Las Empresas Navarras de Inserción devuelven a la sociedad 1,8 euros por cada uno que reciben






Por cada euro invertido en las empresas navarras de inserción (EIS), se obtiene un retorno social de 1,8 euros. Al respecto, la sociedad navarra se beneficia de los  ahorros  obtenidos  por  las  Administraciones  Públicas  como consecuencia del empleo y formación que proporcionan estos agentes. El estudio cifra en torno a 4 millones de euros el ahorro en gasto público derivado de la reducción de los programas de renta garantizada y formación.

Así consta en el Estudio de Evaluación de Impacto Social de la Labor de las Empresas de Inserción Sociolaboral de Navarra, un análisis de la “huella social” realizado a través de la metodología SROI (retorno social de las inversiones, por sus siglas en inglés) de evaluación del impacto social. El trabajo ha sido impulsado la asociación de empresas de inserción EINA, financiado también por el Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra y realizado junto con la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

Este jueves lo han presentado en rueda de prensa el director general del Observatorio de la Realidad Social, de Planificación y de Evaluación de las Políticas Sociales, Luis Campos, que aportado recursos para la realización del estudio; Miriam Martón, directora gerente del Servicio Navarro de Empleo – Nafar Lansare (SNE-NL); y Eduardo Sanz, presidente de EINA.

La directora gerente del SNE-NL se ha congratulado del resultado del estudio. Este organismo es el principal agente público que sostiene un “recurso esencial” para la inserción sociolaboral de personas que viven situaciones complicadas, por prestar una atención integral y sostenida (empleo, formación, acompañamiento, apoyo a la inserción, etc). El SNE-NL subvenciona el salario de personas desempleadas contratadas y del personal técnico.

“Las EIS son recurso fiable cuyo valor supera el resultado del SROI calculado con datos de 2019. En este 2020 tan duro, habéis mantenido el empleo sin prácticamente recurrir a los ERTE, soportando el coste de la pandemia, lo que demuestra el fuerte compromiso con las personas y la sociedad navarra, como representantes que sois de la Economía Social, y respondiendo también la confianza que deposita en las EIS el sistema de empleo”, ha subrayado Martón.

Por su parte, Luis Campos, director general del Observatorio de la Realidad Social, ha resaltado cómo en los últimos años la medición del impacto social está avanzando en la cultura empresarial entre otros motivos por la necesidad de innovación y por el impulso de las políticas europeas de evaluación desarrolladas por la Comisión Europea. “Para esta evaluación hemos apostado por la utilización de la metodología SROI , una de las más conocidas y experimentadas según el Comité Económico y Social Europeo. Una metodología que incorpora el valor social y ambiental que actualmente no se refleja en las cuentas financieras convencionales”, ha apreciado.

2020: más recursos y personas atendidas

La gerente ha destacado que las políticas de impulso acometidas por el SNE-NL en los últimos años han posibilitado que, pese a la pandemia, “2020 ha sido un año en el que las EIS han salido fortalecidas en cuanto a apoyo público”, ha indicado Martón.

La gerente ha destacado que las políticas de impulso acometidas por el SNE-NL en los últimos años han posibilitado que, pese a la pandemia, “2020 ha sido un año en el que las EIS han salido fortalecidas en cuanto a apoyo público”, ha indicado Martón.

Así, el SNE-NL destinó un 18% más de recursos para subvencionar el salario de las personas en riesgo de exclusión y del personal técnico que facilita su incorporación sociolaboral, pasando de los 2.196.287,55 euros de 2019 a los 2.595.093,93 euros de 2020. El presupuesto para 2021 es de 3.125.000  euros, frente a los 2.400.000 de 2018. “Un incremento imparable de recursos, porque queremos que crezca y atienda a más personas este recurso especializado capaz de realizar intervenciones de inserción más complejas, continuadas y personalizadas con grupos de población desempleada”, ha explicado.

Además, el departamento está creando las condiciones para ampliar el número de EIS y de trabajadores y trabajadoras. La modificación de la regulación ha permitido que en 2020 hayan abierto cuatro nuevas EIS, pasando de 9 a 13. El número de personas distintas en procesos de inserción ha pasado de 240 a 280, y el personal técnico, de 21 a 30.

Finalmente, el SNE-NL apoya la sostenibilidad y crecimiento de estas EIS a través de apoyo a inversiones que mejoren su posición competitiva y  favorezcan la creación de empleo. Este año, dentro del Plan de Choque Covid, reforzó el presupuesto de 75.000 euros y elevó la subvención en otros 125.000 euros. Para 2021, el SNE-NL contempla 3 millones de euros para financiar salarios y 125.000 para inversiones.

Retorno social de la inversión

Las EIS manejaron en 2019 unos recursos de 6.826.470 euros, el 42,19% provenientes de la Administraciones Públicas, en su mayor parte SNE-NL, (42,19%) y el 57,81% de origen privado (un 36% es financiación bancaria y el resto, recursos propios, de proveedores o acreedores).

Como consecuencia de su actividad, según el estudio general unos resultados de 12.154.700 euros. Entre los mayores grupos de interés beneficiados por la actividad de estas empresas, destaca el colectivo de trabajadores en itinerarios de inserción, sobre quieres revierte un 23,82% de los resultados. Asimismo, es destacable la posición de las Administraciones Públicas quienes obtienen un ahorro de 3.637.665 euros fruto de la disminución de personas bajo programas de renta de inserción, así como en relación a los costes de formación. Finalmente, la actividad de estas empresas también revierte de manera notable sobre la sociedad navarra. Así, estas entidades realizan transacciones comerciales con clientes, proveedores y acreedores locales, reforzando así sus lazos con su entorno más próximo.

Eduardo Sanz, presidente de la asociación que agrupa a las empresas de inserción social en Navarra (EINA), se ha referido en su intervención al reconocimiento que su sector obtiene “como mecanismo de inclusión social en nuestra comunidad y hemos sabido resaltar nuestro valor cualitativo sobre las personas, además de multiplicar el valor de los servicios que ofrecemos, somos conscientes del retorno económico que genera nuestra labor”.

Sanz ha subrayado los resultados del estudio que muestran que “recibimos unos 6,8 millones de euros y generamos unos 12 millones. Es decir, generamos 1,8 euros por cada euro invertido en las empresas de inserción en Navarra”.

La medición del impacto social con la metodología SROI ha permitido estimar de una forma objetiva los impactos generados por las empresas de inserción. La elaboración del estudio, dividido en 5 fases, ha tenido lugar entre los meses de febrero y octubre, habiéndose empleado en el trabajo de campo las herramientas de entrevista semiestructurada (16), encuestas presenciales (64) y cuestionarios (36), haciendo un total de 116 consultas, en las que han participado las plantilla de las empresas de inserción, altos cargos del Servicio Navarro de Empleo y el Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, así como representantes de las entidades promotoras de las empresas de inserción.

13 empresas en Navarra

Hasta 2020, había 9 EIS: Carranza Delgado (producción de velas), Eurolan (papelería), Ilundáin (jardinería); Interlantxo (construcción), Josenea (infusiones y jardinería), Nabut (limpieza y lavandería); Transforma (atención domiciliaria); Traperos de Emaús (voluminosos y reutilización); y Varazdin (construcción y servicios). En 2020, el SNE-NL ha autorizado otras cuatro: Xilema – Mamá nos da de comer; Construcciones Muriba; Mejana Gourmet; y Fundación Ultzama 2013.

Las EIS deben tener entre un 30 y un 50% de trabajadores y trabajadoras en procesos de inclusión. El SNE-NL subvenciona el 75% del SMI y el coste de la Seguridad Social de estas personas. La duración del contrato de trabajo oscila entre los 6 meses y un máximo de 3 años. Además, el SNE-NL aporta 24.000 euros por profesional técnico de apoyo. Las EIS deben lograr una inserción en la empresa ordinaria  /  trabajo  autónomo  de,  al  menos,  el  10%  de  estas.  La  inserción  posterior real triplica la obligación, según los datos de 2019.