Una mentira repetida mil veces no se convierte en una verdad; por Begoña Alfaro y Mikel Buil



 




Seguro que las y los lectores recordarán aquel día en pleno confinamiento en que la policía municipal de Pamplona desalojaba por la fuerza a varias personas que se resguardaban en pisos municipales vacíos. En esos días, los que se autocalifican como los mayores defensores de la legalidad y del orden constituido, los/as concejales de Navarra Suma en Pamplona, se saltaron todas las medidas acordadas por la grave situación de pandemia que vivíamos para echar a estas personas a la calle, para que esas viviendas continuasen vacías. 

También recordarán, ahora que las grúas no permiten olvidarlo, como la construcción de las “magnificas” 400 viviendas de lujo en Salesianos se llevó a cabo gracias al sacrificio de 200 viviendas de alquiler público en el centro de la ciudad, ya que, si se integraban en la promoción, esta dejaba de ser “atractiva” para los inversores. 

Por cierto, y esto ya más próximo en el tiempo, habrá que apuntar en la memoria que del programa de construcción de vivienda de alquiler social que tiene previsto el Gobierno de Navarra, con la construcción de más de 1000 viviendas en dos legislaturas para nuestra Comunidad Foral, Pamplona (el municipio con más demanda) es el único municipio de Navarra que no ha facilitado los trámites para que esta medida pueda llevarse a cabo, negándose el Ayuntamiento a conceder las licencias requeridas para comenzar la construcción de las viviendas. 

En su misma línea, hace unos meses acordaron la reducción del impuesto a la vivienda vacía al mínimo, y eso porque la normativa actual les impide eliminarlo. Y siguiendo con la lista de despropósitos de Navarra Suma, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Pamplona tiene al menos 86 viviendas de emergencia social sin rehabilitar, mientras alrededor de 300 familias están en lista de espera de una vivienda de emergencia municipal, lista que sigue engordando día a día. Sin vergüenza, su política se fundamenta en la continua vulneración de los derechos humanos de las personas cuyo bienestar deberían asegurar. 

Pero lamentablemente la colección de disparates continúa, ya que como hemos podido ver en la pugna por la carta de capitalidad, donde el Sr. Maya amenazó con poner en riesgo los servicios sociales de la ciudad. En la misma actitud kamikaze suele pronunciarse su homólogo tudelano, que de exageraciones y bulos sabe un rato. 

¿Se acuerdan cómo era la gestión de las políticas sociales con Navarra Suma hace unos años?, ¿de cómo las personas hacían horas de cola en Cáritas para que les adelantaran sus prestaciones permitiendo que se aceptase como algo normal, sin más, que la dignidad de quien lo estaba pasando mal fuera tirada por los suelos todos y cada uno de los meses del año? 

Hoy, una vez más, nos toca escribir desde la indignación al escuchar al Alcalde de Pamplona cómo se saca de la chistera un problema inexistente: no consta ni una sola denuncia en las últimas semanas a menores en situación de desprotección tutelados por el Gobierno de Navarra, y en caso de existir un problema de seguridad ciudadana, Sr. Maya, es su competencia y su deber solucionarlo, que para eso le votaron parte de los ciudadanos y ciudadanas de Pamplona y el Partidos Socialista. 

Es cuanto menos poco ético, por no decir repugnante, que apunte como problema la maldad intrínseca de las personas vulnerables, de los niños que llegan a nuestra comunidad sin apoyos. En este momento 70 menores. Hay muchas formas de llamar a esto, por ejemplo, clasismo, la nueva aporofobia, pero en el fondo lo que subyace es la voluntad de mantener y reforzar los muros que no permiten la integración social de las personas que lo están pasando mal. Pero ¿porque intentar potenciar la exclusión y la pobreza en una de las comunidades más prosperas de España? 

Una de las claves más evidentes de usar a las personas con menos recursos como cabeza de turco, de poner en liza los servicios sociales, de evitar la construcción de alquiler social o tener mano dura con las personas sin hogar, está en que supuestamente les proporciona éxito electoral. Y para que esa estrategia tenga éxito buscan generar ese miedo en la gente, algo que estamos viendo últimamente en la prensa de ultraderecha navarra: rescatan todos los sucesos violentos que impliquen a alguien que posea los “estigmas” de ser joven, con pocos recursos y a poder ser, persona racializada, el cóctel perfecto. 

Sabemos que los/as lectores/as son personas con capacidad crítica a la que no se le toma tan fácil el pelo, y se darán cuenta de esta sobre-exposición mediática, pero por si acaso queremos advertirlo ya que cuando los gerifaltes y sus amigotes se envalentonan, no saben hacer otra cosa que pisotear al débil para tapar sus vergüenzas. 

Que no te contaminen, en esta sociedad hay muchísima gente, por desgracia cada día más, que se descuelga y a la que “descuelgan”, que necesita recursos para poder recuperarse, no dárselos es no atender el deber como representantes públicos, pero sobre todo, es inhumano. Señalar desde las más altas instancias a personas indefensas como la fuente de todos los males, solo muestra la incapacidad ideológica de NA+ para afrontar la convivencia de forma pacífica. Señor Maya y demás voceros, un equipo de gobierno que avanza dejándose a quien más lo necesita por el camino, para después señalarlo, es en sí mismo un peligro público. ¿De verdad cree que no nos damos cuenta? 

Begoña Alfaro García, Coordinadora Autonómica de Podemos Ahal Dugu Navarra y Mikel Buil García, Parlamentario de Podemos Ahal Dugu Navarra.