Paso uno. El PSOE y Unidas Podemos dan la nota ayer por la tarde al regalarle a Euskal Herria Bildu un valioso tanto a cambio de unos votos irrelevantes para prolongar el estado de alarma. Los dos partidos que conforman el Gobierno central dejan claro que la izquierda abertzale ha conseguido tumbar la reforma laboral del PP en 2012 "de forma íntegra".
Paso dos. El PSOE, que solo piensa en mandar y que no sabe ni qué firma, se entera por la noche de lo que esa genia llamada Adriana Lastra ha llevado a cabo con el plácet de otro 'intelectual' de su liga, Pedro Sánchez. Y rectifican.
Paso tres. Unidas Podemos y Euskal Herria Bildu, que no quieren quedar en ridículo tras el desmarque de los socialistas, dicen anoche que están de acuerdo en tumbar solo los aspectos más lesivos de la reforma laboral.
Paso cuatro. Pablo Iglesias se levanta con ganas de guerra, dice en Catalunya Ràdio que mantiene el acuerdo de ayer por la tarde y le pide al PSOE que se la envaine.
Paso cinco. La reforma laboral seguirá en pie por culpa del PSOE, que debe demasiados favores a Bruselas y al IBEX35. Es cierto que Europa previsiblemente impondrá en 2021 una reforma laboral más agresiva que esta que se iba a tumbar, pero el ridículo del Gobierno central es antológico. Y esta vez no le pueden echar la culpa a la derecha...