Uxue Barkos menea, otra vez, el tablero político navarro




El giro estratégico de Uxue Barkos quizás altere las previsibles tendencias electorales a las que caminaba Navarra. Y no sería la primera vez que la expresidenta cambia el paso: en 2004 lo hizo con una idea de Patxi Zabaleta, Nafarroa Bai. 

Y los cuatro diputados de Aralar, los cuatro de Eusko Alkartasuna y los restos extraparlamentarios de Batzarre y PNV en 2003 se convertían en los doce parlamentarios de Nafarroa Bai en 2007. Veremos si ahora Geroa Socialverdes también convierte panes en peces. 

Geroa Socialverdes

Atrás parecen haber quedado las rencillas entre Geroa Socialverdes y el PNV, que decía molestarse por el nombre. Uxue Barkos ha conseguido un vehículo propio que la emancipa económica de la formación jeltzale y le provee de una estructura propia: Geroa Socialverdes de Navarra en Europa. ¿Objetivo? Volver al poder en 2023 con un proyecto reseteado que busca al votante joven no nacionalista. 

La expresidenta sabe que la tendencia el ectoral favorece que la 'medalla de plata', o sea, el que lidera el bloque progresista, vuelva a ser el PSN-PSOE, que ha resucitado de forma milagrosa porque la ola estatal socialista ha llevado agua hasta campos que se presumían moribundos. 

Al PSN-PSOE, con la presidencia en Navarra y con Pedro Sánchez instalado en La Moncloa, solo podría estar en disposición de arrebatarle el segundo puesto Geroa Socialverdes, que no hará guerra a sus compañeros de Gobierno... pero se rearman para plantarles cara en la próxima batalla. 

Socialverdes

Geroa Socialverdes es un partido con gente de amplios currículums en la vida política y social, de inequívocos orígenes progresistas... y, por norma general, muy pragmáticos. Este partido podría emparentar con otra gauche divine o izquierda pop que se ha visto en otros territorios con el 'carmenismo' en Madrid, Compromís en Valencia o Més en Baleares.

El partido tendrá un sello socioliberal en 'las cosas de comer', apostará por contar con una retórica ecologista, defenderá la cultura vasca y tendrá en boca a dos sujetos políticos poco dados al nacionalismo: Navarra y Europa.

Uxue Barkos ha demostrado que es capaz de ensanchar el voto progresista navarro pescando en caladeros que cuentan con socialistas desencantados, moderados de UPN, y, sí también, con votantes que Euskal Herria Bildu ansía para convertirse al fin en alternativa de Gobierno en Navarra. 

Geroa Socialverdes deberá plantearse qué estrategia lleva a cabo en la Ribera, tendrá que intentar dejar de ser un partido al que se le presumen más cargos públicos que militantes (hidrocefalia), y tendrá que estudiar si el PNV, que aporta 3.000 votos y mucho peso estratégico, merece tener a dos de los tres principales cargos de Geroa Bai (el presidente del Parlamento de Navarra y el consejero de Desarrollo Económico). 

Es evidente que Uxue Barkos ha hecho un movimiento astuto y se presume que no tendrá fácil sorpassar al PSN-PSOE porque competirá con otro partido en crecimiento, Euskal Herria Bildu, que con su giro socialdemócrata y sus guiños normalizadores en Madrid se ha tragado el TAV.

Más complicado será ver qué ocurre en la previsible fusión fría que se quiere imponer en el Estado español de Podemos e Izquierda Unida. Los morados en Navarra barrutan primarias, IU camina hacia la XII Asamblea Federal y Batzarre se desmarca de Izquierda-Ezkerra.

Los ritmos internos que llevan estos tres partidos son muy particulares y la previsible unión de los tres seguramente consolide el 'espacio rojo' en el Parlamento de Navarra, recupere la voz en Pamplona y aumente sus opciones de triunfo en Tudela. 

Eso sí, resulta evidente que Unidas Podemos en Navarra, tal y como sucede en otras comunidades históricas con idioma propio, podría tener serias dificultades de presentar una oferta atractiva a nivel autonómico porque su 'espacio natural' lo acaban acaparando unos nacionalismos periféricos que, tras la carbonización del procés, parecen al fin anteponer el discurso social al banderío.

Esa estrategia 'podemita' parece seguir Euskal Herria Bildu, que hace bien apostar por los pactos. La coalición abertzale sueña con el desalojar al PNV del Gobierno Vasco en 2024 y Madrid y Pamplona son dos pistas en las que pactan con los socialistas con una mezcla de generosidad, necesidad de normalizarse y de contribuir a acercar presos. 

Eso sí, el PSN-PSOE debe hacerse mirar su sangrante egoísmo: solo firma pactos de progreso si le dan el trono. Es curioso que en Ferraz repartan argumentarios para tratar a Euskal Herria Bildu como un sujeto democrático mientras Maite Esporrín, ¡qué nivel!, teje un cordón sanitario contra Joseba Asiron. 

Otro que debería revisar su estrategia es Navarra Suma, que se mimetiza en el Congreso con Vox y apuesta por el frentismo rojigualdo del 'trío de Colón' en vez de intentar conseguir inversiones y competencias para la Comunidad Foral.