El Ayuntamiento de Tudela intervendrá el año que viene, de forma integral, en la recuperación del inmueble del Humilladero, que se ubica en la entrada a la ciudad por el puente del Ebro y que, pese a su valor patrimonial e histórico, se encuentra en estado ruinoso.
El actual equipo de gobierno ha confirmado que en los próximos presupuestos se incluirá una partida para esta intervención que "irá más allá de una simple reconstrucción o de retoques estéticos ya que cualquier paso en falso, teniendo en cuenta el ruinoso estado de conservación del edificio podría ocasionar su caída y desaparición".
En este sentido, la restauración se basará en criterios profesionales de conservación de patrimonio, tras plantear varios estudios en torno al proyecto, con la intención de integrarlo después en las propuestas culturales y turísticas de la ciudad, como punto de partida de las visitas guiadas, ampliando la zona histórica visitable y creando un punto inicial muy importante que vendría a completar la recuperación de la zona con el corredor verde del otro lado del puente.
Petición de ATURINA
La única organización que se parece haber acordado de este histórico edificio en ruinas en los últimos tiempos ha sido la Asociación de Turismo de la Ribera de Navarra (ATURINA), que en noviembre del pasado año pidió la restauración del Humilladero para convertirlo "en el símbolo de toda una ciudad".
"La restauración del Humilladero puede significar la unión de todos los tudelanos y tudelanas, por encima de diferencias, color, raza, sexo o ideas, para construir y apoyar un símbolo de futuro, de progreso y al mismo tiempo de mestizaje mágico entre lo antiguo, lo actual y lo moderno, un símbolo común para levantar Tudela", aseguraban.
Historia de Tudela
El Humilladero de Tudela es especialmente significativo porque su construcción va más allá de la simple ubicación de una cruz para señalar un cruce de caminos y la entrada o salida de un pueblo. En la margen derecha de la entrada a la ciudad por el puente del Ebro, el Humilladero tudelano aparece ya en 1630 en documentos que describen la cruz adornada por una gran cantidad de tallas religiosas, erigida sobre varios escalones y un pedestal, todo ello cubierto por un templete de cuatro arcadas que se erigía también sobre escalinatas. Además de su originaria función religiosa, sirvió también como fortín tras la Desamortización de Mendizábal en 1834, defensa del puente en la Primera Guerra Carlista, lugar de cobro de impuestos (arbitrios) y vaquería.