El Parlamento de Navarra fue una de las seis Cámaras territoriales españolas en las que ni el PCE ni Izquierda Unida tuvieron representación en los años ochenta. Esta anomalía no despierta extrañeza en el caso de los otros cinco parlamentos, casi todos ellos bipartidistas hace cuatro décadas: La Rioja, Cantabria, Baleares, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
Pero cuatro hechos explican la falta de implantación del PCE en Navarra durante los ochenta:
-El arraigo en Navarra del PSOE, resucitado a mediados de los setenta como alternativa de Gobierno a nivel estatal y reforzado en la Comunidad Foral tras aprovechar del hueco que dejó la extinta Izquierda Republicana de Aquiles Cuadra tras la Guerra Civil.
-El papel hegemónico de la izquierda abertzale en el norte como principal fuerza de oposición al Régimen, hueco que fue ocupado por el PCE-PSUC en el resto del Estado.
-El hartazgo de elementos revolucionarios no nacionalistas hacia la deriva reformista que emprendió el PCE a finales de los sesenta, circunstancia que dio fuerza a elementos prochinos o católicos obreristas que se unirían en torno a la ORT, más adelante Batzarre.
-Y la existencia de un nacionalismo progresista no ortodoxo que hace poco más de tres décadas figuraba como Eusko Alkartasuna y que hoy se llama Geroa Bai.
Es evidente que en Navarra peligra el espacio institucional que no encontró el PCE, que luego lograría Izquierda Unida y que hoy podría ocupar Unidas Podemos. Y es que el centro-izquierda navarro va camino de consolidarse en tres bloques.
Los tres partidos que podrían sobrevivir institucionalmente a partir de 2023 son Euskal Herria Bildu, votante fiel y espacio consolidado gracias al tejido social que logra articular a su alrededor; el gubernamental PSN, que ha recuperado la alegría únicamente porque el PSOE subió a nivel estatal; y la pragmática coalición Geroa Bai, de indudable progresismo social a pesar de que su matriz tiene raíces católicas y liberales.
La izquierda maxista no nacionalista
Izquierda Unida se estrenó en el Parlamento navarro en 1991 y, en coalición con Batzarre, a punto estuvo de perder pie en 2019. Su error de cálculo y los líos internos de otra fuerza surgida en su espectro ideológico, Podemos, no ayudaron a confeccionar Unidas Podemos a nivel foral.
Y este acuerdo podría darse antes de 2023 tras sumar a elementos cercanos a Equo, Aranzadi, agrupaciones municipales progresistas, Comisiones Obreras, Asamblea Antipolígono y asociaciones ecofeministas.
Desaparición
Unidos Podemos logró dos de los cinco escaños que reparte Navarra en las estatales de 2016. La coalición superó el 28% del voto, rozó los 95.000 apoyos, se quedó a menos de 12.000 de UPN-PP y superó en más de 26.000 al PSN.
Tres años después, mayo de 2019, Podemos e Izquierda-Ezkerra, castigados por acudir por separado a las urnas, apenas recibían 27.000 votos que previsiblemente menguarán si el PSN y Geroa Bai logran una prima por su visible papel gubernamental.
Una reciente encuesta de SyM Consulting evidencia que el futuro de Podemos e Izquierda-Ezkerra por separado no es nada halagüeño: los morados, sin representación en Pamplona ni en Tudela, pasarían de dos a un escaño a pesar del elogiado papel de Eduardo Santos al frente de la consejería de Justicia.
La coalición que forman Izquierda Unida y Batzarre, a pesar de su considerable implantación en la capital ribera y de la aplaudida labor parlamentaria de Marisa de Simón, directamente desaparecería y quizás se quedaría en manos de los concejales que cuentan, mediante candidaturas propias o pactos, en catorce ayuntamientos navarros.
El centro-izquierda navarro en cuatro décadas
La izquierda navarra marxista, ni socialdemócrata ni nacionalista, quizás se vea abocada a refundarse en Navarra si no quiere volver al escenario de los años ochenta. El PCE fue extraparlamentario en la Comunidad Foral entre 1979 y 1991 y sus herederos, si no se confecciona Unidas Podemos, quizás también lo sean en 2023.
En 1979 el comunismo navarro carrillista, que fue a las urnas con el nombre de Partido Comunista de Euskadi, logró poco más de 6.000 votos y no logró escaños. El centro-izquierda navarro sí que logró representación en esa cita por merindades de la mano del PSOE, entonces Partido Socialista de Euskadi con ikurriñas en mítines; la coalición Herri Batasuna; Amaiur (izquierda abertzale más heterodoxa), y los marxistas riberos de UNAI (suma de Movimiento Comunista, Euskal Sozialistak y personas ligadas a la ORT).
En 1983 el PSOE, convertido en Navarra en el PSN, ganó las elecciones forales y Herri Batasuna no consolidó el espacio abertzale que había ensanchado Amaiur en las merindades menos proclives a la ideología identitaria vasca.
En 1987 se estrenaron en Navarra tanto Eusko Alkartasuna como Euskadiko Ezkerra. Fuera del Parlamento se quedaron Batzarre, que nunca ha logrado acta en solidario, y Izquierda Unida, que se estrenó con 3.800 votos (2.100 más que los logrados por el PCE en 1983).
IU nació de la campaña anitOTAN que por ejemplo en Tudela, en acertadas palabras de la exdiputada foral Ana Figueras, impulsaron "independientes, cristianos, simpatizantes del PSOE y miembros del PCE".
En 1991 Félix Taberna, hoy asesor socialdemócrata de María Chivite, se aprovechó del repunte de Izquierda Unida a nivel estatal provocado por la conjunción del desgaste socialista y el crecimiento electoral cosechado por Julio Anguita (que ayudaría a que IU lograse un escaño por Navarra en 1996, hecho que no se repetiría hasta que Podemos logró dos en 2015 que han menguado hasta el único diputado que logró Unidas Podemos el 10N).
Y en Navarra integrada por el PCE-EPK, PASOC e independientes logró dos diputados en 1991 tras superar los 11.000 votos. El primero fue a parar a manos de Félix Taberna, autor de la siguiente frase legendaria: "La derecha ha organizado un entramado político caciquil que debilita el sistema democrático y ha ido asentando en la sociedad, aprovechando el control de los medios públicos, un sistema de valores económicos, sociales y culturales conservadores".
El segundo fue a parar a manos del sindicalista tudelano Martín Landa, activista antifranquista, exmilitante del Movimiento Comunista, exconcejal de Tudela, excoordinador general de IU en Navarra e impulsor del fallido PDNI en Navarra.
El 'éxito' de IU se había advertido dos años antes, ya que 16.000 navarros votaron a la coalición en unas elecciones generales de 1989 que comenzaron a evidenciar el comienzo del desgaste de la brutal máquina electoral llamada 'felipismo'.
En las elecciones navarras de 1995 IU, tanto en Navarra como en otras comunidades autónomas, se disparó. En la Comunidad foral lograron cinco escaños tras superar los 27.000 votos. Taberna no se sumó al efímero tripartito liderado en aquel entonces por el PSOE, apoyado por Eusko Alkartasuna, rechazado por Herri Batasuna y derribado por Ferraz para alegría del españolista UPN.
En 1999 Euskal Herritarrok ocupó el hueco de la ilegalizada HB, que sufrió la escisión Aralar que se estrenaría en el Parlamento navarro en 2003 de la mano de Patxi Zabaleta. El exitoso abogado navarro promovió en 2007 la acertada coalición Nafarroa Bai, que consiguió que Aralar y EA fuesen reforzadas por dos fuerzas extraparlamentarias como Batzarre y el PNV.
Esta coalición se mantuvo en 2011, cita en la que rivalizó con EH Bildu, y en 2015 el PNV y Zabaltzen promovieron Geroa Bai, que lideró un cuatripartito progresista que conformaron junto a EH Bildu, Podemos (surgido del 15M) e Izquierda-Ezkerra. En la oposición figuró otra fuerza del centro-izquierda, el PSN, lastrado por la corrupción, las promesas incumplidas y el compadreo con UPN.
Pero de estas cinco fuerzas progresistas navarras quizás se vean reducidas en 2023 a cuatro o incluso a tres si una coalición que forma parte del Gobierno central como Unidas Podemos, en el que forman parte relevante Ione Belarra e Idoia Villanueva, no es capaz de encontrar su sitio en la Comunidad Foral.
Es evidente que entre la izquierda navarra no nacionalista hay mimbres suficientes para consolidar un espacio propio gracias a Izquierda Unida, casi tres décadas de experiencia en el Parlamento navarro; Podemos, de innegable tirón electoral en las generales; o Batzarre, cuatro décadas a sus espaldas de municipalismo.
Refundación, diez años después
Dentro de unos días se cumplirán diez años de la presentación del Foro Municipal de Izquierdas en Tudela. El proyecto, impulsado por Izquierda Unida de Navarra y coordinado por Marisa de Simón, Félix Bienzobas o Miguel Izu, tenía como intención demostrar que existía "más izquierda" en Navarra de la que estaba representada.
Este proyecto se sumaba a la Plataforma Navarra por el Cambio, que había surgido en 2008 a raíz del enfado de casi doscientos militantes socialistas riberos por el "agostazo", y divergía del 'No digas que no se puede' impulsado por Félix Taberna, que parecía que pedía al PSN que rompiera con UPN unos meses antes de fichar por el Gobierno que formaron UPN y PSN.
Pero también es cierto que en 2011 IU se alió con Batzarre, mejoró sus resultados e impulsó una red de agrupaciones municipalistas que todavía siguen en pie. Veremos si diez años después se plantan árboles para que den frutos...