El PSOE y EH Bildu acercan al fin posturas







El centro-derecha autodenominado navarrista, en realidad centralista, lleva años rentabilizando la distancia entre el socialismo navarro y la izquierda abertzale. Ambas familias progresistas compartieron trinchera durante el franquismo, pero en democracia rompieron complicidades por la pervivencia de ETA y por la utilización del PSOE de las cloacas para sustentar los GAL.

Este divorcio posibilitó que el centro-derecha navarro gobernase casi un cuarto de siglo a pesar de no alcanzar siquiera un 40% del voto. En otras circunstancias Alli, Sanz y Barcina no hubiesen sido nunca presidentes navarros. El fin de ETA, allá por 2011, ha posibilitado el acercamiento entre PSN y Bildu.

Aunque a medias: el PSOE sigue arrastrando complejos, tal y como se vio en Pamplona, hoy gobernado por un Maya en minoría, o por la teatralizada negociación de la investidura de unos enfuruñados Adriana Lastra y Rafa Simancas, actores de reparto.

Buenas noticias para los asuntos sociales

EH Bildu ha permitido las investiduras de Sánchez y Chivite, el PSN posibilitó el retorno de los abertzales al mando de Huarte y ambos partidos se pusieron de acuerdo para que Navarra Suma no asaltase la jugosa Mancomunidad de Pamplona.

Bakartzo Ruiz y compañía no presentarán una enmienda a la totalidad de los presupuestos, ni apoyarán la enmienda de Esparza, para mejorar las cuentas "desde el punto de vista de la cohesión territorial, así como del fortalecimiento de los servicios públicos y los derechos de la ciudadanía".

El PSN asegura que el acuerdo ha salido tras "un trabajo de diálogo y negociación entre diferentes". Aunque a los socialistas les sale el complejo y dice que los acuerdos son en materias "estrictamente sociales".

Dirán algunos que los antecesores de Bildu no condenaban los asesinatos de concejales socialistas, pero en la izquierda abertzale también hubo muertos provocados por los GAL. Pero ambas familias no pueden olvidar que si no se ponen de acuerdo ganan los herederos del 36: UPN, que recuerda los lamentables 42 asesinatos en la Comunidad Foral de ETA, que nació para defender a Euskadi y Navarra del fascismo, y parece olvidar los 3.000 navarros asesinados por sus antecesores ideológicos tras el golpe de Estado del 18 de julio.

Lo que deben hacer PSN y EH Bildu es echar cuanto antes a Maya, que sigue con sus tics antidemocráticos, y que un estupendo alcalde como Joseba Asirón vuelva a conseguir la vara de mando en Pamplona tras una deseable moción de censura. Pero para eso Sánchez y Chivite deben ser generosos tras mucho tiempo de racanería.