Treinta años del rodaje bardenero que cambió el cine español: 'Acción mutante'


 



Pedro Pérez Bozal

Dentro de unos pocos meses se cumplirán tres décadas del inicio del rodaje de uno de los films más arriesgados de la historia del cine español: 'Acción mutante'. El debutante Álex de la Iglesia escogió los parajes desérticos de Bardenas para filmar parte de su singular coctel repleto de ciencia ficción, acción y humor negro. 

El mayor desierto de Europa, y sede de un Polígono de tiro, también ha acogido el rodaje de 'El mundo nunca es suficiente' de la saga Bond, parte de la sexta tanda de 'Juego de Tronos' y la gamberra 'Airbag'. Pero lo cierto es que el rodaje de 'Acción mutante' tiene elementos singulares que pasamos a analizar. 

Mirindas almodovarianas

Érase una vez un desconocido chaval de 27 años que estudió Filosofía en Deusto, viste con camisetas de superhéroes, tiene cierto nombre en el mundo del comic underground bilbaíno y mezcla en sus referencias cinematográficas a Billy Wilder, Rafael Azcona y el Fantaterror. 

Y en manos de ese desconocido chaval, que tan solo había rodado un singular cortometraje llamado 'Mirindas asesinas', se pusieron apenas 350 millones de pesetas (algo más de 2 millones de euros) para realizar un mastodonte fílmico que, para hacerse de forma racional, hubiese necesitado alrededor del doble de dinero. 

Es cierto que uno de los inconscientes que arriesgó más de un tercio del presupuesto del film fue Pedro Almodóvar, feliz como un niño con zapatos nuevos tras poner en pie su productora El Deseo con la que se había refinado como autor ('La ley del deseo'), había traspasado fronteras ('Mujeres al borde de un ataque de nervios') y había sentado las bases de sus éxitos posteriores ('Tacones lejanos'). 

El manchego no quería que El Deseo fuera una cantera de sus imitadores y, sustituyendo su falta de experiencia en mecenazgo por intuición, apostó por un proyecto que nada tenía que ver con su estilo: un film de ciencia de ficción.

De la Iglesia recuerda que, con solo un cortometraje en su currículum, le envió el guión de otro corto a una amiga que trabajaba con Almodóvar (Paz Sufrátegui). Y lo que sucedió a continuación cambió el cine español, tal y como explica el padre de 'El día de la bestia': "Pedro fue quien nos propuso hacer la película. Porque si nos llega a decir: no, os quiero para barrer le hubiésemos dicho sí Pedro, lo que usted diga. Os quiero para que hagáis un documental sobre ballenas. Pues nada, venga, se hace. Pero no, nos produjo el guión e hicimos 'Acción mutante'". 

Es cierto que el cineasta tuvo que remar para frenar un sinfín de problemas. Y entre ellos caben  destacar las insólitas lluvias torrenciales que cayeron en la sedienta Bardenas (y que se llevaron dos camiones de rodaje por delante). 

El protagonista de 'Acción mutante', Antonio Resines, asegura que el proyecto "era una gamberrada de cojones y a mí las gamberradas siempre me han gustado. No teníamos ni puta idea de que iba a ser una película de culto. Sabíamos que era una genialidad, pero también sabíamos que las genialidades no siempre se reconocen". 

El actor recuerda la brutal dureza de rodar esta película: "No teníamos dinero para dobles así que nos dimos unas hostias descomunales. Para que pareciera de verdad las cosas eran de verdad: el hierro era de hierro, la madera era de madera, en fin. Rodando la pelea que tengo con los siameses nos dimos unas hostias que no me he dado nunca más así. Pero mira, en esa pelea, como sabíamos que el cabrón de Álex nos iba a hacer repetir, quedamos en que nos daríamos tales hostias que se iban a cagar. Nos dimos muchas hostias. Los gritos son reales". 

Atentados 

Bilbao futurista. El mundo está dominado por el postureo. Y un grupo de personas con distintos grados de discapacidad se arma para convertir su resentimiento contra la tontería hegemónica en atentados terroristas contra gimnasios o cirujanos plásticos. O secuestrar a la hija de un afamado industrial para pedir un millonario rescate en el bardenero planeta Asturiax. 

Ese es el punto de partida de 'Acción mutante', liderada por Ramón Yarritu. Que no se cortaba: "La sociedad nos trató como mierda y ahora les vamos a dar por el culo. El mundo está dominado por niños bonitos hijos de papá... dios, ¡basta ya de mierdas light! Basta ya de colonias, de anuncios de coches, de aguas minerales... ¡no queremos oler bien, no queremos adelgazar! Sólo quedamos nosotros, amigos. Todo el mundo es tonto o moderno".

Def con Dos puso música a la altura del esperpento distópico con estética ciberpunk ("Mens sana in corpore tullido/ Empalamos culturistas, quemamos gimnasios. En la sauna se cuecen: son gusanos"). Y Almodóvar rezó al Cristo de Medinaceli para que la prensa no vaciase cines trazando malévolos paralelismos entre la ficción, 'Acción mutante', y la realidad, ETA. Lo cierto es que no hubo campaña ni demasiada taquilla. 

Triple salto

La barroca 'Acción mutante' no deja de ser un film irregular que va de más a menos y acaba pidiendo la hora. Pese a ello, Álex de la Iglesia demostró que se podían ampliar las temáticas del cine español. 

Y lo hizo abusando de los efectos especiales sin ningún complejo, chapoteando en la violencia antes de que Tarantino sentase jurisprudencia, utilizando el humor negro como desengrasante y, en definitiva, realizando un triple salto mortal incomprendido por la crítica, que no valoró su descaro; el público, la recaudación ni siquiera sirvió para cubrir el coste del presupuesto; ni la Academia, que solo le concedió tres goyas técnicos. 

Eso sí, De la Iglesia no se achicó tras pintar Bilbao con óleos propios de 'Blade Runner'. El niño que utilizaba el cine como método de evasión, escapismo vital, y adulto que rueda de forma compulsiva a costa de aceptar algunos encargos que devalúan su sello, escapismo vital, imaginó posteriormente el Apocalipsis en el Paseo de la Castellana. 

Y con 'El día de la bestia' demostró que podían pasar cosas grandes en escenarios localizados fuera de Nueva York.