear doce años en la oposición. 

Por edad, proyección y ambición, y pese a su discreta gestión de la capital ribera, Alejandro Toquero aparecerá como uno de los favoritos para hacerse con el sillón de Esparza y, si repite mayoría en Tudela, podría utilizar la visibilidad que le otorga su cargo como alcalde de la segunda ciudad de Navarra para recomponer el centro-derecha navarro. 

Previsiones para 2023

Las tres familias políticas del centro-izquierda en Tudela miran de reojo la cita de 2023: los socialistas se han revitalizado bajo el liderazgo de Ángel Sanz, que puede aportar la estabilidad al PSN-PSOE; la izquierda transformadora está realizando las publicitadas reuniones del Frente Amplio que van a imantar Podemos, IU, Batzarre e independientes; y las fuerzas nacionalistas pretenden que la citada amplitud sea mayor para salir de su extraparlamentarismo municipal y, de paso, para no se pierdan votos. 

Algunas voces progresistas creen que hay sumas que restan, pero quizá podrían estudiar una tercera vía sin que tengan que integrarse los partidos nacionalistas. Y es que un pacto evitaría que se tirasen algunos cientos de votos. 

¿Y el centro-derecha?

UPN tiene crecimiento potencial en Tudela porque Toquero obtuvo un 45,99% que se quedó 4 puntos por debajo de lo que logró Javier Esparza ese día en la capital ribera. El 50,60% logrado por Na+ a nivel foral entra en la horquilla en la que se ha movido el regionalismo tudelano entre 1999 y 2011: entre el 49% y el 52% (en 2011 sumando a UPN y PP). 

Estos últimos números no distan demasiado de los de las encuestas que maneja en el Palacio de Navarra Félix Taberna, que promueve actos de consejeros y notas de prensa relacionadas con la Ribera para contrarrestar el discurso de Toquero, que podría repetir alcaldía a pesar de su colección de polémicas. Es cierto que el líder de Na+ Tudela podría ganar votos y perder el trono, si el progresismo une fuerzas. 

También previsiblemente crecerá en votos y concejales el PSN-PSOE, que cayó a tres ediles en 2015 y no se contagió del crecimiento sanchista en 2019 porque sus potenciales votantes, previsiblemente, se dejaron llevar por el 'efecto alcalde' de Izquierda-Ezkerra. 

No tendrá fácil Batzarre, Izquierda Unida y Podemos repetir en Tudela siquiera los datos que logró Izquierda-Ezkerra en 2019. Harina de otro costal sería si, retando al vértigo, tejen una agrupación electoral municipalista a nivel local. Esta herramienta se está mostrando como idónea para pescar votos transversales en municipios conservadores, véase Corella y Buñuel, y para combatir discursos populistas como el de Toquero. 

Interiorizando mal 

El centro-izquierda tudelano ha interiorizado un diagnóstico desacertado. El extendido silogismo dice lo siguiente: las fuerzas progresistas perdieron en 2019 'de forma injusta' porque, a pesar de ganar en votos, fueron castigados por la fragmentación de candidaturas. 

Esa tesis, tan cierta como peligrosa, dice que si en 2023 unen fuerzas Izquierda-Ezkerra y Podemos, que tienen una creciente sintonía tras las primarias moradas y de IU, Navarra Suma perderá la alcaldía. Y la verdad es que no tiene por qué. 

Tiempo y estrategia

UPN Tudela sufría la mayor crisis de su historia cuando Toquero asumió sus mandos. El hoy alcalde de la capital ribera disponía de tres cosas que no goza el centro-izquierda tudelano: paz en su bloque ideológico, tiempo (fue designado candidato trece meses antes las elecciones) y una estrategia mediática aparentemente muy sencilla que se basaba en embarrar el campo de juego con fotos de papeleras sucias en grupos de Facebook y denuncias del supuesto seguidismo del tripartito tudelano al cuatripartito foral. 

Para tener estrategia mediática no hay que tener medios, sino olfato, y la hegemonía de la prensa conservadora en Tudela permite que el sinfín de errores, contradicciones y fallos de Toquero sean invisible para enfado de algunos sectores progresistas, que tienen visos de realizar una digestión lenta y presentar candidatura unos meses antes de las elecciones.

Suficiencia 

Cierta gauche divine se cree que en política vale tener razón o hablar bien en los plenos, que no los ven ni los familiares de los concejales. Y lo cierto es que la política debe jugarse en todas las pistas: los plenos, las asociaciones, los clubes deportivos, la prensa, las redes sociales, los bares y la calle. 

En amplios ámbitos del progresismo sobran suficiencia en relación con los medios de comunicación. Y es que algunos entienden que la comunicación política es sinónimo de manipulación de masas, mentiras o suciedad. 

En realidad, la comunicación política es el vehículo con el que los representantes públicos pueden y deben informar a la ciudadanía, a la que algunos quieren interpelar solo cada cuatro años. Comunicarse, en su caso, es una obligación.

El feliz 2015

Algunos quieren quedarse a vivir en 2015, cuando el centro-izquierda tudelano tenía 13 concejales y el centro-derecha 8 en vez del 10-11 actual. 

¿Fallaron las candidaturas que no alcanzaron el 5% del voto? Hubo algo más: el centro-izquierda pasó del 57,4% del voto en 2015 al 49,53% en 2019. Es decir, el bloque progresista perdió 12 puntos a pesar de los múltiples proyectos que generó el tripartito y la deuda que se recortó en Tudela. El centro-derecha, por su parte, pasó del 39,9% de 2015 al 49,52% de 2019. O sea, casi diez puntos más. ¿Era cuestión simplemente de los restos? Algo más. 

En definitiva, que no van a sobrar votos y que va faltando definir una estrategia mediática.