Los héroes del sábado: los incondicionales del Estaciones Sonoras soportaron el aguacero con buena cara
Pedro Pérez Bozal/Cascante
El grupo de folk rock La M.O.D.A. regresó a Cascante para abrir el cartel de un nuevo ciclo del exitoso festival musical Estaciones Sonoras que anoche se remojó de forma estoica, ya que en torno a medio millar de espectadores soportaron bajo paraguas, mesas y gorros un aguacero nocturno que rompía siete meses de sequía en la zona y destrozaba el amable pronóstico de eltiempo.es y mecanismos semejantes.
El cielo se abrió sobre las testas de los melómanos que se acercaron a la Zona Deportiva de Cascante, que se encuentra ubicada junto al Termolúdico. INNMIR y Ginebras arrancaron una tarde-noche salpicada de interrupciones por motivos meteorológicos y huidas junto a las barras ubicadas a la entrada del recinto en el que se realizaron los conciertos.
Y el gran reclamo de la noche arrancó tardío, con veinte minutos de retraso. Pero La M.O.D.A. no defraudó. David Ruiz, vocalista del grupo burgalés, pidió un aplauso a la organización, lanzó un guiño a la cultura segura y glosó el "pequeño milagro" que supone un proyecto como Estaciones Sonoras.
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La organización, un diez
Si Estaciones Sonoras se ha convertido en un evento imprescindible en el escenario norte del Estado se debe a una minuciosa organización liderada por Radio Cierzo, que está capitaneada por Anselmo Pinilla.
El director del festival explicaba antes del arranque que el regreso del mismo era "una apuesta para conseguir reactivar el turismo musical tan duramente golpeado tras la pandemia y responder a nuestro público que tan ansiosamente ha esperado la celebración del festival. Hemos trabajado muy duro para reinventarnos y poder anunciar que volvemos en un nuevo formato para espacios exteriores, con las medidas oportunas para garantizar la seguridad de todas las personas asistentes".
"Será diferente al formato de Estaciones al que estamos acostumbrados, pero sin duda es un regreso muy especial que supondrá una inyección de energía para toda la gente que nos apoya incondicionalmente, y que tantas ganas tiene de disfrutar de música en directo", añadió. Y lo cierto es que fue diferente. Pero no por ello dejó un gran sabor de boca a los cientos de incondicionales que soportaron una tormenta macabra que solo amainó cuando finalizó la música.
Fotografías: Sergio Yanguas González.