Esparza precipitó la convocatoria del XII Congreso para asegurarse paseo militar, pero Sergio Sayas, barcinista reciclado en el Congreso, ya dejó claro que quería pulso interno tras recorrerse todos los pueblos riberos en fiestas durante el pasado verano.
Miguel Sanz y compañía llamaban al entendimiento y muchos deseaban pacto: algunos puestos para los de Sayas en el Comité Ejecutivo. Pero, tal y como aseguran algunas voces de UPN, "esto se nos va de las manos".
Porque el partido va en serio: Sayas ha amenazado a Esparza por un centenar de sospechosas altas de afiliados de última hora que podrían decantar el partido. El comité de garantías podría revisar el asunto y el de Buñuel parece estar dispuesto a acudir a los tribunales.
Sayas conoce UPN como la palma de su mano, dieciséis años como cargo público, y quiere compensar su falta de apoyos entre los cuadros medios regionalistas con el apoyo de las bases. No lo tendrá fácil ante Esparza, apoyado en público por Maya y Toquero y en privado por Sanz.
Y es que el candidato alternativo ni siquiera ofrece grandes diferencias estratégicas ni ideológicas con el proyecto del líder de la oposición en Navarra, muy disgustado por la estrategia agresiva de su oponente. Ambos contendientes, calculado perfil bajo mediático, podrían protagonizar un choque a cara de perro. O quizás, si Sayas entra en razón, la polémica se cerrará con pacto.
El número tres de UPN no continuará en el cargo
Javier Esparza ha realizado una agradecimiento en público al que ha sido su número tres, Jorge Esparza, que renuncia al cargo de secretario de Organización y se centrará en su labor como parlamentario foral: "La tarea de oposición que Navarra Suma debe llevar a cabo en el Parlamento para defender los intereses generales de la sociedad navarra necesita de personas como Jorge Esparza que demuestran cada día su pasión y su compromiso con esta tierra".