Pedro Pérez Bozal
Milagros Rubio Salvatierra acaba de lanzar su primer poemario en solitario, 'Sones de gozos'. Con esta histórica concejala ribera, 36 años estuvo dando el callo en el Ayuntamiento de Tudela, hablamos de lo divino y humano.
¿Cómo es esto de lanzar un poemario?
La poesía siempre ha sido lo primero para mí, desde que era niña. Desde hace muchos años formo parte del colectivo Traslapuente, con los que he publicado poemas en revistas o en libros corales. Pero este, 'Sones de gozos', es el primero individual completo.
Y he querido que fuese así porque está dedicado a mis nietas. Durante los momentos más duros de la pandemia, al igual que les ha pasado a tantos abuelos y abuelas, se ha cortado el ritmo de relación con ellas, que no viven en Tudela y a las que no podía abrazar.
En 'Sones de gozos' hay poemas que he escrito durante los últimos once años. Y es que encontré incluso lo que escribí cuando supe que mi hija estaba embarazada de mis nietas, que son gemelas. Estos textos están acompañados por dibujos de mis nietas ya que busqué en carpetas o en el móvil para poder acoplar los poemas a los dibujos. La verdad es que me fue bien porque solo tres poemas no tenían dibujo como 'pareja'.
¿Que si ha sido difícil? No te creas. Porque tanto poesía como dibujo son actividades creativas, y por lo tanto expresan sentimientos. Y tienen una parte subjetiva que facilita que se pueda 'casar' dibujos con poemas sin dificultades. Lo más complicado era maquetarlo y lo hizo Pepe Alfaro, buen poeta y buen amigo.
Además de escribir estás estudiando Lengua y Literatura españolas en la UNED. No has parado después de dejar el Ayuntamiento de Tudela...
Te cuento: yo de joven querría haber estudiado Periodismo o algo relacionado con la Literatura. Pero mi familia era humilde y no tenía dinero para que estudiase fuera de Tudela. En esos momentos solo se podía estudiar en la ciudad Magisterio en la Compañía de María, con beca por supuesto.
Pero cuando fui a empezarlo, quitaron la opción. La posibilidad que mejor me pareció entonces fue estudiar Secretariado Internacional, que posibilitó que viajase a Inglaterra a aprender inglés. Antes de hacerlo ya militaba en grupos de estudio social, clandestinos por supuesto. Y a la vuelta me impliqué más en grupos antifranquistas que batallaban en favor de la llegada de la democracia a España.
Yo siempre había tenido mucha sensibilidad hacia las desigualdades sociales, quizás porque yo era de familia humilde. Esta situación familiar me quedó clara a través del Colegio, ya que veías a gente con más posibilidades económicas.
También es cierto que entre los aspectos positivos de la educación religiosa que recibí fue una serie de valores como la solidaridad, la generosidad o como lo quieras llamar.
Esto me ayudó al adquirir un compromiso social que desarrollé como actividad política, primero en la clandestinidad y más adelante en la política institucional dentro del primer Ayuntamiento democrático tras la caída del Régimen franquista.
La verdad es que me comprometí tanto que no tenía tiempo ni para mí. Todas las horas del día parecían pocas para participar en reuniones de no sé qué asociación de vecinos, del sindicato de turno o de lo que fuese.
En 1979, con solo 23 años, entré al Ayuntamiento como concejala y en ese puesto estuve 36 años (4 de ellos además como parlamentaria de Navarra). Durante esas casi cuatro décadas estuve dedicada cuerpo y alma a la vida pública. Y nunca cobre un salario por ello, al principio no cobrábamos ni un céntimo y más adelante sí que nos daban algo por asistencias y gastos que yo entregaba a Batzarre.
En el Parlamento cobré algún tiempo en el Grupo Mixto, pero devolví todo el dinero a la Cámara y en esa legislatura además me reconocieron una invalidez que me llevó a ser pensionista.
¿Que si era habitual esta forma de entrega? Era como muchas y muchos concebíamos la política (José María Lacarra, Ignacio Milagro, Toña Navarro, Ana Mary Ruiz y compañeras y compañeros de Batzarre que han trabajado muchas horas para el Ayuntamiento de forma altruista). Ahora me parece muy bien que ahora la gente combine y se saque adelante las castañas en el aspecto laboral y en el político.
Porque si no en política solo estaría la gente muy generosa o la gente rica. Creo que los tiempos han cambiado en este aspecto para bien.
Y ahora te has querido quitar la espinita con los estudios
Efectivamente. En 2015 dejé el Ayuntamiento de Tudela y me plantee hacer otras cosas: dedicarme a mis nietas, escribir poesía junto al colectivo Traslapuente y estudiar lo que me hubiese gustado. Años atrás había empezado Filología Hispánica, pero no tenía tiempo para dedicarle y cuando me jubilé en política cambió el plan de de carreras a grados. Empecé entonces Lengua y Literatura españolas, grado que estoy a punto de acabar porque solo tengo pendiente el Trabajo de Fin de Grado.
¿Cómo ves la situación en el Ayuntamiento de Tudela?
Ante todo quiero dejar claro que apoyo el trabajo que está realizando Izquierda-Ezkerra. Se están esforzando mucho y están pisando el terreno para ocuparse de los problemas de la gente desde un punto de vista honesto.
¿Que como veo al equipo de Gobierno? Miro y veo lo que advierto en parte del conjunto de España: hoy la política está contaminada por medias verdades y me parece que los gobernantes dejan poco hueco para la participación, tanto de la ciudadanía en general como para la oposición por ejemplo en Tudela.
Yo he trabajado con alcaldes de distintos partidos y es cierto que he vivido situaciones de bloqueo porque investigamos sobre algunos gastos, por ejemplo. Pero siempre, y especialmente en las últimas décadas, había voluntad de dar información.
Yo a Luis Casado (UPN) le preguntaba cosas en Junta de Gobierno y me pasaba los informes correspondientes. Me parece que actualmente no se da ese tipo de relación en el Gobierno municipal: creo que se ejerce de forma más absoluta, con cierto absolutismo. La oposición tiene que tener toda la información para poder aportar, debatir o fiscalizar.
Estas son sus funciones y creo que se le obstaculiza. Creo también que la gente de Izquierda-Ezkerra se está esforzando mucho no solo en Tudela, sino en trabajar junto a otras candidaturas riberas en el tema de la Mancomunidad. O en el propio Ayuntamiento con los compañeros del PSN-PSOE. Me da la sensación que en Tudela lo tienen muy difícil porque 'no les dejan'.
Hablemos por último del colectivo Traslapuente
Somos un grupo que en su mayor parte se dedica a la poesía, pero también hay miembros que prefieren los relatos o cuentos. Pepe Alfaro es el alma del grupo desde que nuestro compañero Juan Colino murió hace unos años.
Como te decía, somos más de poesía que de prosa. Aunque por ejemplo tenemos compañeros como Manuel Arriazu, que es un cuentista muy bueno. La verdad es que este colectivo trasciende del trabajo literario que hace y nos hemos convertido casi en una cuadrilla de amigos y amigos con muchos años de amistad.
Este grupo, al igual que el resto, se ha visto trastocado por la pandemia. Y se echan de menos las reuniones, las meriendas o el acercamiento social. Pero mientras tanto vamos trabajando desde la distancia porque montamos una pequeña editorial para autoeditarnos en estos tiempos en los que solo se publican a libros premiados o escritores famosos.
Al menos nos autofinanciamos y nos sirve para complementar lo que más nos gusta: hablar de literatura. Hablamos de premios, de novedades, nos corregimos, nos criticamos y nos comentamos. Estamos entre 12 y 14 personas y la verdad es que lo pasamos muy bien.