Pedro Pérez Bozal
Jarro de agua fría para el Grupo CAF, que ha quedado excluido del 'megacontrato' de Renfe para renovar Cercanías, tal y como explica El Cierre Digital. La compañía estatal, que llevaba sin renovar sus trenes 'de proximidad' desde hace trece años, ha excluido a la multinacional vasca y a otra empresa española, Talgo.
La francesa Alstom o la suiza Stadler, que tienen fábricas en España, se llevarán el contrato de 2.726 millones de euros para suministrar más de doscientos trenes. El periódico económico Cinco días desvela que Talgo recurrió esta decisión, pero el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales ha dado la razón a Renfe.
Palo para CAF
Cabe recordar que el pasado octubre CAF anunció el cierre de su planta en Navarra, Trenasa, y que hace apenas dos meses la ministra española de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto explicó sin reparos en el Senado que iba a evitar el cierre mediante contratos públicos.
"Desde el Ministerio estamos activando una escucha con todas las partes para poder coordinar actuaciones entre distintos ministerios y el Gobierno de Navarra, que posibilite la mejor vía de solución de esta crisis", aseguraba.
CAF, que ahora podría plantearse el cierre de la planta navarra a partir del 30 de abril de 2021, fecha en la que se cierra el ERTE puesto en marcha en la fábrica sita en Castejón, vinculó la continuidad de la actividad empresarial a la consecución de unos contratos que le están siendo esquivos.
"La empresa ha comunicado la decisión a representantes del sindicato ante la posibilidad de cerrar algunos contratos en el mercado ferroviario español en los próximos meses", aseguraba Comisiones Obreras.
¿Chantaje?
Óscar Rodríguez, del sindicato LAB, aseguró que este proceso de cierre tendría algunas aristas desconocidas: "El Grupo CAF ha chantajeado a Renfe mientras jugaba con 110 trabajadores". Y ese presunto "chantaje", si CAF sigue sin conseguir contratos relevantes, podría haberles salido mal.
No es el único problema para CAF, cuyo prestigio está en solfa por su estrategia empresarial en Navarra, Comunidad Foral que les ha inyectado trece millones de euros públicos en poco más de una década.
CAF
Especialmente polémicos son los siete millones que inyectó el alicaído consejero navarro Manu Ayerdi en un negocio de CAF, Vectia, que dio sus primeros pasos en Castejón y se deslocalizó a Polonia sin que este hecho, eso sí, ponga en peligro esta inversión pública que será reintegrada previsiblemente a corto plazo.
Aun así las polémicas ayudas levantaron ampollas en Navarra, que hace unas semanas aprobó una una 'ley contra la deslocalización de empresas' propuesta por EH Bildu y finalmente descafeinada por otros grupos progresistas.
Empresas como CAF deberán revertir subvenciones si deslocalizan cuando este movimiento afecte al menos a 25 trabajadores. El Gobierno de Navarra estudiará el caso y tendrá cuatro años para exigir las ayudas concedidas en los últimos ocho años, que deberán ser reintegradas con un 20% de recargo.
Incertidumbre
CAF se ha quedado fuera de la carrera por el 'megacontrato' de Renfe y este hecho repercutirá en contra de Trenasa que, según señalan fuentes sindicales, podría evitar el cierre ajustando su estructura al mínimo a partir de abril.
Trenasa regresaría a una fórmula que ya se ha implantado en otras dos ocasiones en los escasos trece años de vida de la fábrica: quedar relegada a una planta auxiliar que no acometa encargos de relevancia.