A estas alturas, ¿qué sanidad queremos?; por Fernando Rivas



 



A estas alturas la mayoría de nosotros, tiene o ha tenido a alguien cercano con el covid-19. A estas alturas, todo el mundo sabe que hubiera pasado sin nuestra sanidad pública en España. A estas alturas, todo el mundo sabe que sin los impuestos no se puede pagar la sanidad. A estas alturas vemos que nuestra sanidad cada vez está más dañada, nuestros sanitarios, cada vez más cabreados y aun así, vemos que compensa tener una sanidad al alcance de todos. 

Hagamos una pequeña reflexión: Si con el dinero X que recibe la sanidad, todos los españolitos la consideramos una de las mejores del mundo, que ya la quisieran para sí los de EEUU. ¿Qué pasaría si con este mismo dinero gestionamos una sanidad privada? La respuesta es obvia no tendría la misma calidad porque a esa suma, habría que añadir los beneficios, mínimo un 30%. 

Sin embargo, cada vez vemos más anuncios de empresas privadas que te ofrecen la salud inteligente. Esto ocurre porque nuestra sanidad está saturada, está maltratada y preferimos pagar para que nos atiendan más rápido. 

A mi modo de ver, esto tiene un trasfondo muy preocupante porque vemos que aquellos que prometen bajar impuestos, lo hacen precisamente en deterioro de los servicios públicos: Sanidad, educación, bomberos, policías, pensiones y todo lo que sea susceptible de ser privatizado. Que casualmente son empresas afines a algunos políticos. 

Aquí en Navarra sin ir más lejos tenemos la prestigiosa Clínica Universidad del Opus que si no vienes con la cartera por delante, no te dan ni un ibuprofeno. Recordar que esta clínica recibía financiación pública hasta hace bien poco. Casualmente cuando dejaron de gobernar los amigos de Vox. Con el Covid-19, ya se está acentuando esta estrategia de la derecha, que consiste en poquito a poco, el que más o el que menos, tenga su seguro privado. 

Por supuesto el que tenga una nómina raída que se olvide. Esta estrategia se nota más en las grandes ciudades porque es aquí, donde se puede hacer más negocio y con prometer libertad para abrir bares, parece que de momento les funciona. 

Y entonces ¿Qué podemos hacer los ciudadanos de a pie, para romper esta planificación política cada vez más visible? A estas alturas, a mí no me convence un díptico con la palabra libertad. Hay que añadir más cosas y no me prometan que me bajan los impuestos porque esto no funciona así. 

A estas alturas, todo el mundo sabe cómo gestiona la derecha cuando está en el poder: Cemento, cemento y más cemento, con un presupuesto inflado y a ser posible a pagar con muchos intereses que a los bancos, también hay que darles de comer pobrecitos.